martes, 28 de enero de 2025


 

JAIME CAMPILLOS

 


 

Chernóbil



Después de la explosión nuclear
este cielo seguirá siendo nuestro.
Cuando te despiertes cada mañana
y no recuerdes nada disponte a darme la mano
para buscar de nuevo el norte.
Nos quedaremos aquí con todo lo que somos
mientras parpadeamos distinto,
nos afecta la radiación,
y nuestros hijos nos preguntan
por qué nunca hemos llegado a desarrollar alas.

 

De: “Los días siguientes”

 

 

MONTSERRAT FERNÁNDEZ

 

 

 

ya no me paso el día descalzándome
la habitación no es junio martes o nube
es un ruidoso olor como un achicamiento

respira solamente aquel retrato
tu mirada avergonzada y tu risa
mientras tomo la foto
mis pies acariciándote

miro por la ventana invento recuerdos
espero tu llamada hace ya
kilómetros de pena

 

 

De: “Duerme sobre mi espinazo”

 

 

 

CRISTINA PERI ROSSI

 

 

 

La poesía



La poesía es el eco
de las emociones fugaces
como gacelas en el bosque
como las olas del océano
como el ulular de las ballenas
en altamar

Si grito te amo
la poesía grita te amo

Si grito no te amo
la poesía grita no te amo

El eco es un espejo
repite la soledad del grito

pero atrapa la fugacidad
del instante efímero

cuando el grito cristaliza en el verso
el eco repite nuestra canción
en otras voces
otras cavernas

de este modo
lo que se perdió se recupera
y lo que nunca ocurrió
sucede
Único consuelo para los mortales

 

 

De: “Fata Morgana”

 

KRISTÍN DIMITROVA

 

 

 

Viaje



Pronto subiremos de nuevo los dos al autobús.

Aquí es una ciudad nocturna en la cual no hemos estado,

ni estaremos. La gente ha abandonado ya

las calles, pero las farolas continúan arrojando

círculos amarillos sobre las aceras relucientes.

Hay una soledad que procede del hecho de estar en ningún lado

y otra que procede del hecho de estar en el nunca:

ahora estamos juntos.

La casa permanece desvestida. Delante de nosotros es de noche.

Ahora somos nuestra finalidad.

Ahora somos el verbo de la oración, mientras que los sustantivos

van volando junto a los cristales del autobús en duermevela.

En la lejanía brillan de tiempo en tiempo los depósitos de una nueva ciudad,

adormecidas grúas portuarias, tanques

de una cervecería, silos, chimeneas

con la advertencia de sus ojos escarlata en la cúspide

y algún anuncio rosado de un motel al borde del camino.

“Rinconcito acogedor”.

“Refugio tranquilo”.

Mejor escriban en neón bajo el nombre “Estoy solo

y no sé adónde encaminarme”. “Estoy sola y quiero

quedarme aquí.”

Pasamos junto a ustedes y nuestra vida se alarga

en huellas extensas y transparentes. No pesa. No estorba.

Somos ingrávidos.

Entre nunca y ninguna parte el bocadillo reseco produce certeza

y un nudo en la garganta. Mi vecino de asiento está durmiendo.

 

 

De: “En una de las paradas del tiempo”

Versión de Reynol Pérez Vázquez.

 

BEATRIZ FERNÁNDEZ DE SEVILLA

 

 

 

Bonus Track

 

 

Hoy, en lugar de flores, te daría verbos,

tacto, raíces, como anclas para noches largas.

Nubes, rizos y semicorcheas

de primer día de primavera de febrero.

Aliento, vaho y crepúsculo junto a un ventanal al campo.

Plumas, jazmines y dientes de león para esparcir por tu suelo.

 

Para ti las cuatro estaciones, los puntos cardinales,

Aldebarán, jara sedosa en las lagunas,

la espuma de una ola fresquita, la primera caña al sol,

celebrar la duda y la incoherencia.

Brindar

por seguir aprendiendo primaveras,

hacer por ser mejores cada abril.

 

De: “Paraísos domésticos”

 

THOM GUNN

 

 


El hombre con sudores nocturnos



Despierto frío, yo, quien
Prospera a través de sueños calientes
Despierto siendo su residuo,
En sudor y aferrado a la sábana.

Mi carne era su propio escudo:
Donde se cortó, se curó.

Crecí mientras exploraba
El cuerpo en el que podía confiar
Mientras adoraba incluso
El riesgo que robusto hizo

Un mundo de maravillas en
Cada desafío a la piel.

No puedo sino arrepentirme
El escudo dado estaba roto,
Mi mente se redujo a premura,
Mi carne se redujo y naufragó.

Tengo que hacer la cama,
Pero en cambio me sorprendo

Parado y detenido donde estoy
Abrazando mi cuerpo
Como para protegerlo de
Los dolores que me atravesarán,

Como si las manos fuesen suficientes
Para detener esta avalancha.