"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 9 de abril de 2018
SOLÓN ARGÜELLO
Al ver su aldea
Gana
Febo el cenit, Lago de llamas,
temblar
mírase el éter igniscente
y en el
monte monotono y silente,
de la
siesta en el horno, arden las ramas,
Contemplando
los yermos panoramas,
el
sudor a raudales en la frente,
baja,
heridas sus plantas, la pendiente
el
viajero senil. Cívicos dramas
lo
expatriaron --diez lustros peregrinoy—
hoy que
toma su alma gigantea,
teme
yerto caer en el camino;
mas, no
obstante que agónico flaquea,
corre
alegre, de pronto, como el vino,
al
doblar un recodo y ver su aldea,
EZRA POUND
Reúno
estas palabras para cuatro personas,
alguien más puede cazarlas al vuelo,
oh mundo, lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas.
alguien más puede cazarlas al vuelo,
oh mundo, lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas.
Versión de Javier Calvo
MICHEL BUTOR
Azafrán
Son
nubes y arenas deslizándose entre mis labios
Son
eflorescencias e incandescencias acariciando mi lengua
Son
cabellos y flamas que circulan por mis venas
Son
llamamientos y resonancias que invaden mi nariz
Son
promesas de futuras poblaciones que manan de cuerpo en cuerpo
MAHMUD DARWISH
Andaré este camino
Andaré
este largo camino, este camino tan largo, hasta el final,
hasta
el final del corazón, andaré este camino largo, largo, largo...
Nada
tengo que perder sino el polvo y lo que está muerto en mí. La hilera de
palmeras
indica
lo que está ausente. Cruzaré la hilera de palmeras. ¿Necesita la herida a su
poeta
para
dibujar una granada a la ausencia? Os construiré sobre el techo del relincho
treinta
ventanas para la metáfora. Saldréis de una peregrinación para entrar en otra.
Se
estreche o no la tierra para nosotros, andaremos este largo camino
hasta
el final del arco. Que nuestros pasos se tensen cual flechas. ¿Estamos aquí
desde hace poco
y
dentro de poco alcanzaremos la flecha del comienzo? El viento gira en torno
nuestro, gira, ¿qué dices?
Digo:
Andaré este largo camino hasta mi final... hasta el final.
De: “Menos rosas”
Versión de María Luisa Prieto
JORGE ROBLEDO ORTIZ
Para
cantar tu pelo
aprendí la leyenda
del sol que siendo niño se extravió en un trigal.
aprendí la leyenda
del sol que siendo niño se extravió en un trigal.
Para
cantar tus ojos
me enseñaron la historia
de la primera mañana que se bañó en el mar.
me enseñaron la historia
de la primera mañana que se bañó en el mar.
Para
cantar tus labios
aprendí el meridiano
que pasa por el beso, la fresa y el panal.
aprendí el meridiano
que pasa por el beso, la fresa y el panal.
Para
cantar tu risa
subí con mi poema
peldaño por peldaño la escala musical.
subí con mi poema
peldaño por peldaño la escala musical.
Para
cantar tus senos
imaginé la forma
de redondear dos veces la misma cantidad.
imaginé la forma
de redondear dos veces la misma cantidad.
Quise
cantar al yunque
donde forjas la vida
y todos mis sentidos llegaron a cantar.
donde forjas la vida
y todos mis sentidos llegaron a cantar.
Entonces
me di cuenta
de que el poema estaba
en el límite exacto del pecado mortal.
de que el poema estaba
en el límite exacto del pecado mortal.
ENRIQUE GONZÁLEZ ROJO
Vida y obra del espacio
A Guillermo Tovar de Teresa
No es
verdad que el espacio
sirva
como lugar en que se citan
oquedades,
rendijas, intersticios
celebrando
el congreso de la nada.
No es
el telón de fondo
donde
hay algo que salta y representa
ademanes
de ser, gestos de cuerpo.
No es
tampoco un vacío donde aflore,
con el
solo habitante de la asfixia,
el
único rincón en que la historia
no
puede respirar.
Hay
espacios que nacen, que gatean
con sus
tres dimensiones. Espacios que se yerguen,
sumándole
agujeros a su hueco,
hasta
la edad madura del abismo
–donde
está siempre el vértigo asomado–
o hasta
esbozar un ámbito que abarque
desde
tu boca abierta hasta los cráteres
que se
abren en la luna.
Hay
espacios amantes, cuyo coito
–logrado
al presentar el pasaporte
que
goza de la visa de la entrega–
extraditan
sus límites y acaban
con el
crónico mal del que adolecen
las
naciones, enfermas de frontera.
Hay
espacios ya graves: el derrumbe
que
amenaza la mina lo demuestra.
Hay
espacios que nacen, viven, crecen:
se
reciben de tiempo. Son espacios ancianos,
a un
paso ya muy niño de la muerte.
Modelado
de historia y de materia,
el
espacio requiere de su biógrafo
que
arroje las leyendas y lo trate
como
hermano de todos en el tiempo,
nativo
del gerundio y compatriota
de todo
lo que se halla,
si
olvidamos la efímera existencia,
a una
cuna tan sólo del sepulcro.
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