domingo, 11 de febrero de 2018


MAYRA REBECCA ENCARNACIÓN





XXII



Todo pasa menos la pasión de los recuerdos…
Instalados…
recobrando la cicatriz
Mal-naciendo el desalojo de la empatía
paso a paso sucumbe en la fosa de la cosecha
como el aguardiente…
taladra
vocifera
destituye el orden equilibrado por los otros

Todo pasa menos la pasión de los recuerdos…
Compenetran con el latir
Subyugan los estadios de la razón
Reviven tu palpitar como la iluminación llagada por el destiempo

P.D. “No se pueden mantener en el amor los errores que llevaron al fracaso de la economía”. Soledad Cruz

FRANCISCO GALVEZ





1



Salir de mí,
ir hacia los otros,
amanece y el aire aún es limpio,
sencillamente fresco.
Conforme avanzo el sol
se deja notar más,
no interviene en mi camino,
pero está ahí, entre mis pasos:

voy hacia los otros,
dejo atrás la música primera
de los pájaros,
y se incorporan señales
de un mundo elegido
y al mismo tiempo rehusado;

no llego a conclusiones,
no dejo hacer al pensamiento,
no niego, separo
el interior del exterior,
elijo la ola y la espuma,
el tono de ruido,
el momento del viento;

ahora que estoy afuera
pero voy por dentro.


De: "El paseante"


ANDRÉS TRAPIELLO




Nada



Te imagino, lector, dentro de muchos años
leyendo estas palabras. En tu mesa
una luz de bujía y una rosa
anunciarán el sueño, un cuerpo, nada.
Es inútil que busques. En la ceniza hay brasas
que podrías tener entre tus manos
sin quemarte. En tu pulso,
avisos, aprensiones, también nada.
Debes saber que, entonces, quiero decir, ahora,
volvían cada año vencejos
y este viejo Madrid ya era viejo
con sus ciegas veletas y sus jardines muertos.
¿Qué buscas, pues, aquí? ¿Algo distinto?
¿Una forma tan sólo? ¿Esa nueva manera
de traer el ingenio, rimas, nada?
¿Buscas tal vez aliento,
saber que ha de morir contigo el mundo,
el hálito más puro de la vida,
el cantar de los pájaros
y los ríos de susurrar oscuro?
Yo mismo cuántas noches
fui devanando el tiempo
y cuántas, como tú, miré a los ojos
de esa hermosa figura cuyo nombre variaba,
primero amor, luego silencio, nada.
Te imagino, lector, dentro de muchos años.
Sigues aquí conmigo
sin que sepas tú mismo
que aquello que aquí buscas
es tu propio dolor, este Madrid,
el volar de un vencejo,
un tiempo igual al tuyo,
el bálsamo en el alma
de un aire limpio y puro.
Que buscas un misterio, vida, nada.


ALFONSO COSTAFREDA





Contemplo...



Contemplo
el monte frío,
la lenta paz,
la cumbre...

Mas volvería
a andar
el mismo camino,
a amar la misma tierra
honda y desposeída,
apasionadamente
la misma incertidumbre.


NARCÍS COMADIRA





Canción de cuna



Ahora que la noche funde
todas las cosas corpóreas,
y que la sangre se aquieta
con el reclamo nocturno,
lánzate al río del sueño.
Amor, criatura, duerme.

En el firmamento piel
se pone el sol de tus ojos,
la madeja de tus miembros
indolente se deshace.
¿En qué brazos solitarios,
Amor, te abandonas? Duerme.

Libre del peso del cuerpo,
en espíritu atraviesas
oscuros bosques espesos
de la lasitud secreta.
No quiero que hongos ni sapos,
Amor, te me asusten. Duerme.

Que el fluyente subterráneo
al curso de los planetas
se concuerde en transparencias
de música innominada.
De lejos velo tu viaje,
Amor, hasta que regreses. Duerme.


De: "En cuarentena"


Versión de Dolors Ollé



LUCY IAQ





Solmar



     Se entrelaza el sonido de olas ardientes
en las tardes doradas de este sol de noviembre
con un gemido cautivo en el pecho
     que desato en las noches cuando ya no vuelves.

     Claman las pasiones sobre el lecho frío
en la intensidad del vuelo que une las mentes
te llamo en silencio, pronuncio tu nombre
     que me sabe a raros elixires.

     Y te siento cerca, allí en el  espacio
donde se acurrucan los cuerpos agotados
     luego del instante de ser poseídos. 

     Aúllan las voces del alma y la carne
por sentir los labios recorrer las pieles
     erizadas y húmedas  de gozo y placeres.

     Y en la sinfonía que sueltas al aire
en cada palabra cuando reapareces,
sé que eres tan mío, como lo es tan tuyo
     el paisaje agreste que cubren las nieves.