viernes, 15 de agosto de 2014

JUAN LARREA



 

Alba de no entender nada

 
 

El horizonte salta a los ojos de su amor
arrastrando consigo la esperanza de sobrevivirse
en este olvido sonrosado de carne y de sí mismo
se está lejos de ser puro
en mi vida te veo
desleída inasible
los brazos se buscan los brazos se alargan
imaginarios
desde una a otra orilla de la llama

Quisieran matarme
pensando volver a verte
no hallarían de ti más que la esperanza de estar desnudo

 

 

PEDRO SALINAS

 

Fecha cualquiera

 

¡Ay qué tarde organizada
en surtidor y palmera,
en cristal recto, desmayo
en palma curva, querencia!

Dos líneas se me echan
encima a campanillazos
paralelas del tranvía.
Pero yo quiero a esas otras
que se van
sin llevarme por el cielo:
telégrafo, nubes blancas,
y -compás de los horizontes-
el pico de las cigüeñas.

¡Qué perfecto lo redondo
verde, azul! ¡Ay, si se suelta!
Lo tiene un niño de un hilo.
¡Quieto,
aire del sur, aire aire!
La pura geometría,
dime,
¿quién se la quita a la tarde?

 

 

JORGE GUILLÉN

 


Dominio del recuerdo

 

Un recuerdo -pasado deleitoso-
me ataca y se apodera
tanto de mí que interna primavera
me somete a su acoso.

Aquel amor aun vibra
bajo el impulso de una imagen, mero
fantasma. Pido, quiero.
un imán se me impone fibra a fibra.

El espíritu invade mi existencia
con poder soberano.
Espíritu ya es cuerpo. ¿Quién presencia
tal fusión, tal arcano?

Amor, que fue tan fuerte
durante aquel minuto fenecido,
saliendo de su nido
mental en sensación se me convierte.

Mi memoria ya es carne, ya un placer
-soñado- resucita,
ya la verdad de mi vivir da cita.
¿Alma, cuerpo ? Mi ser.

 

 

MANUEL ALTOLAGUIRRE


 

Abandono

 

¡Qué dulce dolor de ancla
en el corazón sentías!
Tu corazón reteniendo,
duro coral, mi partida.

Ahogada en amor, tu amor
como un mar me sostenía.
Altos vientos me empujaron
solitario a la deriva.

Si mi nave se fue lejos
más profunda quedó hundida
tu dura rama de sangre,
rota el ancla de mi vida.

Solo, entre las grises nubes
que mis sienes acarician,
sin ti voy por entre nieblas
recordando tu agonía.

 

 

JOSÉ MARÍA HINOJOSA


 

Campo-estelas

 


Almendros en flor.

La primavera
se acerca.

Cerezos en flor.

La primavera
está plena.

Granados en flor.

Ya se aleja
la primavera.

 

 

 

RAFAEL ALBERTI


 

A veces Altair gime largo, tendida...

 

A veces Altair gime largo, tendida,
hincada por el viento oscuro que la envuelve,
agitada en su sima
dulce de espumas lentas que la llevan
casi a morir sin voz, para salirse
otra vez de su hondo
mar secreto, sin límite, incesante...
Una estrella Altair, latente y poderosa.