"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 11 de septiembre de 2012
SERGIO GARCÍA
Sin
la luna…
Sin
la luna iluminando los cielos
los
mares placidos serian
Nadie
entenderlo podría
si
la fotosíntesis volviera las hojas amarillas
Si
hubiera
cobre en vez de hierro en la sangre
cobre en vez de hierro en la sangre
quizá
verde esta seria
Como lo explicaria
Sin las flores
Si la gravedad
no mantuviera mis pies en el suelo,
no me importaría
Sin las flores
las abejas no sobrevivirían
Sin
tu sonrisa
yo viviría
pero
que triste seria mi vida
ANA ISTARÚ
No
soy la doncella sagrada
Tu
amor me será hoy
dos veces grato.
dos veces grato.
No
soy, lo has visto,
la doncella sagrada
y ocupo por lo tanto
de tus buenos oficios
para soltar los cascos de la especie
por mi cuerpo.
la doncella sagrada
y ocupo por lo tanto
de tus buenos oficios
para soltar los cascos de la especie
por mi cuerpo.
Imprímeme
en la boca
tus aceites marinos
y en la palabra madre
la palabra deseo.
tus aceites marinos
y en la palabra madre
la palabra deseo.
De "Verbo madre"
FLOR ALBA URIBE
Suicidio
de amor
Se
suicidó el amor esta mañana
porque a la libertad la encarcelaron.
Pierde el amor su escudo y su gardenia
cuando la libertad no es su legado.
porque a la libertad la encarcelaron.
Pierde el amor su escudo y su gardenia
cuando la libertad no es su legado.
Desanduvo
esquelas y fragancias,
la breve sinrazón de los suspiros,
crepúsculos y citas clandestinas,
la oferta propicia de los lechos
donde el placer derrumba su cascada.
la breve sinrazón de los suspiros,
crepúsculos y citas clandestinas,
la oferta propicia de los lechos
donde el placer derrumba su cascada.
Al
sur como visillos la nostalgia,
al norte hubo un degüello de palomas,
por oriente nevó el sol sobre los montes,
al occidente hizo guiños la tristeza.
La música su ritmo ha silenciado
y en la boca de todos los amantes
el beso deambuló desorientado.
al norte hubo un degüello de palomas,
por oriente nevó el sol sobre los montes,
al occidente hizo guiños la tristeza.
La música su ritmo ha silenciado
y en la boca de todos los amantes
el beso deambuló desorientado.
¿Y
qué haréis, ahora, enamorados,
si murió el arquitecto de los sueños,
para qué vuestras torres y castillos
en azules comarcas levantados?
¿Qué destino daréis a la sonrisa,
que fue para el amor puente y divisa
y en tiernas lides su mejor soldado?
si murió el arquitecto de los sueños,
para qué vuestras torres y castillos
en azules comarcas levantados?
¿Qué destino daréis a la sonrisa,
que fue para el amor puente y divisa
y en tiernas lides su mejor soldado?
Y
la víscera roja del costado,
que llaman corazón, forja de ensueños,
¿detendrá su palpitar desamparado?
que llaman corazón, forja de ensueños,
¿detendrá su palpitar desamparado?
Ojos
para el deseo iluminados,
desnudos cuerpos, sazonada fruta,
roja vendimia y deleitosa culpa,
perderán su irrevocable postulado?
desnudos cuerpos, sazonada fruta,
roja vendimia y deleitosa culpa,
perderán su irrevocable postulado?
Se
suicidó el amor, jazmín y hoguera.
ANGELES MORA
Las
hojas muertas
Igual
que me sostiene
la tibia sensación de estar cayendo
por la ladera dulce del otoño
de mi vida, y acaricio
despacio –como vuelan las hojas-
mi cuerpo que ya lleva
el olor de la tarde,
así cae este poema
en el papel dorado de tu carne
y así –voluptuosa-
su letra breve te acompaña.
la tibia sensación de estar cayendo
por la ladera dulce del otoño
de mi vida, y acaricio
despacio –como vuelan las hojas-
mi cuerpo que ya lleva
el olor de la tarde,
así cae este poema
en el papel dorado de tu carne
y así –voluptuosa-
su letra breve te acompaña.
De "Contradicciones,
pájaros"
CRISTINA MAYA
Insistencia
Crece
con insistencia tu recuerdo
y en la sombra impalpable
te recobro,
porque nunca me canso
de soñar tu imagen,
de reconstruirte en un espejo
eternamente inmóvil,
de seguirte en la caricia
constante del deseo,
en la fuerza inevitable de la sangre
que corre intensamente
hasta romper la piel,
hasta adherirse en la entraña
y convivir con ella
en una misma herida.
Pues soy rueda veloz que no claudica
hasta seguir en la loca carrera
hacia tu encuentro.
y en la sombra impalpable
te recobro,
porque nunca me canso
de soñar tu imagen,
de reconstruirte en un espejo
eternamente inmóvil,
de seguirte en la caricia
constante del deseo,
en la fuerza inevitable de la sangre
que corre intensamente
hasta romper la piel,
hasta adherirse en la entraña
y convivir con ella
en una misma herida.
Pues soy rueda veloz que no claudica
hasta seguir en la loca carrera
hacia tu encuentro.
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