"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 3 de octubre de 2012
JOSÉ ANGEL BUESA
Canción
del amor prohibido
Sólo
tú y yo sabemos lo que ignora la gente
al
cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque
nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni
cuánto amor esconde mi gesto indiferente.
Sólo
tú y yo sabemos por qué mi boca miente,
relatando
la historia de un fugaz amorío;
y
tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
y
aún nos arde en los labios algún beso reciente.
Sólo
tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando
en la sombra de este surco vacío,
porque
su flor profunda no se ve, ni se siente.
Y
así dos orillas tu corazón y el mío,
pues,
aunque las separa la corriente de un río,
por
debajo del río se unen secretamente.
HOMERO ARIDJIS
Tercer
poema de ausencia
Tú
has escondido la luz en alguna parte
y me niegas el retorno,
sé que esta oscuridad no es cierta
porque antes de mis manos volaban las luciérnagas,
y yo te buscaba
y tú eras tú
y éramos unos ojos
en un mismo lecho
y nadie de nosotros pensaba en el eclipse,
pero nos hicimos fríos y conocidos
y la noche se hizo inaccesible
para bajarla juntos.
Tú has escondido la luz en alguna parte,
la has plantado en otros ojos,
porque desde que ya no existes
nada de lo que está junto a mí amanece.
y me niegas el retorno,
sé que esta oscuridad no es cierta
porque antes de mis manos volaban las luciérnagas,
y yo te buscaba
y tú eras tú
y éramos unos ojos
en un mismo lecho
y nadie de nosotros pensaba en el eclipse,
pero nos hicimos fríos y conocidos
y la noche se hizo inaccesible
para bajarla juntos.
Tú has escondido la luz en alguna parte,
la has plantado en otros ojos,
porque desde que ya no existes
nada de lo que está junto a mí amanece.
JORGE LUIS BORGES
Góngora
Marte,
la guerra. Febo, el sol. Neptuno,
el mar que ya no pueden ver mis ojos
porque lo borra el dios. Tales despojos
han desterrado a Dios, que es Tres y es Uno,
de mi despierto corazón. El hado
me impone esta curiosa idolatría.
Cercado estoy por la mitología.
Nada puedo. Virgilio me ha hechizado.
Virgilio y el latín. Hice que cada
estrofa fuera un arduo laberinto
de entretejidas voces, un recinto
vedado al vulgo, que es apenas, nada.
Veo en el tiempo que huye una saeta
rígida y un cristal en la corriente
y perlas en la lágrima doliente.
Tal es mi extraño oficio de poeta.
¿Qué me importan las befas o el renombre?
Troqué en oro el cabello, que está vivo.
¿Quién me dirá si en el secreto archivo
de Dios están las letras de mi nombre?
el mar que ya no pueden ver mis ojos
porque lo borra el dios. Tales despojos
han desterrado a Dios, que es Tres y es Uno,
de mi despierto corazón. El hado
me impone esta curiosa idolatría.
Cercado estoy por la mitología.
Nada puedo. Virgilio me ha hechizado.
Virgilio y el latín. Hice que cada
estrofa fuera un arduo laberinto
de entretejidas voces, un recinto
vedado al vulgo, que es apenas, nada.
Veo en el tiempo que huye una saeta
rígida y un cristal en la corriente
y perlas en la lágrima doliente.
Tal es mi extraño oficio de poeta.
¿Qué me importan las befas o el renombre?
Troqué en oro el cabello, que está vivo.
¿Quién me dirá si en el secreto archivo
de Dios están las letras de mi nombre?
Quiero
volver a las comunes cosas:
el agua, el pan, un cántaro, unas rosas...
el agua, el pan, un cántaro, unas rosas...
EFRAÍN BARTOLOMÉ
Desde
el más personal de todos los silencios
Desde
el más personal de todos los silencios
tu vestido desciende
para aclarar el mundo
tu vestido desciende
para aclarar el mundo
Cubres
de sol mi piel
Propagas en mis muslos el motín de la carne
Propagas en mis muslos el motín de la carne
Mis
párpados se cierran
Siento tu tacto hundiéndose
Buscando suaves luces
piel adentro.
Siento tu tacto hundiéndose
Buscando suaves luces
piel adentro.
ELIANA PULQUILLANCA
Atares
Quisiera
recordarte en arcoiris,
tenerte aquí en mi lecho,
dibujarte en mi memoria.
tenerte aquí en mi lecho,
dibujarte en mi memoria.
Quisiera
yo borrar tu recuerdo
y romper en mil pedazos
la sutil caricia que me has dado.
y romper en mil pedazos
la sutil caricia que me has dado.
Quisiera
dibujar en tu pecho,
mi frágil corazón.
Sentir tu agonía en las mañanas
saliendo de ese cuarto que no quiero.
mi frágil corazón.
Sentir tu agonía en las mañanas
saliendo de ese cuarto que no quiero.
Quisiera
escudriñar en tu misterio
las llagas del amante soñador.
Encontrar en cada grieta una palabra,
llegar hasta la cúspide de tu encanto.
las llagas del amante soñador.
Encontrar en cada grieta una palabra,
llegar hasta la cúspide de tu encanto.
Dicifrarte
cuando piensas,
escuchar tus relatos,
y ser cómplices del viento.
escuchar tus relatos,
y ser cómplices del viento.
Desyugar
de tus atares,
el lazo que enreda en gemidos
la suave relación de tus palabras.
el lazo que enreda en gemidos
la suave relación de tus palabras.
Quisiera
no pensarte en madrugada
ni quiero anochecerme con tu imagen.
ni quiero anochecerme con tu imagen.
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