viernes, 15 de agosto de 2025


 

LEONARDO ALEZONES LAU

 

 

 

Complacencias



unos mueven perros
unos mueven cadenas
y otros mueven sillas
a la mesa sin banquete del mundo
en torno a ella se sienta el poder
a ser masturbado
bajo el mantel

sus ojos luchan por no desorbitarse
en un hall repleto de cámaras

sabemos que la poética
no admite ninguna alevosía

hoy el acto de crear es tan simple
como atravesar un campo
evadiendo flechas



 

DAVID GONZÁLEZ LOBO

  

 

El nadador

  

Oigo el roce de tu mano.
Nos llevabas ladera abajo,
cuando el sol vibraba en la enramada densa del trópico.

Te sumergías en el río Parángula.
Un destello y una onda fugaz. Mi hermano y yo enmudecíamos
hasta que el lirio flotaba desde lo más hondo de la poza.

Regresas en el aire, con semillas.
Nace la hierba, el musgo, la arboleda,
la puesta del sol en el camino. Entrábamos en la casa

cuando los pájaros de tu mano poblaban el cielo.

 

 

PALOMA YEROVI CISNEROS


 

Habitación de la pareja



Secar sábanas al sol,
inmensas
nubes de pérdida,
acostarlas,
junto a las almohadas
de la plenitud,
recibiendo
al día nuevo.

Un nosotros
acompañado
de algodón blanco,
la mañana
y sus poros abiertos,
el olor a limón,
a recién lavado,
la violencia de lo impecable
ese orden que no acaba,
ese templo
sembrado
entre nosotros
en voz baja,
a media luz,
alejado de los niños,
este templo
que se agota
que respira
hasta servir la merienda,
hasta que venga
la media tarde
y se desvanezca.


 

 

MAURIZIO MEDO

 

  

Antípoda

 

 

No hay conjuros, Calibán. Sólo fruición
de batuque y candombe donde el lenguaje
refalosa y se contrae. Jamás se extingue.

Su mar novela tempestad y vírgenes que preñan.

Conjuro es aquello que se está por pronunciar.
No un legado simbólico que va en deriva por
las aguas del inconsciente colectivo.

Ella espantó.

— ¿Eso es esdrújula o aguda?

La novela resultábale profusa.

— ¿Dijo usted?

— Sí, la realidad.)

Poesía afuera, la piedra más dentro
de la marea que en el espigón.
Saliente entraña, y, a la vez,
hondura de caracol.

El lenguaje, qué furor sobre el agua,
abluce el ser en el estar
hasta reemerger,
sismo de sonoridad,
trópico
y palabra.

De nadie.


 

VERÓNICA JAFFÉ

 

  

 

Consuelo, dice un poeta polaco,
es lo que no debe dar
la poesía,

y menos domesticar lo salvaje.
Recuerdo poco la cita,
pero concuerdo.

Ojalá mi perro negro en la cuna
y las gatas a mi lado,
me hubieran prestado sus dentaduras

para mostrar al menos en grafía
la blanca amenaza de esta furia
informe y sin rima.

Canetti sabía
de lo imposible
de escribir sin dientes.



TIMO BERGER


 

Bajada 4



Por más corta
que sea la estadía
en un balneario
se establecen rutinas.

Pedir al mediodía
una caña a la camarera
brasileña que atiende
con rigor y cariño.

Sirve raciones generosas
de aceitunas aliñadas.
Reparte sombrillas
donde la escena

está a punto de pasarse
al blanco y negro.
Sabe de las rutinas
de sus clientes

y esquiva de más
de una mano.
¿El vermú con hielo
cómo siempre?