miércoles, 6 de agosto de 2025


 

MARTIN PAGE

 



1. La vida no llega
la vida soy solo yo corriendo
y que chilla atacando

 

 

Versión de María Ángeles Aguilar

 

 

 

ÁNGEL GUINDA

 

 

 

Cada contemplación
guarda un hechizo.
Silban agujas de viento en mis oídos.
Un sol de agua espolvorea cenizas
en el cráter de mi mirada;
y se derrite, en gasa gris, el polvo de la atmósfera.
Arden tambores en el firmamento.
Atrás quedan las cumbres, llamaradas de niebla.
Más allá, los árboles, que apuntalan las nubes,
me van diciendo adiós.
Fríos relámpagos
ensortijan los espíritus del humo.
Y el pueblo flota, inmóvil, en el halda del silencio.

Para saber qué es la lejanía he llegado a este mar.
Lo inalcanzable me hace señales desde el horizonte.
He movido la noche para que cante el sol.

 

De: “Vida ávida: Poesía reunida, 1970-2022”.

 

 

ALEJANDRO CÉSPEDES

 

 

 

¿Cómo hacer de lo fugaz algo que parezca eterno? 

Tan pronto afirmo algo, este algo ya ha pasado, y así en un proceso inacabable. Y si la verdad del mundo sensible es el cambio y el resultado de un cambio, como dijo Hegel, el poeta se preguntará con legitimidad qué asiento puede tomar el lenguaje o el pensamiento, que era de lo se quejaba inicialmente Lord Chandos.

Santiago Martín Arnedo



En el instante mismo en el que afirmo algo
ese algo ya es pasado.
Si digo que ahora llueve
¿qué queda de esa lluvia en la escritura?
Si digo que te quiero
¿cuánto dura ese amor sobre la página?
Ya nada se sostiene, el folio sigue seco
o mojado de lágrimas por lo que ya no existe.
Si todas las verdades que podemos
expresar sobre el mundo viajan a lomos del cambio…,
si lo que escribo ahora ya es pasado
y lo que pienso está muerto mientras lo estoy escribiendo…,
¿qué es lo que queda aquí?
Palabras sin sentido
viajan en un proceso interminable
porque dentro del cerebro de los malos poetas tintinean
todos los abalorios del lenguaje.
A veces hay más vacío
en la página escrita que en la página en blanco.

El dolor no es lingüístico.
Y no lo son tampoco ni el amor ni el recuerdo.
Se exige a quien escribe
transformar sensación en pensamiento,
trasladar esa idea a unas palabras
que enciendan la emoción en el lector.
Platón dijo que leer es interrogar a un texto.

Lord Chandos guarda silencio
pues las palabras no pueden expresar ese milagro.

¿Cómo hacer de lo fugaz algo que parezca eterno?

  

De: “El lenguaje de las cosas mudas”

 

NICOLE BREZIN

 

 

Vitíligo

 

 

En la frente de mi madre se ha abierto un río
o quizá un mar.

Una blanca mariposa ahora descansa
alrededor de su boca.

Las puntas de sus dedos
se han vuelto pececitos blancos.

En sus brazos empieza a tener ya
las manchas del tigre.

Me pregunto con qué piel
vendrá a buscarme.

Acaso esté evaluando las opciones
de todas las especies de la tierra.

 

De: “La ley primera”

 

 

 

FABIO MORÁBITO

 


 

Los columpios

 

 

Los columpios no son noticia,
son simples como un hueso
o como un horizonte,
funcionan con un cuerpo
y su manutención estriba
en una mano de pintura
cada tanto,
cada generación los pinta
de un color distinto
(para realzar su infancia)
pero los deja como son,
no se investigan nuevas formas
de columpios,
no hay competencias de columpios,
no se dan clases de columpio,
nadie se roba los columpios,
la radio no transmite rechinidos
de columpios,
cada generación los pinta
de un color distinto
para acordarse de ellos,
ellos que inician a los niños
en los paréntesis,
en la melancolía,
en la inutilidad de los esfuerzos
para ser distintos,
donde los niños queman
sus reservas de imposible,
sus últimas metamorfosis,
hasta que un día, sin una gota
de humedad, se bajan
del columpio
hacia sí mismos,
hacia su nombre propio
y verdadero, hacia
su muerte todavía lejana.

 

 

MARIANELA DOS SANTOS


 

Quizá, en otras circunstancias, la desconocida te advirtió que pretendía ser fugaz desde el principio. Tal vez lo hizo y nunca lo reconociste.

¿Cómo pudiste culparla de una historia que escribiste solo? No tuviste en cuenta tu falta de experiencia ni tu anhelo por sentirte querido. Padecías la ceguera de aquel que busca su mitad antes de tiempo, de quien se conforma con reflejos de una emoción inexistente.

No pudiste escoger a quién querías, ni pudimos escoger cuándo el buen amor vendría a reclamar nos. Ambos, ligeramente ilusos, esperábamos algo un poco más eterno.

 

De: “En todos mis universos”.