jueves, 22 de octubre de 2020

MAURICE MAETERLINCK



 

Y si él retornara un día...




Y si él retornara un día
¿Qué le habría de decir?
-Que lo esperó el alma mía
Hasta la hora de morir.

¿Si él cree mi respuesta vana
Y me pregunta algo más?
-Háblale como una hermana,
Porque ha de sufrir, quizás...

Tal vez que le diga, exija,
Dónde, entonces, estarás.
-Entrégale esta sortija
y nada responderás.

Si ve la sala desierta
¿Qué le diré a su estupor?
-Muéstrale la puerta abierta
y sin luz el velador.

Pero entonces, dolorido,
Dirá si te vi morir...
-Dile que yo he sonreído,
Para no hacerlo sufrir...


Versión de Edmundo Bianchi

 

BOB DYLAN

  

 

 

La huida del vagabundo



Ayudadme en mi miseria 
Oí al vagabundo decir 
Cuando le sacaban del tribunal 
Y se lo llevaban 
«Mi camino no ha sido agradable 
Y me queda poco tiempo, 

Y sigo sin saber 
Qué mal le he hecho yo a nadie»

El juez se quitó la toga, 
Sus ojos se llenaron de lágrimas 
«Jamás lo comprenderías», le dijo, 

«¿Por qué tienes que intentarlo?» , 
Fuera el público alborotaba, 
Se le podía oír desde la puerta, 
Dentro el juez bajaba del estrado 
Mientras el jurado clamaba pidiendo más. 

«¡Oh!, callen ya a ese maldito jurado», 
Gritaron el asistente y la enfermera. 
El juicio ya fue bastante malo, 
Pero esto es diez veces peor. 
Justo entonces, un rayo, 
Reventó el Juzgado, 
Y mientras todo el mundo caía de rodillas a rezar, 
El vagabundo escapó.

 

 

Versión de Antonio Rasines

 

 

JOHANNA CARVAJAL

  

 

 

Yewá




Los ángeles

vigilan las puertas

cercanas

al origen,

coronan

con flores

a las palomas

que se envuelven

en velos de satín.

 

 

JOHN DONNE

  

  

El mensaje




Devuélveme mis ojos largamente descarriados,
pues es ya mucho el tiempo que han estado sobre ti;
mas ya que tales males allí han aprendido,
     tales conductas forzadas
     y apasionamiento falso, 
         que por ti
         nada bueno
pueden ver, quédatelos para siempre.

Devuélveme mi corazón inofensivo,
que pensamiento indigno no podría mancillarlo, 
pero si el tuyo le enseñara
     a burlarse
     del amor;
          a quebrantar
          palabra y juramento, 
quédatelo, porque mío no será.

Pero devuélveme mi corazón, mis ojos,
que pueda ver y conocer tu falsedad;
que pueda reírme y gozar
     cuando te angusties, 
     cuando languidezcas
          por aquel
          que no querrá,
o, como tú ahora, falso sea.

 

Versión de Purificación Ribes

 

LUIS ANTONIO DE VILLENA

 

 

 

Cipariso



Hemos venido a verte al sórdido escenario
donde hombres y mujeres agradecidos adulan tu
belleza. ..
Adolescente en el filo del reino,
tu cuerpo tiene la hermosura blanca de rosas tropicales
y el vigor del muchacho en el cuerpo de guardia.
Tu fruta, oscura y larga, llama a una sed prohibida.
Tus muslos son de seda, de agua femenina.
Tus ojos muy, muy dulces, desfallecientes, húmedos,
pero tus músculos sin pelo golpean cuando miran.
Tú te vas desnudando lentamente
entre una música arábiga de rai y rock folklórico.
y deslumbras de blanco como el niño secreto
que se viste de blanco las bragas de su hermana.
y también ruedas en el sucio suelo
como un joven guerrero montando a los leopardos.
Te miramos con envidia tranquila
y un furioso deseo de desdén y codicia...
Eres un lirio hermoso de viril temperanza
y la blanda violeta de una virgen enferma.
He soñado, de pronto, con tu carne en mi cama.
y he sentido las sábanas teñidas de colonia.
Pero cuando tu culo era la gloria de una hoguera
y tu fruta pendía bajo el pelo revuelto,
los aplausos de un público delicado y abyecto
me han recordado que el sueño terminaba.
El dueño ha dicho: Unas quince mil pelas...
Y el dios, sudando, pide ginebra y coca.
El mundo se ha tornado de peltre y de tornado,
y ya sabemos todos que no existe la vida.

 

PIERRE LOUYS


  

 

El apogeo

 

 


Psiqué, hermana mía, escucha inmóvil, y tiembla.
La dicha llega, nos toca y nos habla de rodillas.
Estrechémonos las manos. Sé grave. Escucha aún... Nadie
es más feliz esta noche, más divino que nosotros.

Una ternura inmensa atrae entre las sombras
nuestros ojos semi-cerrados. ¿Qué queda todavía
del beso que se calma, del suspiro que se pierde?
La vida ha dado la vuelta a nuestro áureo reloj de arena.

Esta es nuestra hora eterna; eternamente grande.
La hora que sobrevivirá al efímero amor
como un velo impregnado de rosa y lavanda
conserva, cien años después, la juventud de un día.

Más tarde, hermosa mía, cuando noches ajenas
hayan pasado sobre ti, que ya no me esperarás,
cuando otros, acaso, amiga de las suaves manos,
celosos de mi nombre, rozarán tus pies desnudos.

Acuérdate de que un día vivimos los dos juntos
la única hora en que los dioses conceden, un instante,
a la cabeza inclinada, a la espalda temblorosa,
el puro espíritu vital que huye con el tiempo.

Acuérdate de que una noche, en nuestro lecho,
acariciándonos con deseos ansiosos de unirse,
cambiamos de boca a boca
la perla imperecedera en la que duerme el recuerdo.


 

Versión de L.S.

 

VLADIMIR MAÏACOVSKI

 

 


¡A Lilita!

En vez de una carta





En vez de una carta.
El humo del cigarrillo consumía el aire,
El cuarto parecía un capítulo
del "Infierno" de Kruchoni¹.
¿Recuerdas,
detrás de esta ventana,
por primera vez,
acaricié tus manos extasiado?
Hoy, sentado estoy,
y tengo el corazón aprisionado.
Pasarán los días,
y tal vez,
me echarás, insultándome.
Ya no entraré en el oscuro pasillo de tu casa,
con las manos temblando.
Saldré por fin,
y arrojaré mi cuerpo a la calle,
salvaje,
enloquecido,
desgarrándome desesperado.
No hace falta eso, querida,
mi buena amiga,
mejor despidámonos ahora.
Igual mi amor,
será una cadena que colgará siempre de ti, adonde vayas.
Déjame llorar en un último grito,
la amargura de mis quejas ofendidas.
Si a un buey lo matan de trabajo,
se echará a descansar sobre la hierba fresca.
Para mí,
más que tu amor, no me consuela nada.
Y tu amor ni con el llanto me otorga algún descanso.
Si el elefante busca reposo
se acostará solemne sobre la arena ardiente.
Para mí,
No hay otro sol más que tu amor,
aunque no sepa dónde estás, ni con quién.
Si así viviese atormentado el poeta,
cambiaría el dinero y la gloria por su amada,
mas para mí,
no hay sonido más alegre,
que el sonido de tu nombre amado.
Y no me arrojaré al abismo,
y no tomaré veneno,
y no podré apretar el gatillo en las sienes.
Para mí,
tu mirada,
tiene más fuerza y poder,
que el filo de cualquier navaja.
Mañana olvidarás,
que yo te he coronado,
que el alma florecida la he consumido de amor.
Días de trajín barrearán el carnaval desordenado,
y las cuartillas de mis versos se perderán.
..
Acaso alguna vez mis páginas, cual hojas secas
te obligarán a detenerte,
a respirar con avidez.
Déjame,
aunque más no sea,
alfombrar con mi última amargura,
tu paso que se aleja.



1.- Poeta imaginista contemporáneo de Mayacovski

Versión de Lila Guerrero