lunes, 7 de mayo de 2018


GUSTAVO OSORIO DE ITA





Cenicienta



Piso limpio y
ve su rictus reflejado.
Cenicienta lava.
Pareciera
haber pulido la baldosa
la sangre espesa de la madrastra.



EZRA POUND





El jardín

                                                             En robe de parade
                                                                            Samain 



Como un ovillo de hebras de seda estampado contra una pared
ella bordea la tapia de un sendero en los jardines de Kensington
y se va muriendo poco a poco
                         de una especie de anemia emocional.

Y por allí se pasea una chusma
de hijos de la miseria, inmundos, vigorosos, inextinguibles.
Ellos heredarán la tierra.

Ella es el final de la estirpe.
Su aburrimiento es exquisito y excesivo.
Le gustaría que alguien fuese a hablarle,
y casi tiene miedo de que yo
                           cometa esa indiscreción.


Versión de Javier Calvo


MING DI





Una habitación propia



Este invierno hace frío, ella pinta una habitación y ahí se esconde.
Pinta dentro un escritorio, una cama, un guardarropa.
Pinta ahí todo lo que necesita.
Pinta una pared, la borra, la vuelve a pintar y a borrar de nuevo—
Una pared llega a crecer por sí sola. Dentro de esa pared
ella pinta hierbas, flores y pájaros.
Pinta primavera y verano.
Pinta montañas y océanos —llegan las olas revoloteando
en una espiral en la que ella queda enredada.

Me veo a mí misma luchando en esta habitación.
A ella le pido que pinte una ventana—
una ventana que lleve a un cielo.


LETICIA HERRERA





Rompes el yugo



rompes el yugo del desencanto
aunque tu yugo es lo mismo que morir
ensimismada el alma en sus azares
comiendo de la mano que suple
el cianuro exultante y necesario

no me quiero quedar aquí
estoy rota soy espuma sucia
déjame los labios intactos
todavía me queda una canción


CINZIA MARULLI





El vacío



Tal vez se acerca al silencio la palabra
y con un susurro de vidrio
quisiera hablarles del vacío
de la ausencia primordial del alma
‒ de aquella suspensión concreta del cosmos ‒

¿Qué color tiñe la ausencia?

El vacío es tan absurdo como el tiempo
¿es quizá esa caja dorada que contiene la nada?

El vacío roza el sentido
irreal del dolor.

  
De: “Las mantas de Dios”


EFRAÍN HUERTA





II. Ay poeta



Primero
Que nada:
Me complace
Enormísimamente
Ser
Un buen
Poeta
De segunda
Del
Tercer
Mundo


30 de junio de 1969