"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 10 de junio de 2020
RUBÉN BAREIRO SAGUIER
Biografía
Y cuando llegue al corazón de la cebolla
no me quedará sino la humedad en los ojos.
TUDOR ARGHEZI
Canción sin palabras
Hasta
la cama de mi vecino
bajó
anoche el Padre Dios,
con
cayado, con ángeles y santos.
Irradiaban
de tal modo,
que
el interior del hospital
se
hizo tan confortable como el calor de una bufanda.
Tocaron
una oración
con
clarines y violín,
y
bendijeron
los
lados de la cama y las medicinas.
Dos
ángeles portaban un libro
con
los lacres rotos;
otros
dos, un icono;
dos,
una muleta, y dos una corona.
De
las lejanas alturas
bajaban
diáconos revestidos,
de
cuyos talones fluía, purificador,
humo
de mirra e incienso.
Las
velas de cera
fingían
cruces.
Los
escalones de cristal
de
la escalera del Paraíso
descendían
hasta la enfermería,
al
pie de su cama de delincuente.
Los
presentes hablaban por señas con él,
devotamente.
Crecían
por la baranda
chopos
de hielo
y
una luna grande como laúd de plata.
Le
oí murmurar.
Toda
la noche ha hablado con ellos
y
con la imagen
de
la Santa Virgen,
Madre
de Nuestro Señor.
—"Dejadle;
no puede escucharos
¿No
advertís que hoy tiene muchas visitas,
señor
escribano?"
Las
rejas se colmaron de celestes panales
y
de colgantes incensarios de estrellas.
Las
ventanas cerradas
se
adornaron con patenas y corporales,
y
el cuarto, apestoso de humedad,
olió
toda la noche a paraíso.
Le
he encontrado
hecho
un ovillo;
ahora
yace en la cama.
¿Dónde
está su alma? No sé. Se había ido.
AL-KHANSA
La noche era dolor
Ojos
nublados, llenos de lágrimas abundantes,
lloro
a Sakhr con lágrimas inagotables.
No
pude dormir, pasé la noche en vela,
como
si mis ojos estuvieran pintados con ceniza.
Vigilo
las estrellas sin encargarme de su protección,
cubierta,
al mismo tiempo, con mi ropa desgarrada.
Escucho
y no me alegro con la noticia narrada,
que
llegó superando a las noticias anteriores
diciendo:
“Sakhr estaba de pie y después en su tumba;
cerca
del sepulcro está enterrado entre piedras.”
Ve,
Alá no se separa de hombres
que
rechazan la injusticia y piden el pago por la sangre derramada.
Solías
cargar un corazón generoso, puesto en su lugar, valiente.
Así
como la punta de la lanza ilumina la noche,
tu
imagen más amarga es libre e hija de hombres libres.
Te
lloraré mientras se lamente la paloma,
siempre
que las estrellas de la noche iluminen al viajero nocturno,
y
no me reconciliaré con el pueblo que les hizo la guerra
hasta
que la noche más oscura se vuelva blanca.
SAMUEL BECKETT
Cómo decirlo
una
locura para –
para
–
cómo
decirlo –
locura
de esto –
todo
esto –
una
locura de todo esto –
dado
–
una
locura dado todo esto –
viendo
–
una
locura viendo todo esto –
esto
–
cómo
decirlo –
esto
esto –
esto
esto aquí –
todo
esto aquí –
una
locura dado todo esto –
viendo
–
una
locura viendo todo esto esto
aquí
–
para
–
cómo
decirlo –
ver
–
entrever
–
parecer
entrever –
necesidad
de parecer entrever –
una
locura para necesitar parecer
entrever
–
cómo
–
cómo
decirlo –
y
dónde –
una
locura para necesitar parecer
entrever
–
cómo
dónde –
dónde
–
cómo
decirlo –
allí
–
allá
–
allá
lejos –
a
lo lejos –
a
lo lejos lejos lejos de allá –
desvaído
–
desvaído
a lo lejos allá lejos allá
cómo
–
cómo
cómo decir –
viendo
todo esto –
todo
esto esto –
todo
esto esto aquí –
locura
para ver cómo –
entrever
–
parecer
entrever –
necesidad
de parecer entrever –
desvaído
a lo lejos lejos allá cómo –
una
locura para necesitar parecer
entrever
–
desvaído
allá lejos lejos allá cómo –
cómo
–
cómo
decirlo –
cómo
decirlo
WOLE SOYINKA
¡Ah, Demóstenes!
Me
llenaré la boca de piedritas,
Demóstenes.
No
para ahogarme, sino mitad delfín, mitad
pez
martillo de aguas profundas
cabalgar
en las olas, embestir contra los rompientes
que
erigen,
machacar
los impedimentos del poder e inundar
sus
torres corrompidas:
Me
llenaré la boca de piedritas.
Pondré
ortigas en mi lengua
Demóstenes
Y
luego frustraré su retracción punzante. Ah,
que
me queme de los pies a la cabeza
que
en cada poro tenga sarpullidos
para
que marchite el poder del tirano
con
una descarga
Pondré
ortigas en mi lengua.
¿Pero
ha oído hablar del werepe
Demóstenes?
Ni
siquiera toda su estoica calma puede apagar
los
abrasadores pelos de esa vaina infernal.
Hace
que una reina corra desnuda por el mundo
una
comezón que le dice al mundo que su carne
está
putamente enferma:
Pondré
werepe en todas las lenguas.
Pondré
un poco de veneno de ratas en mi lengua
Demóstenes
Para
picar a los roedores con el beso de la muerte.
Decidiré
su destino en túneles oscuros y húmedos
como
habitaciones de sus rehenes
privados
de aire, privados de esa misma luz
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