viernes, 14 de octubre de 2022


 

VALENTINE PENROSE

 

 

El carrito

 

 

¿Y el carrito caballeros
De la astral Osa Mayor?
Magia de selva sagrada
Niños riendo al calor.

En los bancos profetas solitarios y ecónomos
Entre sí en el espacio de las ramas conversan.

Paraíso surtido de botijos y hierbas
Paraíso alimentado de noche
Cuando se oculta el grillo en las raíces
El pájaro en el nido y la abeja muy cerca.

Vas niño rezongón de sueños y jardines
Tarde cuando de noche tus padrinos se cruzan
Acuáticos varones custodian el lugar
Y Júpiteres mudos se alojan en los astros.

Mas la lluvia al viento alisa
Y mañana ya sin prisa
La Osa Mayor y su corte
Se impondrán a los consortes.

 

Versión de José M. Oliver y Clara Curell

 

 

ANDRÉ PIEYRE DE MANDIARGUES

 

 

 

Mediodía

 

 

A la orilla del mar Tirreno
Al pie de una torre en ruinas
Bajo la roja luz del mediodía
Tres amigos están sentados
Ellos conversan de cosas vagas
De cosas simples que suavemente se agitan entre amigos.

Viajan arrodillados en ese buque
Todo blanco en el fuego de mediodía
El cual huye a toda vela hacia mar adentro
Y hacia el resplandor del Oriente color de rosa

El navío desaparece en el otro lado del mundo
Al amanecer el cielo se colma de pureza
Y los amigos fundan el silencio
Unidos en una reposada nostalgia

¿Pues qué es esto que llega y no vendrá más
Cuál es el secreto de un instante perdido
Cuál es la sombra súbitamente extraviada
Como un gavilán silvestre
En la dorada luz de mediodía
Sobre un mar calmo y sobre una hermosa jornada?

 

 

ROLANDO KATTAN

 

  

Estiajes

 

 

El recuerdo no era un río.
Un trago tal vez campea
embustero por su cauce.
Un poema, con harapos
del caudal. Un beso, como
la muda de una serpiente,
desciende de la montaña.

No reconozco las piedras
en donde reñí a la vida.

Hay pedazos, no paisajes.

El recuerdo no era un río,
el ojo sí fue una grieta
todo se drenó en el llanto.

 

De: “Los cisnes negros”

 

EDUARDO CORRALES

 

 

 

El cielo de los coches

 

 

El primer coche de mi padre

fue un Renault 5 blanco

No tenía cinturones de atrás

pero mi hermano y yo

nos sentíamos seguros allí

como en pocos sitios

Cuando cambiamos de coche

lo asumimos con naturalidad

sin hacernos demasiadas preguntas

Estábamos eclipsados

por un nuevo y joven Renault Clio

El R5 estaba ya

en el cielo de los coches

 

Semanas después

dando un paseo

nos encontramos con él

Fue como ver un fantasma

estaba sucio

con dos ruedas pinchadas

y el morro destrozado

Más abandonado que aparcado

Pero allí estaba

no había duda

M-2477-DL

Todos nos quedamos en silencio

Definitivamente

el cielo no existía

 

De: “Last Blues”

 

 

BLANCA STREPPONI

 

 

 

Hemos conocido a alguien
casi sin pensar
casi sin prestar atención
apenas registramos algún detalle

Pero después la vida trae otras cosas
pequeñas ramas que van a dar a la orilla:

canta mantras con su voz extraña
como de otro tiempo
luego su cabello negro y liso
se hace familiar
y finalmente
un sentimiento de hermandad nos une

Un día anuncian:
ella regresa a su país lejanísimo

Y decimos adiós,
tal vez en otra vida

 

 

HENRI PICHETTE

 

 

Jirones de un manuscrito amoroso

Ningún pecado. Prefiero la lógica desfalleciente, en su mecánica literalidad, bella y rebelde, con frecuencia roja, casi descabellada, a veces miel, a veces viscosa, la lógica de una mariposa, de una flor carnívora o de una uña de mujer.