"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 26 de diciembre de 2022
VIRGINIA FERNÁNDEZ COLLADO
4
El
sentir bosquimano
En
las mañanas claras del verano,
los pájaros siempre vuelan alto por los caminos del cielo
que los lleva a las aguas del mundo,
buscan los ríos,
danzan las alas
y siento en mi espalda el batir de mundos y picos,
como aquel bosquímano,
siento fluir por las venas la libertad del estornino.
Canto el canto del riachuelo,
siento el frescor bajando por la espalda,
ya llega y baila,
resbala y cae como fluyen las lenguas.
Silente llega la noche y duermo en la rama,
vivo en el aire y solo escucho el viento
que viaja a mis tobillos como una serpiente
y sube, sube, sube.
Así la vida va.
ALMUDENA VIDORRETA
Advertencia
Puede
que al salir de tu escondrijo
te sorprendan, como a mí, los alacranes,
que el espectáculo no te entretenga
y a menudo la impostura te incomode.
También, probablemente, tengas miedo,
se te frustre la pasión advenediza
y preguntes sin descanso las razones
por las que hay depredadores, ruido, bestias.
Verás en cuanto salgas
adentro de la selva por mi herida
que conviene entrenarse en fortaleza,
león, marmota, avión y caramelo.
Así te aprenderé y cuando leamos
un día entenderás que, hasta nosotros,
que te hicimos de todo el amor,
de todo el deseo y las ganas,
somos animales imperfectos
y, con eso del instinto que supura
de estas pieles de raza furiosa,
si hemos de morder, mordemos,
sobre todas las cosas, por ti.
De: “La
cicatriz de la selva”
SOFÍA RODRÍGUEZ
tomaré
las manos blancas
de la lluvia
para correr con ella
a todas partes
tejer en ramas tibias
nidos de
remolinos y frescura
perderme en arenas
de las arenas dentro
filtrarme ahí
poco a poco en lo profundo
donde el silencio se escucha de otra forma
como gorjeo carnal que se
lamenta
sollozo amable y delicado
que ahogado persiste
un solo llorar para poder crecer
enredadera
de nutridas curvas
volver a ser
cuerpo exacto
vivir
en lo que nos da forma y desintegra
lo que nos ama en nube polvo
o semilla
lo que nos vibra y decanta
en la comisura de la palabra
en el torrente de mariposas
aún colgadas de su crisálida
promesas
que no piden luz a la sombra
porque conservan de la oscuridad
el brillo
MOHSEN EMADI
Embebido
en bebida
veo
el crepúsculo en el Paraíso
momento
de ausencia de calor del Infierno
y de
repente la noche
a
partir de esta improbable lejanía
sin
presencia
de
infiernos
de
tantísimas
estrellas
el
cielo
no
es
hermoso
ANNA GREKI
Aún
más desnuda que el agua
Y
tuve el deseo que nunca me abandona
De tenerte dentro de mí donde está el corazón
Donde late la sangre donde se multiplica sin límite
La alegría –sin el horizonte sensible de la piel
Aún más desnuda que el
agua
Y
tuve el deseo que nunca me abandona
De una pradera refrescante de tu voz
En verano siempre es mediodía en mi país
Mediodía sin línea ni color mediodía lo negro
De pie llenándose de
sol
Y
tuve el deseo que nunca me abandona
De tu voz –entre los labios entre las piernas
Entre la unión brillante del grito y la alegría
Entre el pliegue de la leche nocturna y de la mañana
Adonde voy a beber beber
Y
tuve el deseo que nunca me abandona
De un puente plantado entre mí misma y la imagen mía
De una roca en que me miro pensando en el abismo
Que me separaba de mi bien de mí misma de los míos
Entonces lo tendría todo
Y
tuve el deseo que nunca me abandona
Del camino del retorno y de sacarte al mundo
Mi almendra mi almendro mi vida tan redonda
Del retorno y de nuestro renacimiento Allá
Donde tuve ese deseo
De: “Algérie,
capitale Alger”
Versión
de Souad Hadj-Ali Mouhoub.
Nota:
Anna Greki, seudónimo de Colette Anna Grégoire, es una poeta argelina de origen
francés.
RABIA DJELTI
Azafrán
Esas
lenguas sueltas,
Esas mujeres sudando en el hammam
Estornudan…
Tu pluma, colocada en la copa de los árboles,
las incomoda
Tu
ingenio, nimiedad entre los dedos del piano,
Las incomoda
El
olor a azul, cuando te marchas,
Las incomoda
Tu
bastón confunde a la vez a amantes y a magos
El impacto de tus rasgos deslumbrantes
Las incomoda
Esas
mujeres sudando
En el hammam de las maledicencias…
¡Oh,
cuánto se ahogan ellas contigo/azafrán!
¡Y cuánto se ahoga el vapor con ellas!
Versión
de Jeannine Alcaraz
