"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 15 de mayo de 2022
DENISE LEVERTOV
La mente parpadeante
No,
Señor, no sos vos,
soy yo la que está ausente.
Al principio,
creer era una dicha
secreta, con la cual
me escabullía sola
en lugares sagrados:
una mirada rápida y furtiva
en todas direcciones.
Hace ya mucho tiempo
que pronuncié tu nombre, pero ahora
eludo tu presencia.
Pienso en vos, y mi mente,
como una mojarrita,
se lanza hacia las sombras,
a los destellos que agitan sin cesar
la trama en movimiento de las aguas del río.
Ni un segundo mi mente
podrá quedarse quieta,
sino que vagará por cualquier parte,
girará donde encuentre
algún recodo. No sos vos,
soy yo la que está ausente.
Y vos sos la corriente, el pez, la luz,
la sombra palpitante,
sos la presencia inalterable, en la que todo
se mueve y cambia.
¿Cómo puedo fijar mi parpadeo, percibir
dentro del corazón del manantial
el zafiro que sé que está allí oculto?
LUIS ALBERTO AMBROGGIO
Leyenda de Dryope
Dicen
que cada árbol es una diosa escondida
y que gotas de sangre brotan cuando le arrancan
sus flores.
Dicen
que cada árbol es una ninfa que sufre,
con el capricho de un desgajo, heridas de amor.
Dicen
que cada árbol es una madre con pies de raices
para el niño que juega bajo su sombra triste.
Dicen
que estas diosas, madres que el niño abraza
en su gozo,
se enternecen con los llantos y crecen.
Dicen
que la muerte se ha quedado sin árboles;
que las lágrimas no son fértiles;
que las mitologías han sido quemadas;
que las madres no son diosas
y que los niños ya sueñan sin bosques.
RICARDO POCHTAR
Ostinato
Pienso
en el tiempo.
“Imposible, si no sabes
qué es el tiempo.”
Pienso en lo que del tiempo
no se sabe.
Pienso en el tiempo sin saber
si queda tiempo.
EDUARDO GALEANO
Paradojas
Si
la contradicción es el pulmón de la historia, la paradoja ha de ser, se me
ocurre, el espejo que la historia usa para tomarnos el pelo.
Ni el propio hijo de Dios se salvó de la paradoja. Él eligió para nacer, un
desierto subtropical donde jamás ha nevado, pero la nieve se convirtió en un
símbolo universal de la navidad desde que Europa decidió europear a Jesús. Y
para más inri, el nacimiento de Jesús es, hoy por hoy, el negocio que más
dinero da a los mercaderes que Jesús había expulsado del templo.
Napoleón Bonaparte, el más francés de los franceses, no era francés. No era
ruso José Stalin, el más rusos de los rusos; y el más alemán de los alemanes,
Adolfo Hitler había nacido en Austria. Margherita Sarfatti, la mujer más amada
por el antisemita Mussolini, era judía. José Carlos Mariátegui, el más marxista
de los marxistas latinoamericanos, creía fervorosamente en Dios. El Che Guevara
había sido declarado completamente inepto para la vida militar por el ejército
argentino. De manos de un escultor llamado Aleijadinho, que era el más feo de
los brasileños, nacieron las más altas hermosuras del Brasil. Los negros
norteamericanos, los más oprimidos, crearon el jazz, que es la más libre de las
músicas. En el encierro de la cárcel fue concebido Don Quijote, el más andante
de los caballeros.
JOSÉ UMAÑA BERNAL
Los caballos de Rondón
Eran
potros aquellos de la pampa, corceles
de hirsutas crines largas y rudo galopar,
para luchar traían sus pechos por broqueles,
y toda la locura del nervio en el ijar.
Hubieran
bien llevado los blancos arquiceles
de los jinetes moros o la brida de Antar,
si no hubieran nacido para atascar laureles,
mojados por la sangre del largo batallar.
Un
día de terrible refriega, los llaneros,
la orden escucharon de “¡Arriba los lanceros!”
y tras el jefe invicto lanzóse el escuadrón.
Sangriento
fue el esfuerzo, y al fin de la pelea,
sobre el glorioso carro de palas Atenea,
–hermano de Diómedes– apareció Rondón.
AMELIA DENIS DE ICAZA
A Panamá
¿Hasta
cuando mi patria idolatrada
por la discordia te veras manchada
llenándote tú misma de baldón,
de tus hijos la sangre derramando
por un poder efímero luchando?
dice: ¿acaso te falta corazón?
¿Te
falta inteligencia? no, mentira
que en tu alma brilla la celeste pira
que da a sus escogidos el señor
¿hasta cuando tu zaña que intimida,
hasta cuando esa lucha fratricida
que conduce a la ruina y al dolor?
¿Por
qué no ves el desaliento impreso
en la faz bendecida del progreso
que tus luchas condenan a morir?
Levanta ya tu noble altiva frente,
pedazo de la América valiente
prepara tu granDioso porvenir.
Levanta
ya tu noble, blanca enseña
y a la esperanza que tranquila sueña
despiértela tu alegre sonreír,
patria de grandes hombres, patria mía
luzca ya de la unión el claro día
manda tus puertas al progreso abrir.
Prepara
tus laureles y tus flores
El canto de tus dulces trovadores
Para el que cumpla tu feliz misión,
Para el que logre levantar el vuelo
y remontar tus alas hasta el cielo
y allá batir altivo tu pendón.
Álzate
Panamá, mira tu suelo,
mira tus campos que bendice el cielo
y tus montañas que tu adorno son;
une tus hijos con el eterno lazo
en un estrecho, fraternal abrazo,
sea tu divisa, libertad y unión.
Olvida
el triste lóbrego pasado
y mira el presente desolado,
lucha y espera el porvenir con fé;
a las armas del ocio cabizbajo
sustituyan tus hijos el trabajo,
no más oculta tu riqueza esté.
¿Por
qué vivir en inacción Dios mío
mirando en el hogar silencio y frío
cuando el oro se encuentra por doquier?
surcar la tierra con segura mano
he aquí el enigma, el misterioso arcano
que afianza de los pueblos el poder.
Luzca
por fin el venturoso día;
que el labrador radiante de alegría
regrese a las delicias del hogar,
encontrando su alegre compañera
que a su consorte satisfecha espera
que llegue del trabajo a descansar.
Que
leyendo el pedazo de una historia
que de niño ha ilustrado su memoria
encuentre el artesano su placer,
y al descansar de su fatiga, vea
que el trabajo se hermana con la idea
y hace del hombre venturoso ser.
Entonces
de placer estremecida
¡mi patria floreciente y escogida!
yo escucharé los ecos de tu voz:
no más luchas ni lágrimas de duelo,
echa al pasado, del olvido un velo
que tus esfuerzos los secunda Dios.
