martes, 8 de septiembre de 2020


WILLIAM BLAKE





El pastor



¡Qué dulce es la dulce fortuna del Pastor!
Deambula desde el alba hasta el atardecer;
debe seguir a su rebaño el día entero,
y su lengua se embeberá con alabanzas.

Pues oye el inocente llamado del borrego,
y escucha la tierna respuesta de l a oveja;
vigila mientras permanecen en calma
pues saben cuándo está próximo su Pastor.


Versión de Antonio Restrepo


WALLACE STEVENS






VII



Oh, magros hombres de Haddam,
¿Por qué imaginan pájaros de oro?
¿No ven acaso cómo el mirlo
Sigue los pasos
De las mujeres que los rodean?


De: “Trece formas de mirar un mirlo


ROQUE ESTEBAN SCARPA





La injuria



Puntual llegó la injuria.

Por la sombría boca del teléfono,
inerme loro bobalicón y negro,
espejo de la voz que lo pronuncia
disfrazada por un horrible miedo
de que junte alma y rostro quien la escucha,
comienza a caer la lava de la envidia,
la ira de un presunto bien ajeno,
pus de lepra de un gangrenado pecho.

Quizá te despojes de pensamiento impuro,
quizá quemes escorias en mi oído,
gastes quizás palabras que cizañan
y le roen cavernas a tu espíritu.
Descarga tus pasiones en mi océano;
como un piadoso confesor te escucho,
mi silencio recibe tu retrato humano
con misericordia por tu dolor tan justo,
que toda llaga duele hasta el sollozo
si golpeas la herida con tu propio martillo,
y yo no puedo a la distancia sino oírte
y exorcizar con mi paz a quienes te atormentan.

Dime todo tu mal como si fuera mío,
mi silencio será pozo fiel hasta que pierdas
todas las flechas de rayos que te muerden,
todos los ciegos truenos que te asordan.

Quedará limpio tu cielo como mi silencio.
Y podremos colgar nuestros teléfonos.



MASAOKA SHIKI





Sopla el viento del otoño;
Estamos vivos y podemos mirarnos,
Tú y yo.


De: “Otoño”

MANUEL MAGALLANES





El buen olvido



¡Hace ya tanto tiempo! Te creí tan distante,
tan perdida en el hondo sendero del olvido,
y ha bastado esta noche tranquila e inquietante,
y han bastado este aroma en el aire dormido,
y estas sombras profundas y este vago claror
de la luna en creciente, para que yo te tienda
mi alma a través de todo, como una buena senda
lunada de esperanza y olorosa de amor.

Porque olvidé tus besos, tengo sed de tu boca,
porque olvidé tu acento, tengo ansias de tu voz,
porque olvidé tu alma, mi alma ahora te evoca
al pie de la montaña, bajo el cielo de dios.

Amada, ¿ves la luna? Dame, dame tu mano.
Dame también tus labios. seremos como hermano
y hermana. Nos iremos por el vago sendero
que se interna en la noche. Nos seguirá un austero
silencio, y poco a poco será el buen recordar.

roces, palabras, besos. ¡Te creí tan distante!
Y en la pálida noche, el placer fulgurante
de sentirnos de nuevo, de volvernos a hallar.


AMIRI BARAKA





Incidente



Volvió y tiro. Le disparó. Cuando volvió
la espalda, le disparó y cayó, tropezando, más allá de la
madera de la sombra, abajo, tiro, morir, muerto, a plena alto.

En la parte inferior, sangrado, muerto a tiros. Murió entonces,
después de la caída, la bala, se desgarró el rostro
y la sangre rociaron fino sobre el asesino y la luz gris.

Imágenes del hombre muerto, están en todas partes. Y su espíritu
absorbe la luz. Pero murió en la oscuridad más oscura que
su alma y todo cayó ciegamente con él morir

por las escaleras.

No tenemos ninguna palabra

sobre el asesino, excepto que regresó, desde algún lugar
de hacer lo que hizo. Y disparó una sola vez en su víctima de
la mirada, y lo dejó rápidamente cuando la sangre se agotó. Sabemos

que el asesino era hábil, rápida y silenciosa, y que la víctima
probablemente lo sabíamos. Aparte de eso, aparte de la acidez apelmazado
de la expresión del hombre muerto, y el fresco sorpresa en el accesorio

de manos y dedos, que no saben nada.