miércoles, 3 de diciembre de 2025


 

IVAN POZZONI

 

 

No encajo

 


No encajo, tengo un trastorno límite de la personalidad

reparto codazos como Greg «El Martillo» Valentín,

si no me aplico nunca podré aspirar al Premio Nobel

un ternero irreductible entre las vacas negras de Hegel.

 

No encajo, tengo un delirio esquizofrénico

odio al pueblo y mojo mi pluma en arsénico,

canto, fuera del coro, como un mitómano de Factor X

desactivando bombas y lidiando con un detector de metales.

 

No encajo, tengo una disposición asesina,

deambulo entre los zombis, al estilo del Rey del Pop en Thriller,

volando bajo sobre la costa cito cocientes,

obligado a empaquetar subtítulos para los no oyentes.

 

No encajo, tengo todo tipo de fobia,

En fila petece el verde, como virtuoso dendrofilia,

incendiando el mundo, difuminando el tiempo con el zoom,

me rindo a la obsolescencia de la consecutio temporum.

 

Version en español del mismo autor

 

 

 

  

 

Non riesco ad integrarmi

 

Non riesco a integrarmi, ho un disturbo borderline

distribuisco gomitate tipo Greg “The Hammer” Valentine,

nemmeno se mi impegno riuscirò a aspirare al Nobel

deutoplasma irriducibile tra vacche nere d’Hegel.

 

Non riesco a integrarmi, ho un delirio schizofrenico

rifuggo dalle masse e intingo biro nell’arsenico,

canto, fuori dal coro, come un mitomane a X Factor

disinnescando bombe, spaccio col metal-detector.

 

Non riesco a integrarmi, ho attitudini da killer,

deambulo tra zombie, stile King of Pop in Thriller,

volando a bassa quota quoto quote di quozienti,

costretto a impacchettare sottotitoli per non-utenti.

 

Non riesco a integrarmi, ho ogni sorta di fobia

in coda appetisco il verde, come un virtuoso in dendrofilia,

mettendo a fuoco il mondo e sfuocati i tempi con lo zoom,

mi arrendo alla desuetudine della consecutio temporum.

 

 

BELÉN OJEDA

   

 

V

Sartenejas, ofrenda de girasoles

 
 

Tanto hilo de lejos
cosiéndonos la vida
Tanto canto de lejos
enredado en los alambres
Tanta sabana
con su llamada de soles
y las mismas manos
sujetando
sujetando

 

MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ

 


 

Con la hoja del periódico empapada
por un llanto larguísimo y feroz,
la mujer tapa el día, los cristales,
las losas de cerámica, las puertas,
los techos enlutados y ofendidos.
De las letras de molde se destila
un agua negra como un río de odio
que pudre las manzanas del frutero
y reseca la albahaca, el corazón.
Los peces que dormían en el frigo
se escarchan y fracturan en esquirlas,
y los espejos sangran lentamente
un río de odio denso como el mal.
Con la tinta viscosa y empalada
por las fotos de presos iraquíes
en la prisión llamada Abu Ghraib
y el rímel de su set de maquillaje,
la mujer forma un unte oscurecido
que adorna y hace largas sus pestañas.
Cuando ella se apresura y sale al mundo,
la gota de agua negra se desborda
despacio por el blanco lacrimal.

  

De: “Atavío y puñal”

 

JOSÉ LUIS MORANTE

 

 

Alcantarillas

 

 

Se aposenta la noche.
El rojo escalofrío
de una rata furtiva
distancia mi linterna.

Cerca, suena un goteo
con trasiego de sístole.
La percusión empoza
el manchón aterido de los muros.

Aquí yace dormida la belleza;
su destello cansado dictamina
que ningún cielo existe.

En el hedor, la náusea,
el escorpión de los desasosiegos.
Pero nada socava
el afán de seguir.

Camino a tientas,
en el fondo de un mar a media noche.
Sé que soy mientras busco.
 
 
 

VÍCTOR MANUEL PINTO

  

 

Bartholomeus Welser

 

 

Bartolomé, tu cabeza será nuestra lámpara.

Nos llevarán tus ojos abiertos por el rastro
de sangre hasta la carne chamuscada del indio.
Serás el anatema de un conjuro aborigen,
una totuma de huesos para beber sangre
de gallos negros en los rituales de la guerra.

Cruzaremos Welserland con tus restos al hombro
silbando como el loco que mató a su padre.

Cruzaremos Welserland con tu cabeza hedionda
confesándole asuntos del sexo y el crimen.

Bartolomé, tu cráneo será nuestra canoa.
 
 

DOUGLAS GÓMEZ BARRUETA

 

  

Palo Alto

 


Cuando escuchan el idioma español
los árboles de Palo Alto recuerdan
que son hijos de inmigrantes.

Las secuoyas milenarias intuyen
que otro día ha vuelto a comenzar.