sábado, 23 de abril de 2016


ALFONSO REYES




Ventana al crepúsculo y al campo



A la hora en qué está muriendo el día
en regalada paz y luminosa,
siento subir el ánima olorosa
del verano del campo que se enfría.

¡Tarde, playa del mar constante y pía!
Nave del corazón: al fin reposa.
Salte, alma, como una mariposa,
a temblar en la luz que se desvía.

Yaces, amiga, sobre la ventana,
por donde nuestra lenta vida mana
hacia el ocaso, hacia la inmensidad.

Y en el desvalimiento de la tarde,
la dulce lumbre de tus ojos arde
para consuelo de mi soledad.




("VENTANA AL CREPÚSCULO Y AL CAMPO", Constancia Poética OC X.)

HÉCTOR DE PAZ



  
(El evangelio de tu llegada)



El evangelio de tu llegada
está escrito sobre el aire nocturno
tatuado con resplandores de ámbar
y olor a encajes nuevos

reverberan
el mundo
sus contornos

y esta respiración
que te presiente.


De: Ahogada lumbre la sangre (2006)



CONCHA MÉNDEZ




Me levanté hasta el sueño. En busca iba...

                                                          "La vida es ciervo herido
                                                      que las flechas le dan alas."
                                                                                  Góngora



Me levanté hasta el sueño. En busca iba
de no sentir la herida que abrasaba.
Las duras flechas del dolor hicieron
brotar en mí el clavel de nueva llaga.

Corriendo al par carrera con el viento
y perseguida por amante llama,
la vida es ciervo herido sin remedio,
que las flechas le dan veneno y alas.


JOSÉ MARTÍ




Vino el amor mental



Vino el amor mental: ese enfermizo
Febril, informe, falso amor primero,
iAnsia de amar que se consagra a un rizo,
Como, si a tiempo pasa, al bravo acero!

Vino el amor social: ese alevoso
Puñal de mango de oro oculto en flores
Que donde clava, infama: ese espantoso
Amor de azar, preñado de dolores.

Vino el amor del corazón: el vago
Y perfumado amor, que al alma asoma
Como el que en bosque duerme, eterno lago,
La que el vuelo aún no alzó, blanca paloma.

Y la púdica lira, al beso ardiente
Blanda jamás, rebosa a esta delicia,
Como entraña de flor, que al alba siente
De la luz no tocada la caricia.



MARIO BENEDETTI




192



vuelve señora /
tras la aduana del beso
vendrá el tuteo


ROSALÍA DE CASTRO





Busca y anhela el sosiego...



Busca y anhela el sosiego...
mas... ¿quién le sosegará?
Con lo que sueña despierto,
dormido vuelve a soñar.
Que hoy como ayer, y mañana
cual hoy, en su eterno afán,
de hallar el bien que ambiciona
-cuando sólo encuentra el mal-,
siempre a soñar condenado,
nunca puede sosegar.