domingo, 14 de abril de 2019


ANTONIO BRAÑAS





Cantares



tú vives en mi mente...


Antes de las estrellas inminentes
Antes del fuego diseminado
Antes de la luz reconstruida
Antes de las voces calladas
Antes de la rosa en la lluvia
Antes de su mano olvidada
Antes de los corazones en la carta de amor
Antes de la tarde inmóvil bajo el árbol
Antes de las cosas que siguen su camino
Antes de la media luna en los fríos corredores
Antes de su pelo ya tiniebla y pasado
Antes de las arenas sumergidas
Antes de los jazmines en el cine rural
Antes de mi voz todavía futuro
Antes de las estatuas de paso vacilante
Antes del jardín donde te escribo
Antes del humo que habitas desolada
Antes de la piedra movida casualmente
Antes de la primavera en el Jardín Botánico
y los aviones densamente lejanos
tú conmigo en la luz de azul enredadera
en el golpe de sangre de mi frente
donde aprendida fábula de viento y encinares
te quedas lentamente

apenas tiernamente arrulladora de ojos brillantes Te deseo


...aunque tal vez el rostro indiferente


ALFONSO ORANTES





Reversión



Integrar cuanto hayamos destrozado;
hallarnos entre todo lo perdido.
Volver a ser el niño que hemos sido
y recordar cuanto hemos ya olvidado.

Devolver lo que habiendo atesorado
hemos arrebatado o adquirido;
tornar certeza aquello fementido
y afirmarnos en todo lo negado.

Hacer la pura integración del hombre
sacando su verdad del mismo arcano
en que su propio yo solo es un nombre

y, al hacerle su cielo de su infierno,
restituirle a su designio humano
porque el hombre es el fruto de lo eterno.


San Salvador. Diciembre de 1942



ANTONIO COLINAS





La noche de los ruiseñores africanos



Cayó el alma en el pozo de la noche
y desde abajo, desde lo más hondo,
ve la luna de junio madurar
en la brisa, que trae enloquecidos
cantos de ruiseñores africanos.


ANTONIO PORCHIA





Cuando...



Cuando yo muera
no me veré morir,
por primera vez.


ALFREDO ESPINO





Los potros



Ya se acercan los potros; raudamente precisa
el grupo sus contornos de estética salvaje;
entre el pálido rosa del lánguido paisaje
corren desenfrenados, a la par de la brisa.

Los potros ya se acercan: mas lo hacen tan aprisa,
que parece volaran sobre el quieto paraje;
desplázanse los cascos en fantástico viaje
atrás dejando chozas de silueta imprecisa.

Huracanadamente por los llanos nativos,
van devorando leguas los potros fugitivos,
por burlar los afanes de inútil seguimiento;

como una sombra alada pasan ante nosotros,
y los recios gañanes, en fuga tras los potros,
describen con los lazos rúbricas en el viento...


SONIA SILVA ROSAS





Árbol de ausencia



Me sepultaron a los veintiocho,
durante junio,
inesperadamente cavaron el pozo
y arrojaron sobre mí la tarde.

Ni siquiera el grito,
sólo el canto de la cigarra
en plena liturgia.
Desde entonces,
solitaria en el jardín
y repleta de furia,
germina mi ausencia
en los árboles
que tanto cuida mi madre.