Sustancias
Unir
la queja a la del otro
aunque
el otro no tenga
oídos,
sudor
ni
lágrimas.
Es
más fácil
lamentarse
y
encimar
tabiques
que
poner la otra mejilla.
De
piedra es el
Dios,
un
hálito apenas el
abrazo
y
amargo zumo el dolor
que
bebe la
tierra
cuando
los
muros
-polvo
de arcilla
convertido
en
roca-
enarbolan
la demencia.
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