jueves, 26 de noviembre de 2020


 

KARLA GÓMEZ

 



 

VINE A BUSCARME en personas
que guardan tristeza en sus maletas,
cargan pequeñas fotos de un pasado
que cae al cerrar los ojos,
con piel lejana a la mía
y la voz de otros pájaros,
van una tras de la otra,
migran,
recorren los espacios,
hacia el definitivo viaje del retorno.

 

De: “Y los dormidos siempre mudos peces”

 

 

VÍCTOR RIVERA

 

 


Tulipán africano

 

 

Antes de que el árbol caiga
quiero ver una vez más aquella marca,
las letras que tallé con mi navaja.
La primera herida de un gigante que miraba
con indulgencia
mi mano atroz e inocente.

 

¿Qué sabíamos los dos
de la caída de las hojas
en ese verano
de viento y resina?

 

Antes de que el árbol caiga,
quisiera tener otro nombre
para escribir en su madera.
Y quisiera él desde su altura
perdonar una herida más de mi navaja
tallando desfiguradas letras.

 

Que fuera eso y no el tiempo, que como a mí,
ya sin nombres que escribir en la corteza,
me trae las formas del olvido, hacha implacable. 

 

 

 

DANTE ALIGHIERI

 

  

 

Tutti li miei penser...




Sabe sólo de Amor mi pensamiento;
por él y en él lo tengo tan cambiante:
de Amor la potestad lo lleva amante,
o a loco razonar, su valimiento.

Me infunde en la esperanza dulce aliento,
o acerbo lloro en onda desbordante;
tan sólo se unifica si tremante
mi alma de pavor se ve un momento.

Y así mi suerte ignoro en la contienda,
y no querer decirlo y que lo diga:
vagando voy en amorosa erranza...

Y si con todos he de hacer alianza
vano será clamarle a mi enemiga
-la insensible Piedad- que me defienda.

 

 

ANA GORRÍA

 

  

 

Con su aleteo haciéndose a sí misma

 

Ángel Crespo

 


El rayo que acaricia las paredes. La mañana
que inicia su lenta melodía de compás
sin estruendo.

 

El calor que amanece sobre la piel dormida.

 

La garra, la gangrena.

 

La cálida eclosión de los contornos,
esa explosión sin límites,
hacia un pozo desnudo y sin salida.

 

 

HAROLD ALVA

 

  

 

Lugar común

 



El amor
Esa palabra que nos enfrenta
Con nuestras debilidades
Este ir y venir como quien empieza
Desde ninguna parte
Su sombra de animales perfectos
Esa sensación de túnel
Que transitamos sin otra luz
Que los ojos de la mujer
A quien le pronunciamos canciones
Poemas sin importarnos el lugar común
La retórica de lo predecible
Los nervios que se agitan
Como si nuestros pasos
Nos señalaran el destino
En los vidrios de las ventanas
O en las puertas de los edificios
En los muros del malecón
Adonde acudo
Para interpretar el misterio
La caída del agua
La indiferencia de quien responde
Con el silencio de la hierba
Como si con ese silencio
Le fuera suficiente al mar
Para entender la pregunta
Que nunca le hemos hecho
Los esqueletos de la tarde
Los pájaros que se despluman
La cabeza
Este poema como una señal
Como un grito para llamar tu atención
Mi amor como una mano
Que borra tus pesadillas.

 

 

PIERRE LOUYS

 

 

 

El viejo y las ninfas

 

 


Un viejo solitario habita la montaña.
Hace muchos inviernos se cerraron sus ojos
por mirar a las ninfas -peligrosos antojos-.
Desde entonces el recuerdo de tal visión lo baña.

 

Vive de ese recuerdo. -Sí, las ví, me contesta.
Helopsikria y Limnantis, las de cabellos lisos.
Estaban en la orilla como para una fiesta,
junto a las aguas verdes del estanque de fisos.

 

Inclinaban sus frentes eróticos instintos
bajo la cabellera. Las uñas transparentes.
Los pequeños tesoros de los senos ardientes
eran maravillosos cálices de jacintos.

 

Paseaban sus largos dedos sobre las linfas,
engarzando nenúfares de tallos elegantes.
y en redor de los muslos ágiles de las ninfas
formaba el agua círculos cada vez más distantes.

 

Versión de Víctor Sánchez Montenegro