domingo, 13 de enero de 2019


TRISTAN TZARA





Llamamiento



Cuando te he visto, tenías al cuello abalorios, en las muñecas empolvadas
pulseras y serpientes enrolladas en tus vestidos cortos -en los dedos
anillos falsos que brillan como los ojos del búho en la noche
y había fallecido tu madre hace tres o cuatro semanas.

Se te subían y bajaban cual juego de aguas, las serpientes
giraban tendidas para mamar con su lengua inocente
algo vedado o su propia cola
(En el alma silencio tus ojos lloraban dolor verdadero)

He sentido que tu voz pagada-
Cantabas borracheras por obligación
Quería llenarte el alma vacía
con la melodía de las horas tardías.

Y tu danza que no tiene significaciones buenas
se lanzaba interrogante-maravilla
(los adolescentes preguntaban cuánto quieres)
Tus senos están maduros y pesados
y nuestras miradas enloquecidas

Cantante, bailarina de talento
deja el amor pagado, maldecida flor marchita,
hazte de nuevo como otrora: de buena conducta
así piensa tu madre en su sencillez como la de la nieve

Tú has querido, María, atarte una soga al cuello
porque tu madre te ha amado
en prendas domingueras él ha llegado
y ha borrado el llanto de las flores de tu cara.
-La luna está roja, María, la noche cómo será si no oscura
Ven conmigo al campo
Llorarás primero todo tu dolor, sin molestias,
en un cuarto antiguo y oscuro, en un cuarto tranquilo y limpio
donde podrás desnudarte y quedarte en cueros
para dar caricias al sufrimiento
Tal vez pedirás libros de fotos para el olvido
o muñecas en cunas con cuidado de enfermedades

Nos daremos paseos en el trineo sobre el campo nevado
y jugaré con tu corazón de gata
En la primavera invitaremos amigos a la finca
para avivar las alegres jaranas.


De: “El bosque de Garceni”

Versión  de Darie Novácenau



CLARA LECUONA VARELA





VII



Rodeada de islas, donde baten las olas
no es su furia la que rompe mis contornos.
El agua es dócil.
El agua se deja llevar
o te lleva.


EDITH SÖDERGRAN





Espuma



Bebemos la espumosa
champaña de la vida,
leves como espuma,
diáfanos,
corazones de champaña...

Ojos de champaña -
promesas te guiña el cielo.

Pies de champaña -
sigan las estrellas.

Espíritus de champaña.
¡la copa se entusiasma en su mano!


Versión de Renato Sandoval e Irma Sítanen


RENE SEGURA


  


Lo que tengo



Tengo una autoestima medicada
Una dialéctica muy  peligrosa
Unos buenos  recuerdos
Y este poema que nombra lo que tengo.

Una fe en la fe
Y un desprecio por el desprecio
Una Contradicción a la contradicción
Y un discurso enredado para parecer interesante.

Una conexión universal
Una anarkia que uso  solo cuando me conviene
Una cruz que convertí en silla
Un malestar incurable.
La celda más grande
Un reflejo en el fango y otro en el cielo
Un respeto a mis teorías
Y un ritual de fuego.
Esto es lo que tengo.


ROXANA ELVRIDGE-THOMAS





Cárdeno pleamar

Para Miraceti Jiménez



Bulle río bermejo en las arterias.
Es egregio astro quien te imanta y funde su faz en los alientos.
Vino espeso, vierte su calor por vestiduras.
Aroma la entrecarne y sus confines, errante y súbito destino deseado por papilas del extraño.
Es dios y es planeta y es proclive a crueles fauces quien te incita, quien goza con efluvios derramados.
Son cauces subterráneos de negra infantería que se rinde al mandato del purpúreo.
Es fragor oculto y sin remanso, oscura sangre.
Es roja la marea de Marte.
Iguala su raigambre, su epidermis, su moral.


ANDREA CABEL GARCÍA





Lyrica 500 mg.



Era un día de tantas lyricas,
uno con luces en el cielo y sonidos comiéndose al mar
Yo hubiera querido ser una ventana
o una letra escribiendo tu nombre en cualquier pared.
Hubiera querido ser tantas cosas,
Y solo fui esta palidez inexplicable

Este supuesto vientre sosteniendo el tendón de tu dedo meñique
Esta supuesta llamada a media noche esperando tus dientes callados.
Mientras no estás, las casas en Craig se llenan de copos morados de papel,
Copos que miran tus botas rojas
Tus botas rotas pisando el frío
pisando el día que amanece al otro año
con velas y maullidos dispersos, con papeles impresos que dicen cualquier cosa.

-Tu boca y tu nariz: espacios intersectándose imprecisamente-

Quería darte la sombra de este objeto

La boca de este ojo que estalla,

el cielo de este animal que te ha buscado
que se ha peinado con saliva
y que soñando con algún silbido
ha cruzado esa pista gigante, sin luz, esta pista que lleva al fin del mundo,
por donde las setentayunos as y ces, desprenden su pulpa para quemar un sueño