martes, 24 de junio de 2014

FERNANDA SIERRA


 

Quisiera expresar

 

El sentido de la abstinencia
Retóricamente
Mi abstinencia
Al ser, insoslayablemente
Mi ser
Ambiguo
Irónico
Terriblemente frió
No descanso, no palpo
Solo vivo

 

 

PABLO NERUDA


 

El miedo

 

Todos me piden que dé saltos,
que tonifique y que futbole,
que corra, que nade y que vuele.
Muy bien.

Todos me aconsejan reposo,
todos me destinan doctores,
mirándome de cierta manera.
Qué pasa?

Todos me aconsejan que viaje,
que entre y que salga, que no viaje,
que me muera y que no me muera.
No importa.

Todos ven las dificultades
de mis vísceras sorprendidas
por radioterribles retratos.
No estoy de acuerdo.

Todos pican mi poesía
con invencibles tenedores
buscando, sin duda, una mosca,
Tengo miedo.

Tengo miedo de todo el mundo,
del agua fría, de la muerte.
Soy como todos los mortales,
inaplazable.

Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo,
Pablo Neruda.


 

MIGUEL ARTECHE SALINAS


 

No tiene

  

Los mocasines negros,
La sangre púrpura,
El corazón negro,
El solideo púrpura
Las uñas negras,
La fascia púrpura
Que rodea una barriga negra,
Los labios purpúreos,
Las hebillas de oro del poder negro,
La sotana negra de sedosos frufrúes
Que silban si el prelado
Muy airoso en perfume camina.
Todo esto se vende
En las tiendas de Roma exclusivas.

Y no tiene el hijo del hombre dónde
Reclinar la cabeza.

 

 

FANNY CAMPOS ESPINOZA


 

Sacrificio

 

Mamá ya está puesta la mesa altar
Y me quité toda la ropa

Antes de arrancarme los párpados y lanzarlos al volcán
Revuelve el té con la punta de tu pezón

Quiero excitarme por última vez.

 

 

GABRIELA MISTRAL


 


Obrerito

 

Madre, cuando sea grande,
¡ay..., qué mozo el que tendrás!
Te levantaré en mis brazos,
como el zonda al herbazal.

O te acostaré en las parvas
o te cargaré hasta el mar
o te subiré las cuestas
o te dejaré al umbral.

¿Y qué casal ha de hacerte
tu niñito, tu titán,
y qué sombra tan amante
sus aleros van a dar?

Yo te regaré una huerta
y tu falda he de cansar
con las frutas y las frutas
que son mil y que son más.

O mejor te haré tapices
con la juncia de trenzar;
o mejor tendré un molino
que te hable haciendo el pan.

Cuenta, cuenta las ventanas
y las puertas del casal;
cuenta, cuenta maravillas
si las puedes tú contar...

FERNANDO ORTEGA BENAVIDES


 

Los años que yacen en tu boca

 
 

Dos copas de vino en una mesa
cuyo mantel ha caído y nadie recoge

Un brazo se mueve porque pienso
que el brazo se mueve
y aún no consigo apuntar las cenizas
al cenicero en la mesa cuyo mantel
ha caído y nadie recoge

Pero estás tú y con tu falda puedes cubrir
la verguenza de las manchas de vino
las gotas que se expanden
por un torpe movimiento de brazos

Recuerdo que Soy hasta un año
.....yendo hacia atrás
ese tiempo se acorta brutalmente
cuando me miras así
soy el resto de los años y la fuga
y las horas son un juego, las luces
cayendo y resistiéndose en tu pelo
-un adolescente no puede apuntar al cenicero
ni puede contener el tiempo
con esos ojos, cabernet sauvignon-

Puedes albergar, no cabe duda
todos aquellos años que fui y no recuerdo
pues ellos entraron en tu iris
y se fueron a lo hondo de tu paladar
entonces con firmeza los retuviste
por si alguna vez se secaran
prediciendo la escasez que me abarca

La gota se desliza en la botella
gimiendo el quejido de los años
-síntesis de la anterioridad-
ya no hay motivo para ellos
y caen junto a la ceniza, sauvignon
aquel cosquilleo en tu paladar es solo eso
la omisión del tiempo, buscando un buen lugar
donde descansar.