"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 10 de septiembre de 2017
ROBERTO PIVA
Nuestro antepasado fuego
Para Eduardo Calderón
palomino
Chamán
de los cuatro vientos
estrella
del norte
flor de
filigrana
en el
nervio del
ocaso
vuelo
cansado de la lechuza
que
desgarra su
arpón
milagrosa
cannabis
planta
del incesto
del sol
con las
aguas
árboles
llenos de
bocas
donde
el gavilán salta
ciclón
del Universo
De: “Ciclones”
SAMUEL VÁZQUEZ
Llega a la tierra prometida y no levanta allí
su casa; reconoce que dios la ha engañado de nuevo. Llega a la belleza y
quiebra su espejo; sabe que su destino no es el azogue sino la epifanía. Llega
a la verdad y no se amaña allí: echa sobre sus hombros la pesada carga y
descubre un sendero hacia lo inefable con su lámpara de oscuridad. Llega al
domingo y no descansa entonces; ama su pie errante. Adelantada a sus propios
pasos, invisible y silenciosa, no posee luz propia pero sabe encender el fuego.
Sin fe en el camino, cuanto más se aleja más cerca está del comienzo hasta
alcanzarse a sí misma por la espalda, pero no se reconoce. No mira hacia el
horizonte que la llama. No vuelve la cabeza para reconocer el sendero de sal.
Su rostro desaparece entre la bruma. Su equívoco pie importa nada. Camina con
zapatos de felpa entre el simún, para que su rastro no pueda ser seguido. Sólo
el orden del polvo que ha levantado en su errancia es lo que queda. Para evitar
explicaciones se defiende con olvido. La poesía.
De: “La promesa de los pájaros”
VANESA PÉREZ-SAUQUILLO
Cómo
sabemos
–pero
lo sabemos–.
Extensión
de gaviota
suspendida
en el aire.
Lo
hemos vivido, ahí,
prácticamente
inmóviles.
Lo
hemos sido, sabemos
qué
apertura
–pájaro
al viento,
corriente
que se
entrega–.
Lo
hemos sabido
–pluma
sobre el agua–.
Hemos
sido, vivido,
ese
volar.
Mamíferos
que sueñan que recuerdan.
De: “La isla que prefieren los pájaros”
RAQUEL JADUSZLIWER
Persistencia
Todavía
estás cerca
todavía aquí de este lado del mundo
hoy nos despierta lo que dicen las lluvias al caerse
las mismas lluvias bajo distintos techos
ellas saben
tan tropiezo la lluvia tan destino de gota persistente
todavía aquí de este lado del mundo
hoy nos despierta lo que dicen las lluvias al caerse
las mismas lluvias bajo distintos techos
ellas saben
tan tropiezo la lluvia tan destino de gota persistente
azorados
todavía las oímos cerca
todavía las oímos cerca
y
ojalá
y entonces yo le pido a la lluvia que te alcance su manera
/tan blanda de estar ahí
de esperar mientras se fulminan las estrellas una a una
/delante nuestro
y los planetas cercanos se vuelven más y más abstractos
y entonces yo le pido a la lluvia que te alcance su manera
/tan blanda de estar ahí
de esperar mientras se fulminan las estrellas una a una
/delante nuestro
y los planetas cercanos se vuelven más y más abstractos
cómo
alcanzar pregunto la persistencia firme de la gota
/en la piedra
tan certera tan blanda en la dureza creciente de los días
/en la piedra
tan certera tan blanda en la dureza creciente de los días
y sólo
desearía hacer un hueco
hacer un hueco y entonces ahuecarte
y en ese hueco guardar algo de luz
hacer un hueco y entonces ahuecarte
y en ese hueco guardar algo de luz
MANUEL CUAUTLE
Por fin entiendo
Dalí
tu
intranquilidad
por el
tiempo
y la
necesidad de mostrar
el
báculo incesante
de
falsas sociedades
tu
tiempo
ahora
es mi tiempo
pero la
angustia
seguirá
siendo tuya
mi
tormento es colosal
pero no
necesita un báculo
los
castillos de Vienna
no son
murallas
para
nuestro tiempo
sacaré
tus venas
de la
tierra
para
darle cuerda
a los
relojes
del
universo
De: “En la partitura del exilio”
YAEL DOMÍNGUEZ HERNÁNDEZ
Saludos a la familia
Desde
el infierno, el cielo o desde casa
le
mando saludos al venado que cayó esta mañana.
Bendita
noticia con la que te despertaste, antes de las diez
pero
que odias, casi tanto como a mí.
¡Güicho!,
ahorita vengo, voy por tu mamá. ¡Sí!
¡Ahí te
encargo el teléfono!, contestas. ¡Sí!
Inés,
abre temprano el consultorio,
no la
dejes trabajar sin ganas, sabes que por todo se queja.
Saludos
a Van Gogh,
desde
la habitación donde contempla la noche estrellada;
dile
que no deje morir los girasoles,
dales
tres horas de sexo y permíteles dormir sobre tu brazo
es la
única forma de soñar temprano.
Qué
puedes decirme sobre Dante,
¿sigue
los pasos de Darío?
Cuando
me fui apenas contaba
pero
deletrea muy bien D – i – o – s.
Inés,
abre temprano el consultorio,
no la
abandones en su silla, sabes que la soledad le molesta.
Desde
tu olvido me pregunto:
¿Qué
Luis, padre o hijo?, ¿cuál Van Gogh?,
¿te vas
a quedar a dormir?, ¿Saraí llega mañana?
Esa
familia es un pueblo fantasma
en
medio de un vasto limbo;
pero no
son todos, sólo es Inés.
Ella me
examina todo el tiempo, piensa que estoy loca,
no sabe
que no importa.
Inés no
es más con nosotros.
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