lunes, 18 de diciembre de 2017

MORIANA DELGADO




Imagen desde la ventana de un segundo piso



No sé
No hay hasta luego
No hay historia que dure.
Mi patio es un bosque derrumbado
Pero los hombres abandonaron las ramas.
Si las tardes se acortan,
Mi consigna queda inconclusa y las hojas desganadas.

Las etapas se entierran con la hierba seca
Las espinas se encajan en mi piel,
Aun sin grietas ni abismos.
Yo soy mi única compañía,
Soy mi entonación y mi testigo,
Mi voz quebrada y el único hastío.

Las cortadas se tiñen de negro, se gangrenan.
El hedor hace una pausa.
Siempre escribimos sobre la lavanda
Y no sabemos qué lo causa.
Simplemente las cosas nos pasan por encima.
Donde están las ramas está mi abrigo.
no hay fondo ni principio,
soy patriarca de esta niebla,
donde las espigas cubren colmenas oscurecidas.



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