viernes, 15 de abril de 2022


 

DELFÍN PRATS

 

  

Entrega

 

 

Se pregunta qué hacer
que echar en esta hoguera sino lo más amado
que ardan entre las manos años de madera
que alguien cante otra vez la rajadura
de su propia guitarra
que alguien sople el extinto sabor de su ceniza

se propone qué hacer
para que el aire soberbiamente puro no nos mate
se pregunta qué noche
no hemos tañido alguna vez bajo otra carne
entre ruidosos argumentos que nunca trascendieron
nuestra materia cerrada por el tiempo

qué bosque no anduvimos tomados de los sueños
por hongos y por fresas silvestres
mientras la noche tiende su exilio transitorio
sobre la hoguera altísima ardiendo de los cuerpos

 

 

OSVALDO SVANASCINI

 

  

Bruma impar

 

 

De todos los refugios prefiero el arco iris
de todos los sabores adhiero a las mañanas
de todas las esperas sostengo la inclemencia
porque los contornos de la ansiedad son indicios
que pueden sentarse en las antorchas.

Por eso criar un cíclope es nostálgico
y nadie pretende amar su gozo
ni produce clamores su balbuceo.

No hay otra manera de esperar
todo es más largo que las sentencias
y no quedan sacrificios para lamentar
apenas remontar el agua en bicicleta
decirle al ciego que el cielo debe ser mejorado
o que para cansarse los días se inmunizan
entre interjecciones de vetustos sapos.

En mi camisa crecen las porcelanas
que se han fatigado por cavilar
en mi zapato izquierdo hay una canoa que se hunde
y dos contramaestres que buscan su naufragio.

Espero la noche
para incendiar los sueños
para agonizar con sonrisas de canela
para eludir las ruedas
que me persiguen entre trozos de presagios.

 

ALPHONSE DE LAMARTINE

 


El lago

 

 

Así siempre empujados hacia nuevas orillas,
en la noche sin fin que no tiene retorno,
¿no podremos jamás en el mar de los tiempos
echar ancla algún día?

Lago, apenas el año ya concluye su curso
y muy cerca del agua donde yo le di cita,
mira, vengo a sentarme solo sobre esta piedra
donde ayer se sentaba.

Tú bramabas así bajo estas mismas rocas,
te rompías con furia en su herido costado;
así el viento arrojaba tus oleajes de espuma
a sus pies adorados.

Una tarde, ¿te acuerdas?, en silencio bogaba
entre el agua y los cielos a lo lejos se oía
solamente el rumor de los remos golpeando
tu armonioso cristal.

De repente una música que ignoraba la tierra
despertó de la orilla encantada los ecos;
prestó oídos el agua y la voz tan amada
pronunció estas palabras:

«Tiempo, no vueles más. Que las horas propicias
interrumpan su curso.
¡Oh, dejadnos gozar de las breves delicias
de este día tan bello!

Todos los desdichados aquí abajo os imploran:
sed para ellos muy raudas.
Con los días quitadles el mal que les consume;
olvidad al feliz.

Mas en vano yo pido unos instantes más,
ya que el tiempo me huye.
A esta noche repito: “Sé más lenta”, y la aurora
ya disipa la noche.

¡Oh, sí, amémonos, pues, y gocemos del tiempo
fugitivo, de prisa!
Para el hombre no hay puerto, no hay orillas del tiempo,
fluye mientras pasamos.»

Tiempo adusto, ¿es posible que estas horas divinas
en que amor nos ofrece sin medida la dicha
de nosotros se alejen con la misma presteza
que los días de llanto?

¿No podremos jamás conservar ni su huella?
¿Para siempre pasados? ¿Por completo perdidos?
Lo que el tiempo nos dio, lo que el tiempo ha borrado,
¿no lo va a devolver?

 

 

MANUEL ANDROS FLORES

 

 

 

Las 2 gracias

 

 

Gracias a mi Padre
que sostiene mi cabeza
y gracias a mi Madre
que sostiene mis pies.
Ambos me aman
de la cabeza
a los pies.

 

 

TANIA GANITSKY

 

  

Pájaro de fuego

 

 

Dejé entrar a un pájaro de fuego.

Apagué la luz
para vaciar el espacio
y solo verlo a él.

Voló sin quemar el silencio,
un pájaro
de llamas inofensivas.

Si el fuego no se propaga,
el agua no puede
apagarlo, dijo la bruja.

Desafiante,
me mojé las manos
y le rocié el ala que más ardía.

Ahora guardo
un pájaro herido
que no come de mi mano

en una caja de madera
que no se quema.

 

 

 

JULES SUPERVIELLE

 

  

No gires la cabeza…

 

 

No gires la cabeza un milagro está detrás
Te acecha, te quisiera por él alterado:
Esta dulzura podría sobrepasar la Tierra
Pero prefiere estar ahí, como un sueño detenido.
Quédate inmóvil, y sabe esperar a que tu corazón
Se desate de ti como pesada piedra.