"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 5 de diciembre de 2018
ROGER SANTIVÁÑEZ
Camotal
1
Adolescente en jumper salida
Del tren de las seis a Lima
Hermosura difícil de alcanzar
Siempre al borde la mar azul
Nunca
le des la espalda fue el
Consejo mil años después en Yacila
Entre cholos bolicheras & el alisio
Que a Alicia dejó senos al aire
Consejo mil años después en Yacila
Entre cholos bolicheras & el alisio
Que a Alicia dejó senos al aire
Memorias
chiquitas de las playas
Donde Madre me mimaba con
Azul fulgor de nueva ropa’e baño
Volver a su Callao deseo eterno
Donde Madre me mimaba con
Azul fulgor de nueva ropa’e baño
Volver a su Callao deseo eterno
Vivir
en la mar sabrosura de
Pintura más refresca & pactada
En la nada de un poema & en
La rada en que fallece la gaviota
Pintura más refresca & pactada
En la nada de un poema & en
La rada en que fallece la gaviota
2.
Jamás se dio el regreso murió
En otro cielo más travieso
& el desierto supo de percebes
Corales caracoles estrellas
Invocadas
fui llevado a conocer
Su puerto mas no fue Constitución
Sino el Nuevo Puerto de la yerba
Reunida con Jimmy a la volada
Su puerto mas no fue Constitución
Sino el Nuevo Puerto de la yerba
Reunida con Jimmy a la volada
Hendrix
a todo volumen en la radio
& el auto sometido a redada policial
Qué belleza de la mar hirviendo
& todo el movimiento de la Brava
& el auto sometido a redada policial
Qué belleza de la mar hirviendo
& todo el movimiento de la Brava
Oh
Chucuito salvó a mi hermano
En los tiempos de la polio incurable
Pero a mi quién me salva
Del recuerdo de este camotal.
En los tiempos de la polio incurable
Pero a mi quién me salva
Del recuerdo de este camotal.
De: “Labranda”
JUAN SANCHÉZ PELAEZ
Con flores pintadas...
Con
flores pintadas
en nuestro
cuerpo
y
la bujía
en cada
mano
lo único
que pasa
es el silencio
pero
los recuerdos
son fieles
y
al
lado
de nosotros
murmuran
sobre
la máscara
la piel
o la palabra enorme:
«Oye mi amor hacia ti».
«Oye mi grito
por ti».
flores pintadas
en nuestro
cuerpo
y
la bujía
en cada
mano
lo único
que pasa
es el silencio
pero
los recuerdos
son fieles
y
al
lado
de nosotros
murmuran
sobre
la máscara
la piel
o la palabra enorme:
«Oye mi amor hacia ti».
«Oye mi grito
por ti».
De: "Por cuál causa o
nostalgia"
ARLETTE LUÉVANO
¿Y
si ya nunca te encontrara?
Qué
sería yo
sin
tu sonrisa en mi infancia
yo
qué
sin
tus ojos detrás de mis palabras
Sé
lo que soy
a
través de estas lágrimas
en
medio de tu ausencia
soy:
nada
ERICK AGUIRRE
Saldo
Ella dice que intentó
llamar primero. Después
trató de enviarle
un mensaje de texto
reprochando con dureza
su mal comportamiento,
pero el teléfono celular
ya no tenía más minutos.
El toma su rostro
entre las manos,
y mirándola a los ojos
le responde:
“Y aquí en tu corazón
¿todavía tengo un saldo?”
Septiembre 2007
Ella dice que intentó
llamar primero. Después
trató de enviarle
un mensaje de texto
reprochando con dureza
su mal comportamiento,
pero el teléfono celular
ya no tenía más minutos.
El toma su rostro
entre las manos,
y mirándola a los ojos
le responde:
“Y aquí en tu corazón
¿todavía tengo un saldo?”
Septiembre 2007
TANIA CARRERA
Padre
Al
final de la calle,
crece
el árbol amarillo.
Como
ecos del tronco,
las
raíces brotan de sus ramas:
son
líneas de sol,
cuerdas
desde el cielo.
Sus
hijos lo habitamos amorosamente,
en
nosotros pájaro y simio y flor se reconcilian.
Trepamos
por las ramas
y
luego, como frutos, caemos,
inmaduros,
audaces;
caemos
y
volvemos a subir,
como
semillas que germinan en la luz.
El
amate es un papalote:
Grita
uno de nosotros
y
los nacidos de su sombra
tomamos
con fuerza las raíces.
Unos
se asen a la tierra,
se
hunden en la madre del árbol.
Otros
se mecen, chocan,
trenzan
las tardes como lianas.
Todos
amarramos, tal vez,
un
vuelo de catástrofe.
CATALINA GONZÁLEZ RESTREPO
Seis cancioncillas (de agua salada)
I
Esta
tendencia mía
de
reír como los muertos,
apretar
los dientes,
mirarme
de reojo en el espejo,
pedirte
hasta el alba,
llegar
hasta la sangre.
II
El
manantial era rojo.
Los
ríos, culebras escarlatas,
lágrimas
de fuego,
llamas
del cielo.
III
Cae
la persistente gota,
agujerea
mi palma
y se
resbala.
El
papel corta,
descascaro
mis labios,
me
voy devorando.
IV
Protégeme
de mí, amor mío,
de
mis cansadas manos,
mis
ojos ausentes,
las
palabras que desgarran.
V
Duermo
en tu sueño,
me
pierdo,
anochezco
en tu espalda,
como
extraños en el desierto.
VI
¿Quieres
beber del inagotable oasis?
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