"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 2 de abril de 2019
ANTONIO BRAÑAS
Adolescente desnuda
Cuando
en las enredaderas
la voz tiembla de miedo
y se pierden los ojos
en busca de una flecha de diamante
obscuro.
O sea una niña
a la orilla del agua
esperando
tener otra vez las manos
(-La voz ligeramente azul)
los pechos sin herida,
limpios de incertidumbre
y prematuros.
Si no me explico bien
diré de nuevo,
que acaso entre los juncos
y las enredaderas,
se encuentre con la luna:
florecida entre ramos de silencio perfecto
y sangre amenazada.
la voz tiembla de miedo
y se pierden los ojos
en busca de una flecha de diamante
obscuro.
O sea una niña
a la orilla del agua
esperando
tener otra vez las manos
(-La voz ligeramente azul)
los pechos sin herida,
limpios de incertidumbre
y prematuros.
Si no me explico bien
diré de nuevo,
que acaso entre los juncos
y las enredaderas,
se encuentre con la luna:
florecida entre ramos de silencio perfecto
y sangre amenazada.
ALFONSO ORANTES
Ruego
Iluminaste
mi existencia
llenando
el arca vacía de mi corazón.
Me
abrieron tus ojos las puertas de lo eterno
y el
secreto de la vida me lo dijo tu boca.
No
vayas a dejarme abandonado
en
medio de la dicha.
ANTONIO COLINAS
Invierno tardío
No es increíble
cuanto ven mis ojos:
nieva sobre el almendro florido,
nieva sobre la nieve.
Este invierno mi ánimo
es como una primavera temprana,
es como un almendro florido
bajo la nieve.
Hay demasiado frío
esta tarde en el mundo.
Pero abro la puerta a mi perro
y con él entra en casa calor,
entra la humanidad.
nieva sobre el almendro florido,
nieva sobre la nieve.
Este invierno mi ánimo
es como una primavera temprana,
es como un almendro florido
bajo la nieve.
Hay demasiado frío
esta tarde en el mundo.
Pero abro la puerta a mi perro
y con él entra en casa calor,
entra la humanidad.
ALFREDO ESPINO
Un rancho y un lucero
Un día -¡primero
Dios!-
has de quererme un poquito.
Yo levantaré el ranchito
en que vivamos los dos.
¿Que más pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor...
Y entre aroma de saúcos,
un zenzontle que cantará
y una poza que copiará
pajaritos y bejucos.
Lo que los pobres queremos,
lo que los pobres amamos,
eso que tanto adoramos
porque es lo que no tenemos...
Con sólo eso, vida mía;
con sólo eso:
con mi verso, con tu beso,
lo demás nos sobraría...
Porque no hay nada mejor
que un monte, un rancho, un lucero,
cuando se tiene un "Te quiero"
y huele a sendas en flor...
has de quererme un poquito.
Yo levantaré el ranchito
en que vivamos los dos.
¿Que más pedir? Con tu amor,
mi rancho, un árbol, un perro,
y enfrente el cielo y el cerro
y el cafetalito en flor...
Y entre aroma de saúcos,
un zenzontle que cantará
y una poza que copiará
pajaritos y bejucos.
Lo que los pobres queremos,
lo que los pobres amamos,
eso que tanto adoramos
porque es lo que no tenemos...
Con sólo eso, vida mía;
con sólo eso:
con mi verso, con tu beso,
lo demás nos sobraría...
Porque no hay nada mejor
que un monte, un rancho, un lucero,
cuando se tiene un "Te quiero"
y huele a sendas en flor...
SONIA SILVA ROSAS
Mejor el respiro
Ya no
quiero dormir,
no
deseo buscar entre los rescoldos de la noche
la
máscara del día siguiente
ni
darle tranquilidad a mi espíritu;
para mí
la paz es ajena,
no la
conozco, nunca la he visto
y no
pretendo encontrarla cerrando mis párpados.
¿Qué de
bueno puede tener
eso de
permanecer inerme por algunas horas
mientras
el silencio agrieta mi rostro,
aturde
mis ganas y se lleva las fuerzas?
Mejor
los ojos abiertos,
fingir
la muerte sin descanso alguno
con los
sueños tatuados en el tirol
y el
remolino de las sombras
haciéndome
gestos.
Mejor
el respiro de quienes duermen,
de
quienes asumen su muerte desde ahora
y se
conforman con ser murmullo en la historia.
Yo
prefiero no dormir.
¿Qué de
bueno puede tener
eso de
buscar tranquilidad
detrás
de una máscara?
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