domingo, 21 de junio de 2020


CECÍLIA MEIRELES





Como el compañero es muerto…



Como el compañero es muerto,
Todos juntos morimos
un poco.
El valor de nuestras lágrimas
Sobre quién perdió la vida,
no es nada.
El amor, en esta tristeza,
Es suspiro en una selva
Es una buena idea.
Por fidelidad recta
Al compañero perdido,
¿Qué nos queda?
Dejarnos morir un poco
Por aquel que hoy vemos
Todo muerto.


ZINAIDA GIPPIUS





El amor es uno



Solo una vez la ola hierve hasta la espuma
y se deshace.
El corazón no puede vivir de la traición,
las traiciones no existen: el amor es uno.
Nos indignamos o jugamos,
o mentimos — pero hay silencio en el corazón.
Nunca traicionamos:
el alma es una — el amor es uno.
Monótono y desierto,
es fuerte en su monotonía,
la vida pasa… Y en la vida larga
el amor es uno, siempre uno.
Solo en lo invariable está el infinito,
solo en lo constante, la profundidad.
Después, el camino, y más cerca la eternidad,
y es cada vez más claro que el amor es uno.
Le pagamos al amor con nuestra sangre,
pero el alma justa es justa,
y con un amor amamos…
El amor es uno, como la muerte



DULCE MARIA LOYNAZ





5


Un kilómetro de luz,
un gramo de pensamiento...
(De noche el reloj que late
es el corazón del tiempo...)


De: “Tiempo”


NATÁLIA CORREIA





IV



Pensando en sí mismo
Pienso en lo poco que somos
El narciso en el espejo
Desde su último sueño.


KAMALA SURAIYA





Habla girando hacia mí una mejilla…



Habla girando hacia mí una mejilla
Marcada por el sol, su boca, una caverna
Oscura donde brillan estalactitas de
Dientes desiguales, su mano
Derecha sobre mi rodilla, mientras nuestras mentes
Son empujadas a correr hacia el amor.
Pero tan sólo se pasean, trastabillando
Ociosamente sobre charcos de
Deseo… ¿puede este hombre de
Ágiles dedos desatar
Algo más vivo que el
Hambre ociosa de una piel? ¿Quién puede
Ayudarnos que haya vivido largo tiempo
Y haya fracasado en el amor? El corazón,
Un depósito vacío esperando
Largas horas, se llena a sí mismo
Con enroscadas serpientes de silencio…
Soy rara. Únicamente
Para guardar las apariencias hago ostentación,
A veces, de un deseo exuberante.



LOUISE LABÉ





Oh dulce empeño, oh esperanzas vanas…



Oh dulce empeño, oh esperanzas vanas,
tristes suspiros, lágrimas copiosas
que mis ojos guardaran, silenciosas,
anticipando ríos y fontanas:
oh crueldad, durezas inhumanas,
que el Cielo, en su mirar, estima odiosas:
¿a un corazón transido, oh insidiosas,
pretendéis todavía herir malsanas?
Que más en mí Amor su flecha hunda,
que nuevos fuegos lance y nuevos dardos:
que furia abrace y cuanto mal prepare:
pues tan dolida soy y tan rotunda
herida estoy, que de arribar más dardos
do hacer peor el mal sitio no hallare.