Habla
el silencio
cuando
el alma se aquieta
en
la hojarasca
"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
Feria
de sol
a Madame Bovary
Si
nos troncháramos los pechos
si
nos segáramos el sexo
y en
su lugar crecieran
unas
alas enormes
que
atizaran la luz a los incendios
y al
aullido del coito con la vida.
Si
nos comiéramos el sol
a
pelo, montadas en la feria
y
virando el tío-vivo sin pizca de recato
hiciera
el amor a la vista de niños y troyanos
con
la vieja fortuna que nos rueda
Si
nos lanzáramos al menos por la borda
cuando
el mar ya está harto de subir a cubierta
y
fuéramos las únicas sobrevivientes
de
un naufragio virtual
Si
tiráramos todas las palabras
como
palitos chinos
y
nos giráramos la vida
a la
feria le atizáramos fuego
y el
tío-vivo con alas desplumadas
ganará
por nocaut al harto mar
y
los pechos tronchados
hicieran
el amor
es
can da li za do ra mente
con
un falso naufragio travesti double face
Si
tiráramos todas las palabras
las
rancias achacosas
las
tiznadas de rimel
las
que son como putas ya hartas
de
oír en la pianola el mismo pinche tango
Si
fuéramos desmoronando las amarras
como
huellas de pan por la galaxia
para
juntarnos con el sol
y
parir una feria.
En
el principio
En el principio
no hubo palabra.
Gota de lluvia
que conmovió
el estanque.
Roca fundida
a fuego lento.
Roce de estrellas
se hizo la luz
fuimos uno.
Camino
Real
a Ricardo Legorreta
Camino
encerrado por la luz,
por el día que tropieza a cada hora
y nos empapa con su incandescencia
entre la ciudad
a la mitad de abril y de anzures.
Nos
asedia el color,
de pronto tiene cuerpo,
como las flores se desgrana:
pétalo celeste que revienta
a la mitad del patio.
En
la recepción las cosas son distintas:
el cuarzo vuelve a ser cuarzo,
la luz se carboniza en el mural.
Los
espejos de la sed
se cortan y se despliegan
por el viento inmóvil en el salón.
Es más seguro ahí dentro.
Las sombras nos desconocen fuera,
las paredes amarillas,
la lluvia horizontal de la fuente:
el color nos asedia
pero sigue siendo color.
Domesticidades
Ser
la casa…
Las
habitaciones yacen destruidas,
llenas de rincones empolvados que busco esconder
porque no alcanzo a quitar todas las telarañas.
Hace
falta poner orden en los muebles,
sacar la tierra que la gente deja al entrar.
Una
casa que se ha convertido en hotel de paso,
en un cúmulo de ladrillos traídos por otros.
Las
ventanas siempre están abiertas y
con las cortinas agonizando por el sol.
Casa
en ruinas,
obra negra y
paredes grises.
Llegará la hora de clausurarla,
de demoler a las personas que la conforman
y verme enterrada bajo el cemento.
Se
ha roto un engranaje
Empaqué
la noche en mi cuerpo
también el río y las luciérnagas y el naranjo
la sonrisa de abuelita Chana
me fui de viaje
porque papá no me mira a los ojos
y mamá no deja de llorarle a sus rosarios
porque el mundo huele a viejo y no hay personas
es decir, las hay
personas
personas que juegan todo el tiempo
a esconderse de mí
también porque abuelita Chana, postrada en su lecho
rogó que le prometiera mi felicidad
este
viaje, digamos
tienen como fin
no tener fin
no
tener fin