sábado, 12 de noviembre de 2022


 

NICOLA VACCA

 



La estación

 

 

A los objetos extraviados
maletas como personas.
En la desierta sala de espera
de las estaciones concurridas
ninguna actualización
en los tableros de salida.
Todas las partidas están retrasadas
A los viajeros no les queda otra cosa que hacer:
esperar a los trenes que no pasarán.

 

Versión de Hiram Barrios

 

 

ULISSE CASARTELLI

 

  

Puras pajas

 

 

Estoy harto de leer poemas que no entiendo.
Palabras elegantes
del siglo diecinueve
versos de marfil
que suben como torres
de las que ya no puedo lanzarme.
¡Estoy cansado de terminar un poema
y darme cuenta de que no entendí una mierda!
¿Seré yo el ignorante?, pero ¿quién era el sujeto?
¿y el problema?
La mente se enreda
entre palabras desconocidas y rimas combinadas.
¿Por qué no encuentro poemas
que me hablen como cuatro hombres en un bar?
¿O como el tabaquero
que tiene más anécdotas que mi abuela y mi abuelo
juntos?
Desearía ser fulminado
por una flecha fina
directa
asesina
que me deje
en el último verso
totalmente
desnudo.

 

Versión de Hiram Barrios

 

JUAN MANUEL ROMERO Á.

 

  

 

vi.

Aullido de hijo

 


Alguno de los dos
habrá de ser
un anexo en el silencio del otro
un dejo
un algo así

una de esas heridas
que sirven para el lamido doliente

 
 
 

EDMUNDO RAMOS

 


 

XVI

A Luis Henríquez



Hay momentos en los que no sé de mí
en los que no tengo principios ni virtudes
Hay momentos en los que espero
Donde la aventura se levanta muda
donde las verdades aletean como un pájaro que cae
y sabe de su mensaje
y la malicia de ambos bandos lo cautivan
con el dolor de la casa
con el dolor de la inutilidad
Así
de la manera más despreciable
espero como un tonto al que veneran
y está próximo a las formas más bajas
Olfateando lo que tantas veces
vi de ruin
comiendo en lo ruin
Hay veces que espero
en la plenitud de mis carencias
a que vuelvas como una bestia inmensa
y sin dolor
a que pases la página y me hagas dormir
como a un libro triste y solitario
Espero de rodillas
a que vuelvas y no me reconozcas
Esta no es mi voz
no es mi coraje
Soy restos del espíritu
Fatiga
Sátira.

 

De: “Poemas in festus”

 

 

GONZALO MÁRQUEZ CRISTO

  

 


En nombre del grito



Crees tanto en la sed: en la vida... En lo invisible. Duermes de cara al oriente. Te purificas en el peligro. En los libros delatas al tiempo como a un pájaro disecado.

En el bosque una encina te sigue. La luz te nombra. Cuando eliges el rumbo del dolor alguien te da un sorbo de agua.

Deseas: esperas siempre equivocarte. Asumes la tiranía del ojo llamada viaje y a veces con un rostro logras curar tu frío.

Sabes de un paraíso que nunca será memoria.

Asistes a la mascarada de la sobrevivencia aunque un ecuador lejano y voraz atraiga tu vuelo. Así logras persistir.

Tus palabras caen como puñados de tierra sobre un cuerpo desnudo.

Aquí comienza el instante. ¿Quién clama? ¿Quién responde entre la sangre? ¿Quién descubre su sombra incandescente?

¡Que el grito siempre pueda detener la herida..!

¡Que el lenguaje alcance para no morir!





JORGE GUSTAVO PORTELLA

 



(cómplice)
 

“Entre la musa que riñe contigo y la que duerme en un lienzo
no dudes: confía en el instinto”.

Héctor Carreto

 

 

II.
Un enigma en los espejos más profundos
un territorio incierto perfilando los rasgos

tus rojos incansables
tanta servidumbre en la mordida

aún es un enigma
la incertidumbre el tiempo
ese temblor intenso.