martes, 26 de mayo de 2020



GIORGIO CAPRONI





El corazón



            El corazón late en el centro
de París. Late
en la Concordia. Late
entre los árboles de los Campos Elíseos.

            El corazón late en el corazón
del corazón de París.



SILVIA EUGENIA CASTILLERO





LA HIEDRA CUBRE el recinto, entreví tu locura en los claros. Ahí demoré toda una tarde, buscaba compañía, alguien como yo varado en el tiempo, con la impronta que el mundo nos impuso. Y hablarte de mi desmoronamiento. En la casa que habitaste la escalera platica de tus cantos, todavía escucho resonar en el agua tu risa. Agua estancada con reflejos de tu boca. Agua tibia. Vine a hacer figuras de barro mientras llegas, las dejo entre baldosas desprendidas. Son pedestales. Sabrás que estuve contándote mi historia. No puedo salir: la ciudad enfureció. Más allá de la muralla en forma de corazón no hay ciudad para mí, ni vías para el tiempo. En esta mansión los ecos y estucos son símbolos tuyos, los dejaste para cuando reclamara tu presencia. Voy recorriéndolos uno a uno, son casi mapas de tu ansiedad. Cuando te sacaron cerraste y nadie ha vuelto.


GIORGIO DE CHIRICO




  
Una noche



La noche última el viento silbaba tan fuerte que creí iba a
derribar las rocas de cartón.
Mientras duraron las tinieblas las luces eléctricas
Ardían como corazones.
En el tercer sueño me desperté cerca de un lago
Donde venían a morir las aguas de dos ríos.
Alrededor de la mesa las mujeres leían.
Y el monje se callaba en la sombra.
Lentamente pasé el puente y en el fondo del agua oscura
Vi pasar lentamente grandes peces negros.
Súbitamente me encontraba en una ciudad grande y
cuadrada.
Todas las ventanas estaban cerradas, doquier silencio Doquier meditación
Y el monje pasó aún al lado mío. A través los agujeros de su
silencio podrido vi la belleza de su cuerpo pálido y blanco
como una estatua del amor.
Al despertar la dicha dormía aún cerca de mí.



MARIO LUZI


  



En todas partes juegan al descuento



En todas partes juegan al descuento
con la vida humana y la no humana,
la malbaratan de cualquier manera,
la desprecian en todos los modos
por la más desesperada
y sangrienta bancarrota
nunca cocinada con frialdad, nunca,
ni siquiera en una Wall-Street de infierno, condimentada
¿por quién?
Se esconden detrás de sus killers,
asesinos ocultos tras otros asesinos
o francamente encubiertos por sí mismos
todos juntos rezan
el rosario de descargas bien dosificadas,
disparan sus veredictos inapelables,
disparan su muerta rabia,
disparan su muerte sobre las ajenas.
"No,
no se trata de un sueño ya soñado"
hace lo imposible por convencerse, no recae
en una duermevela tormentosa. Sucede,
sucede de manera inconcebible.




RUBÉN BAREIRO SAGUIER





Murales



En la pared
encontré un nombre escrito y una fecha.
Salud, compañero, contesté el mensaje,
y me sentí menos solo.
En el muro de enfrente
alguien ha dibujado
un rancho de dos aguas,
con su corredor y su cocotero.
Cuando la sombra aleve
me aprieta las pupilas,
el ranchito, de golpe,
abre una ventana con sol:
una bocanada de vida.


NOÉ JITRIK





Las tazas



Como en los tangos
la tristeza verdadera
la tristeza sin vuelta
se hace propietaria de los inmuebles
pinta sus paredes
resuena en las canillas mal cerradas
huele en las toallas y qué decir de los zapatos
desajusta las ventanas
le impide a las puertas el silencio y la suavidad
rechaza los carteros tardíos
dobla la punta de las alfombras
y en cuanto a las tazas, ah las tazas
en la desierta soledad de la noche se desconchan
la tristeza las descascara
les pone el borde áspero
les reprime su café
y en consecuencia no hay nada que hacer
hasta es vano
ponerse a recordar
sin siquiera el recuerdo de un amor bien hecho
ni el recuerdo de una traición insondable:
el café se pone áspero y duro
a qué seriedad se puede aspirar así
sin vajilla
sin recuerdos
igual que los niños que no tienen maestra
ni tienen ama
ni amor.


De: “Comer y comer”