lunes, 18 de diciembre de 2017


JUANA BIGNOZZI




El sujeto de la izquierda



educada para ser
la magnífica militante de base de un partido
que por no leer la historia de mi país
se ha convertido en polvo no enamorado sino muerto
preparada para una eterna carrera de fondo
tengo ante los ojos una pared impenetrable
detrás de la cual sólo hay
otros 50 años de trabajo y espera


De: "Interior con poeta"



LURIEL LAVISTA




Salud



Salud que estamos ebrios aún es de amanecer
¿Para qué volver a soñar?.
párate para poder tomar esto
y lo demás que se quedó girando en la habitación.
Así que esta vida te ha arrastrado tan bien como lo he esperado
si salimos es igual, todos tienen enemigos que encontrar
hoy orgulloso de no terminar en una zanja con la boca mosqueando
te demuestro después de tus tantos años
que en lo absoluto he tenido temple
entre todos estos caminos erráticos.
Después de irme pleno como llegue ya lo habré superado
antes aunque me aferraba de todo
el desdén  estaba por delante,
no estando preocupado por fracasa
ni enganchado a ninguna idea,
ni visitando a los ojetes de mierda
bebamos de nuestra estridente botella
que cayendo no se quiebra en el giro de este viaje.
Saltando por mentes escupidas por la turbia felicidad
que sin saber cómo funciona la suerte nos aprovechamos como nadie,
que volteamos por igual a la duda interminable,
que ante todo anduvimos solos y con todos los irreconocibles,
porque perpetuamos restos de nuestra alma sin ningún remordimiento.
rehuimos cuanto pudimos de las preocupaciones de poco valor
aquí mezclados entre ruidos y mucho más escándalo
que nuestros delirantes hábitos.
Venera la separación con la muerte.


MORIANA DELGADO




Imagen desde la ventana de un segundo piso



No sé
No hay hasta luego
No hay historia que dure.
Mi patio es un bosque derrumbado
Pero los hombres abandonaron las ramas.
Si las tardes se acortan,
Mi consigna queda inconclusa y las hojas desganadas.

Las etapas se entierran con la hierba seca
Las espinas se encajan en mi piel,
Aun sin grietas ni abismos.
Yo soy mi única compañía,
Soy mi entonación y mi testigo,
Mi voz quebrada y el único hastío.

Las cortadas se tiñen de negro, se gangrenan.
El hedor hace una pausa.
Siempre escribimos sobre la lavanda
Y no sabemos qué lo causa.
Simplemente las cosas nos pasan por encima.
Donde están las ramas está mi abrigo.
no hay fondo ni principio,
soy patriarca de esta niebla,
donde las espigas cubren colmenas oscurecidas.



MARILINA RÉBORA




Blanca piedrecita



Lo he meditado mucho, Señor, aunque no espero
Visión de corcel blanco o de espada en tu boca,
Estrella o mar de vidrio —ni menos, candelero—:
Quiero de Ti otra gracia y mi labio la invoca.
Quiero sí un nuevo nombre: el que nadie conoce,
Únicamente sólo aquel que lo recibe,
Para perfeccionar en infinito goce
Lo que apenas el alma en sus ansias concibe.
Un nuevo nombre escrito en blanca piedrecita.
"¿Cuál será?", me pregunto. Inútil responderme
Pues lo susurra sólo el ángel que visita
Las almas que Tú eliges para esta recompensa.
(Mientras se cumple el término, el espíritu aduerme
Y la mente imagina, discurre, trama, piensa...)
Arriba




JUAN CARLOS SUÑEN



  
A pocos kilómetros
el autocar le deja donde la piedra se abre
al cielo. En lo más alto
de abajo, en lo más bajo
de arriba. Tanto cielo,
incomprensible desde la casa.

Allí comienza un breve
ascenso. Poseída
por la fronda y el musgo,
la ruina salva su belleza. Quiere
mirar con ojos ebrios
tanta serenidad. En lo que fuera
claustro (y taller) la inútil
arrogancia del gesto se detiene.

El tejo habla.
Y si el hombre
pudiera un voto sería
este que sabe ser inagotable
sin hacer daño, ser centro
y ser contorno bajo
la amenaza o promesa
de hacerse nuevo sin hacer acopio.

Canta
la abubilla su gesto sin dejarse ver
la duración exacta del presente.

De "El hombro izquierdo"


GABRIELA D’ARBEL




(En este lugar acampan
otros sentimientos que ni al caso)
evitar que se rompa la yema del huevo
o picar una cebolla por ejemplo.

El sentimiento flota.
(No con que lo diga existe)
ausente de morfología.
lo siento, algunas veces
tú lo sientes, otras.
No está todo el tiempo en mí,
algunos días en ti.

Luego regresas, como un evento
cíclico y solar,
muerdo tus verbos, bebes mi pavor.
(Montaña rusa en el  paraíso mental)