sábado, 30 de noviembre de 2019


TAKUBOKU ISHIKAWA




En una isla del Mar del Este
sobre la arena blanca de la playa
cansado de tanto llorar
me entretengo con un cangrejo.


De: Tankas

SAKUTARO HAGUIWARA





Muerte de una rana



Mataron a una rana,
los niños alzaron las manos formando un corro,
todos juntos,
alzaron pequeñitas
y ensangrentadas manos.
Salió la luna.
Encima del cerro se yergue una persona.
Hay un rostro debajo del sombrero.



ANA MARÍA FUSTER





no me salves



no me salves
que el silencio diga
lo que el tiempo perdido al grano de arena



SEBASTIÁN ALVARADO





me acurruco
para soñar con un niño que descubre
un paraíso perdido
en ruinas

me acurruco
para soñar que existe algo
que no se destruye con el tiempo
me acurruco y pienso
que tiene que haber en alguna parte
un lugar donde reconozca algo
que pueda trascender
que pueda amar
algo tiene que haber en alguna parte
algo que pueda atrapar con mis manos
alguna vez
para borrarlo


ANDREA CABEL GARCÍA




  
Lyrica 500 mg.



Era un día de tantas lyricas,
uno con luces en el cielo y sonidos comiéndose al mar
Yo hubiera querido ser una ventana
o una letra escribiendo tu nombre en cualquier pared.
Hubiera querido ser tantas cosas,
Y solo fui esta palidez inexplicable
Este supuesto vientre sosteniendo el tendón de tu dedo meñique
Esta supuesta llamada a media noche esperando tus dientes callados.
Mientras no estás, las casas en Craig se llenan de copos morados de papel,
Copos que miran tus botas rojas
Tus botas rotas pisando el frío
pisando el día que amanece al otro año
con velas y maullidos dispersos, con papeles impresos que dicen cualquier cosa.
-Tu boca y tu nariz: espacios intersectándose imprecisamente-
Quería darte la sombra de este objeto
La boca de este ojo que estalla,
el cielo de este animal que te ha buscado
que se ha peinado con saliva
y que soñando con algún silbido
ha cruzado esa pista gigante, sin luz, esta pista que lleva al fin del mundo,
por donde las setentayunos as y ces, desprenden su pulpa para quemar un sueño


GIOVANNY GÓMEZ





La pregunta ante la puerta



Al frente de mi cuarto
mi hermano hace escuchar sus besos
en el cuerpo de una mujer
al lado la sonrisa de mi madre
conciente la necesidad de una piel diferente
solo para el alba

Con tanta devoción busco respirar en soledad
en el interior de esta habitación
quisiera que no se escuchara más fuerte el ruido de la calle
aunque nada prometa  el sorprenderse a veces
de lo que se pregunta
cuando  se  vigila ante esta puerta
como si la necesidad de una respuesta
volviera menos valiosa la desnudez
 más austeras las venas