sábado, 12 de marzo de 2016


LARISSA ORELLANA




II



Toco un árbol que se cae
porque no tiene raíces.

Sólo encuentro murciélagos,
hojas muertas
y el viento rojo.


De: La lluvia del bosque.


LÊDO IVO



  
La mancha irreparable



Tu pubis: la oveja negra
en el blanco rebaño de tu cuerpo.


Traduccion: Eduardo Langagne


LETICIA CARRERA L



  
Caricias durmientes



La cama es madre,
la madre es tierra,
la tierra es vientre,
y yo soy vientre

En mi crecen flores marinas,
esperando anzuelos de otros mundos,
las anémonas mueren,
los peces payaso rondan mis muslos.


RENEÉ ACOSTA



  
Reiteración de las cosas



los mismos ojos
los mismos labios
el mismo guiño

el padecimiento no tiene medida
ni las gratitudes del amor son cuantificables

somos las mismas ecuaciones repetidas

nadie en el acontecer de las cosas ve
como sus gestos, sus labios, ese guiño
pudieran ser los signos indescifrables
que determinen cruzar el rubicón
o tener tres divorcios

-ese hombre tiene algo fascinante- dice la mujer
ese algo, esa fascinación es la lectura anticipada
de las señales repetidas en los signos invisibles

Sócrates creía en los signos
la mujer que murió de amor creía en los signos
don Isidro el pescador conocía los signos de las aguas
y las nubes
yo creo en la perseverancia de las redes
en la insolación del águila, en los vagones perdidos
en el tren de los actos y circunstancias
en lo no dicho




CARMEN INÉS PERDOMO




Pájaro herido



Descansan, sobre mis manos,
abatidos pensamientos:
ocultos a la mirada
de los dioses.

Como crear o desvanecer entre sombras
un engañoso templo,
una palabra destruida entre los labios.

Soy un cuerpo incierto
que se levanta de las tinieblas
hasta volverse angustia,
melodía silenciosa
que danza en este desierto
como un ave
que en su vuelo se deshoja.



MOISÉS VEGA



  
Mujer chacal oceánica
para alimentarte cada noche
haces correr el jugo
entre el filo y la pulpa
no te basta
en tu sórdida hambruna
la floración terrestre

aún puede verse a la luz del opio
el galope de un animal herido
sobre tu espalda


De: Namasaga