domingo, 11 de febrero de 2018

LUCY IAQ





Solmar



     Se entrelaza el sonido de olas ardientes
en las tardes doradas de este sol de noviembre
con un gemido cautivo en el pecho
     que desato en las noches cuando ya no vuelves.

     Claman las pasiones sobre el lecho frío
en la intensidad del vuelo que une las mentes
te llamo en silencio, pronuncio tu nombre
     que me sabe a raros elixires.

     Y te siento cerca, allí en el  espacio
donde se acurrucan los cuerpos agotados
     luego del instante de ser poseídos. 

     Aúllan las voces del alma y la carne
por sentir los labios recorrer las pieles
     erizadas y húmedas  de gozo y placeres.

     Y en la sinfonía que sueltas al aire
en cada palabra cuando reapareces,
sé que eres tan mío, como lo es tan tuyo
     el paisaje agreste que cubren las nieves.



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