domingo, 13 de enero de 2013

ANGÉLICA SANTA OLAYA





Sustancias



Unir la queja a la del otro
aunque el otro no tenga oídos,                             
sudor ni lágrimas.                                           

Es más fácil lamentarse                                    
y encimar tabiques                                       
que poner la otra mejilla.

De piedra es el Dios,                                               
un hálito apenas el abrazo                                    
y amargo zumo el dolor                                            
que bebe la tierra                                              
cuando los muros                                                   
-polvo de arcilla
convertido en roca-                             
enarbolan la demencia. 

CLAUDIA POSADAS





Plenitud



Vivo en la ira
y en el amor también;
vivo en el miedo,
en el frío,
en el horror de la noche;
vivo en el deseo, en la ansiedad,
el arrepentimiento.

En la mansedumbre
vivo, vibro,
respiro
en el pulso de tu pecho desnudo,
crisol donde todo se templa

y todo es olvido.

SILVIA TOMASA RIVERA






El olor…



El olor a madera viene de tus piernas,
allí comienza el bosque.
Las alimañas salen y cosquillean
hasta perder.
El vientre respira.
Nada es desconocido pero descubro
una planta carnívora en el centro,
crecen las hojas, me atrapan, saborean mis pedazos.
El solo espíritu queda flotando
alrededor de un cuerpo que no existe.

La dicha inmerecida. Ahora abril es cierto,
el tiempo es cierto, ya lo vemos pasar
en este instante
porque antes estuvo detenido.


JOSÉ LUIS HIDALGO






Mar de tus ojos



Puerto de amor tus ojos,
aguas claras.

(Brisa que me querías
sobre la mar salada.
Aguas sin corazón
que me llevabais...)

Hacia el mar de tus ojos
navegará mi ansia.


OLAVO BILAC





Vita nuova


Si con los mismos ojos abrasados,
al mismo gozo antiguo me convidas,
máta el recuerdo de las horas idas
en que los dos vivimos separados.

Y no me hables de lágrimas perdidas,
ni me culpes por besos disipados;
caben en una vida cien mil vidas,
como en un corazón cien mil pecados.

¡Te amol ¡La llama del amor, más fuerte
revive. Olvida mi pasado, loca!
Qué importa el tiempo que viví sin verte,

si aun te quiero, después de amores tántos,
y si aun tengo, en los ojos y en la boca,
nuevas fuentes de besos y de llantos!

Versión de Miguel Rasch-Isla

MINERVA MARGARITA VILLARREAL




Mas no son cuerpos…


Mas no son cuerpos esas montañas desoladas
ni muerte ese deseo
desvaneciéndose
en el lienzo
sino un ladrar de perros
que hambre tienen
y bajan de madrugada
a devorarte