lunes, 6 de noviembre de 2023


 

PAMELA ÁGUILA

 

 

 

 

7

 


 

recortan como al pasto

las partes de nosotras que no complacen a los otros porque siempre hay que complacer

 

siéntate bien

con las piernas juntas no las cruces

no las abras

 

no llores no corras

no te ensucies

 

no grites

no alces la voz

 

pórtate bien

como una niña buena siempre limpia pulcra

 

¿por qué siempre hay que complacer?

 

 

FIAMA VALERIO

 

 

 

Sociopatía

 


La manecilla y el bisel de mi reloj

marcan el pulso de la vida.

Mi pecho lleva el verdugo del tiempo.

Apago el transportador,

trazo miradas perplejas en los tripulantes,

la desesperación se expande en la aeronave,

gestos abatidos vuelan por las ventanas.

La endorfina colma mi sangre,

brindo en una copa grabada

con el nombre del señor presidente.

 

LUIS MALLARINO

 

  

 

Temístocles Machado

 

Este territorio está mezclado con mi sangre,

irme sería como olvidarme de mí mismo.

Temístocles Machado

 



Me gusta pronunciar tu nombre,

Temístocles,

parece el nombre del ingrediente secreto

que da color a las rocas.

 

Parece también una palabra mágica

para que al fin se maduren los tamarindos,

Te-mís-to-cles,

lo repito

y se sonrojan las mandarinas.

 

Si dos o tres se reúnen en tu nombre

una semilla parpadea

en el vientre de la tierra,

y un trozo de bambú presiente

cuál será su nota musical

en la marimba,

Temístocles,

el verdadero mapa de Buenaventura

estaba en las arrugas de tu frente.

Las líneas de tus manos

fueron afluentes del río Anchicayá.

 

¿Cuántos tocaron a tu puerta a media noche

para pedir una tacita de tierra

y completar así el café?

Temístocles,

nos han negado la tierra,

no oímos ladrar a los perros,

y todas las respuestas

estaban en tu portafolio:

 

¿quién es el dueño de los robles amarillos?,

¿a quién pertenecen las gallinas sin vacunar?,

¿en dónde comienzan y terminan

las raíces del limonero aquel?

 

Me gusta pronunciar tu nombre,

Temístocles,

lo digo

y siento que se fastidian tus asesinos.

 

 

 

LUIS ALBERTO MAYORGA

 

 

 

Confesión

 


Si tú supieras lo difícil que es caminar por este sendero

que no tiene atajos,

sin más opción que seguir adelante​​ 

hasta el último de tus confusos pasos,

donde a tu llegada las luces estarán apagadas​​ 

y no existe nadie dispuesto a perder el tiempo​​ 

para encender un candil que te guíe.

Donde a nadie le interese conocerte o saber cómo estuvo tu día,

donde el tiempo, trabajo y dinero valdrán más que tu salud,

este lugar donde a Caronte puedes considerarlo un amigo​​ 

y pedirle a crédito el favor de la liberación.

 

Si supieras eso, hermano, no querrías​​ seguirme​​ a este valle

porque sabrías que dos criaturas agonizantes serán un problema.

 

 

JUAN CAMERON

 


 

Jureles

 

 

Traigo tres jureles para adornar tu mesa

jureles como escamas de amor desperdigado

jureles con sus ojos tan tristes al canasto

con sus ojos de ausente o vendedor de dulces

a diez pesos jureles para adornar tu mesa

 

Traigo tres jureles para tu cuchillo

para que salga toda tu sonrisa a la cara

& se haga la crema en tus manos de carne

& se prendan las velas & se amen tus piernas

& se quede el aceite muy negro en su guarida

 

Traigo tres jureles para adornar tu mesa

En tu lengua condúcelos al cielo de los peces.

 

De: “Apuntes”

 

PABLO GARCÍA CASADO

 

 


Sabbat

 


Los polígonos, las áreas comerciales, las oficinas iluminadas. En todas partes el rostro de la angustia, los horarios, y esa puerta que nunca cierra. El cansancio de abrimos sábados tarde, el lunes se lo instalan, Antonio, acompaña al señor hasta la puerta.  Y las tarjetas pasando por las ranuras, los coches atestados de familia, los teléfonos de servicio. Dulces operadoras que trabajan hasta muy tarde, ahorrando para un sábado futuro de zapatillas,  cine en casa y ojos cerrados.  Buenas tardes, le atiende Luisa, en qué puedo ayudarle.