sábado, 21 de septiembre de 2019


FUYUHIKO KITAGAWA





Ruinas



Restos de aviones, pintados como una feria
amarillos, grises y verdes.
Es el destino de los monstruos
que chuparon el impuesto que pagamos
con sangre.
El símbolo del sol naciente en pedazos.
Los arrojan como maderos
desde furgones
luego los amontonan en carretas.
Fábrica de fundición cerca del río.
Restos que
luego de ser fundidos
renacerán como ollas y sartenes
para alimentar nuestra vida cotidiana
para empezar de nuevo
una vida llena de sufrimiento.


ÁLVARO CUNQUEIRO





Final



Era era.

Sus manos nacían al lado de cada cosa
y de cada flor.

Temíase siempre su rotura
y a ella parecían converger los números y las estrellas.

El amanecer encontraba sus cabellos perdidos
y sus ojos depositados en sus propias orillas.

La noche la sorprendía siempre entregada a
sus oficios más antiguos
acompasándose de un corazón nuevo y silencioso.

Era solícita y tempestuosa
y no se parecía en nada a la luna.


De: "Poemas do si e non"

Versión de Vicente Araguas


VALERIO MAGRELLI






La puerta se cierra modulando
en los goznes el sonido de un corno.
Es el canto solitario de la noche
la armonía que yacía ignorada en la madera.
Y cualquiera al pasar provoca
la música sepulta, que siempre
asoma desigual.
Tal vez un lenguaje le gobierna
términos y medidas,
tal vez el azar.


Así el discreto dibujo de la herrumbre
y del agua narra la secreta epopeya de la borda.


De. “Otras naturalezas muertas”


GINO SCARTAGHIANDE





La imagen



Deberás darme un nombre. Todo lo hecho
hasta hoy no me interesa. Seguiré
matándote, escribiéndote y reescribiéndote.
La imagen es el universo de nuestras fugas,
es la excrecencia terrestre con avenidas arboladas,
hombres, hormigas. Debo acunarte aún, palabra
por venir, debo santificar tus cementerios
y buscarte con más ardor, a ti mentira, a ti
falsedad. Deberé darte y darme paz:
te espero de un momento a otro, sin saber
si me acerco o me alejo
ni por qué tener o no tener miedo a eso.



SAINT-JOHN PERSE




  
Las campanas



Anciano de manos desnudas
repuesto entre los hombres, ¡Crusoe!
llorabas, imagino, cuando desde las torres de la Abadía, como un flujo, se derramaba el sollozo de las campanas sobre la Ciudad...
¡Oh Despojado!
Llorabas recordando los rompientes bajo la luna; los silbos
de más distantes riberas; las músicas extrañas que nacían y se asordaban bajo el ala cerrada de la noche,
semejantes a los encadenados círculos que son las ondas
de una concha, a la amplificación de clamores bajo la mar.


De: “Imágenes para Crusoe”

EDUARDO MITRE





3



Pasa el viento
como siempre pasa en el otoño:
haciendo caer las hojas.
Y en cada rama brota
la transparencia del invierno.


De: “Humeda llama”