miércoles, 24 de marzo de 2021


 

VLADIMIR HOLAN

 


 

Será




Sí, podría decirle
por qué tiene usted miedo cuando caen las hojas
en el bosquecillo o en la alameda.
Y podría decirle,
por qué se rió Hölderlin
cuando le sacudían ciruelas en la cabeza.
Pero antes de que se vuelva usted en pos del sonido
y antes de que se vuelva usted en pos del color,
será otra cosa y vendrá de otra parte...


Versión de Clara Janés

 

 

VLADIMIR MAÏACOVSKI

 

 


 

3. Adolescente




La juventud tiene mil ocupaciones.
Estudiamos gramática hasta atontarnos.
A mí,
me echaron del quinto año,
y fui a apolillar a las cárceles de Moscú.
En nuestro pequeño mundo doméstico,
para las camas aparecen poetas de pelo rizado.
¿Qué saben estos líricos anémicos?
A mí, pues.
me enseñaron a amar en la cárcel.
¿Qué vale comparado con esto,
la tristeza del bosque de Boulogne?
¿Qué vale comparado con esto,
los suspiros ante un paisaje de mar?
Yo, pues,
me enamoré de la ventanilla de la cámara 103²,
de la "oficina de pompas fúnebres".³
Hay gente que mira al sol todos los días
y se enorgullece.
"N0 valen mucho sus rayos" -dicen.
Pero yo,
entonces,
por un rayito de sol amarillo,
reflejado sobre mi pared,
hubiera dado todo un mundo.

 

 

2.- Número de la cámara de la cárcel donde estuvo preso Mayacovski durante un año.
3.- El pueblo llamaba así a esa cárcel.

 

 

De: “Amo”
Escrito en 1922, dedicado a Lili Brick. Es de carácter autobiográfico.

Versión de Lila Guerrero

 

UMBERTO SENEGAL

 

 


 

El viento.

Una araña muerta

pende de su hilo.

 

 

INGEBORG BACHMANN

 

 


X

 



¡Oh amor, que rompiste y tiraste
nuestras cortezas, nuestro escudo,
el cobijo y la herrumbre marrón de años!

 

¡Oh penas, que pisándolo apagaron nuestro amor,
su fuego húmedo  en las partes sensibles!
Llena de humo, sucumbiendo en el humo, la llama se repliega.

 

Del poema “Cantos durante la huida” contenido en el poemario "Invocación a la Osa Mayor"
Versión de Cecilia Dreymüller y Concha García

 

JAIME TORRES BODET

 

 

 

Regreso




1


Vuelvo sin mí; pero al partir llevaba
en mí no sólo cuanto entonces era
sino también, recóndita y ligera,
esa patria interior que en nadie acaba.

 

Oigo gemir la aurora que te alaba,
músico litoral, viento en palmera,
y me asedia la enjuta primavera
que la razón, no el tiempo, presagiaba.

 

Entre el capullo que dejé y la impura
corola que hoy en cada rama advierto
pasaron lustros sin que abrieran rosas.

 

Viví sin ser... Y sólo me asegura,
entre tanta abstención, de que no he muerto
la fatiga de mí que hallo en las cosas.



2


¿Quién habitó esta ausencia? ¿Qué suspiro
interrumpo al hablar? ¿A quién despojo
del recobrado cuerpo en que me alojo?
¿Quién mira con mis ojos lo que miro?

La luz que palpo, el aire que respiro,
el peso del silencio que recojo,
todo me opone un íntimo cerrojo
y me declara intruso en mi retiro.

En vano el pie que avanzo coincide
con la huella del pie que hundió en la arena
el invisible igual que substituyo;

pues lo que el alma, al regresar, me pide
no es duplicarse en cuanto me enajena
¡sin ser otra vez lo que destruyo!

 

 

3


¡Espejo, calla! y tú, que en el furtivo
recuerdo el filo de la voz bisela,
eco, responde sin palabra. Y vela
porque en tu ausencia al menos esté vivo...

Del mármol con que el ocio me encarcela
quiero en vano extraer un brazo esquivo
hacia ese blando mundo infinitivo
en que todo está aún y todo vuela.

Estatua soy donde caí torrente,
donde canto pasé, silencio duro
y donde llama ardí ceniza esparzo.

Nada me afirma y nada me desmiente.
Sólo tu golpe, corazón oscuro,
a fuerza de latir aprieta el cuarzo.


4


Por esa fina herida silenciosa
que siquiera da paso a la agonía,
¡ay!, entra, muerte, en mí, como la guía
de la hiedra que el sol prende en la losa.

Abre -¡aunque sea así!- la última rosa
en que tu fuerza adulta se extasía,
ansia de ya no ser, llama tan fría
que a su lado la luz parece umbrosa.

Rompe la plenitud, la simetría,
el basalto en que acaba toda cosa
que dura más de lo que tarda el día;

y, arrancándome al tedio que me acosa,
envuélveme en tu vértigo, alegría,
¡afirmación total, muerte dichosa!

 

THIAGO DE MELLO

 

  

 

Agua de remanso

 

 

Ternura: honda manera
cristalina de mi ser.
Agua de remanso, brisa
mansa, luz de amanecer.

Nunca es la pena que muerde.
Jamás la turvia esquivez,
el apego al gris, la fría
concha que enciende en el alma
una brasa de malogro.

Es el gusto de la vida,
amor a la claridad,
canción de fiesta los lances
triviales de cada día.

Puede ser melancolía:
más serena en su verdad.
Apaciguado conmigo,
mi ser me sabe y me planta
en el fulcro de la vida.

Soy: estoy y canto.