"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 14 de enero de 2023
COROMOTO RENAUD
ver la última baranda del camión rumbo a la finca
para el adiós
papá levantaba la mano
a la vuelta tocaba corneta
todos salíamos a su encuentro
mamá en primera fila
en
el porche de la casa
asombrada
distraída
vi pasar el mundo
a Miguel
Marcotrigiano
JESÚS MONTOYA
Acuario
Los
colores como tertulias se arrancan
de la mente a lo lejos, como si no hubiesen sido
sobre hojas, en pláticas a media tarde,
para apaciguar aquello indecible,
aquello de inalterable que iba dándose
en nombres según rasgos científicos
que nos explicaron apartados de las flores
que dibujamos para sanar, artífices
de nuestro interior, eso ha quedado,
no el deseo de salir, sino el acto de brotar
a pesar de la exasperación, del gran respiradero
fuera del acuario.
GUSTAVO VALLE
A través del cristal
Un
poco sucio
De este bar en Palermo
Asoma el seso
Frente
a la taza de café
Se encierra
Perdura en su bóveda
Su
mente se pulveriza
En jadeos progresivos
Monólogos mudos
JESÚS ALBERTO LEÓN
Poética tersa
No
se respira voluntariamente.
No. Respirar no es
un torpe forcejeo deliberado.
El aire se abre paso sin quererlo
ni renunciar tampoco. Simplemente
viene y va, dibujando un ritmo terso
Así
debiera ser la poesía:
Ni ocio ni negocio voluntario.
Respirar levemente línea a línea
hasta llenar la página, quizás,
y detenerse luego, al revisar,
comprendiendo que se vivió un poema:
Una
constelación de impulsos, de latidos,
reunidos con naturalidad
por la ley de los astros, por el giro
sosegado de cada palabra,
por el irrenunciable trazo de la búsqueda
cuidadosa de voz convincente.
Sin vigor excesivo y sin debilidad.
Sin dolor, sin alivio…
Sólo así.
De: “Desasosiegos”
VERÓNICA ARANDA
Quietud flotante
Interrogas
pinceles, rosaledas,
tazas del té más puro,
la voz pausada que nos narra
leyendas de tortugas.
Envidias,
en el fondo,
la quietud de mis días.
PEDRO LASTRA
Escrito en abril
Hoy
ha vuelto la lluvia,
esta lluvia tenaz que parece
aliada de la muerte, porque anuncia
los temores del día y las vacilaciones
del que habrá de venir, como se dice,
más temprano que tarde.
Tanto
que hemos vivido en este mundo
imaginando la eternidad,
la más bella ilusión
en el vacío,
y ya no hay otro tiempo en el verbo
que el instante,
y no es sino esta lluvia cayendo
sin parar
en abril.
De: “Cuaderno de la doble vida”
