"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 20 de abril de 2022
JOSÉ FORNARIS
La Bayamesa
¿No
recuerdas, gentil bayamesa
Que tú fuiste mi sol refulgente,
Y risueño en tu lánguida frente
Blando beso imprimí con ardor?
¿No recuerdas que en un tiempo dichosos
Me extasié con tu pura belleza,
Y en tu seno doblé mi cabeza
Moribundo de dicha y amor?
Ven, y asoma á tu reja sonriendo;
Ven, y escucha amorosa mi canto;
Ven no duermas, acude á mi llanto;
Pon alivio a mi duro dolor.
Recordando las glorias pasadas
Disipemos, mi bien, la tristeza;
Y doblemos los dos la cabeza
Moribundos de dicha y amor.
LUIS ALBERTO AMBROGGIO
El peso de los cuerpos
Al fondo de las
tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo de murmullo de los vientos.
-Vicente
Huidobro
La
sentencia de un cuerpo
vence la apatía de los dioses.
Cuerpos dóciles ante la furia de las ondas.
Cuerpos aferrados al morir y resucitar
y ser luego luminosos.
Cuerpos que son árboles, que son mares,
que son tierra humedecida
que son clamor y ausencia,
que avanzan en el viento
y lloran y reclaman millones de veces
el camino de vuelta
porque nunca pierden la memoria.
Cuerpos-espíritus que se elevan
desafiando a la muerte
como una lumbre sin tregua.
Nosotros
les damos a los cuerpos sus alas.
SANTIAGO SYLVESTER
copio y reenvío
He
recibido este e-mail
y no sé si su autor está vivo o muerto, si quiere estar donde
está, si ha tenido una beca o le gusta la comida regional:
yo copio y reenvío:
a)
de
los caminos que no tomaremos
líbranos Señor:
de las mujeres que no tendremos
líbranos Señor:
de los viajes que no haremos
líbranos Señor:
de los libros que no leeremos
líbranos Señor:
de las tardes, de los amaneceres, de las tormentas: de la
apasionada meteorología que devasta o beneficia al
mundo, y que no veremos
líbranos Señor:
de los rezos que nunca rezaremos
líbranos también;
b)
arrepentimiento
de la palabra de más:
arrepentimiento del vino de más:
arrepentimiento del paso de más:
arrepentimiento de la opinión de más:
arrepentimiento del llanto, del grito, del silencio, de los
consejos, de la soledad de más:
arrepentimiento de haber hecho lo que estará siempre de más:
arrepentimiento del arrepentimiento de más;
c)
resumen
de lo dicho:
aceptar el cielo
cuando creíamos en el infierno: aceptar la tierra
cando creíamos en el cielo:
aceptar el infierno:
que
así sea
para
facilitar las cosas,
por si hay que dejar todo:
irnos de todas partes: de aquí
sin ir más lejos.
JEAN-YVES MASSON
5
y
ahora el que necesita palabras sólo tiene cadáveres ante sí
la putrefacción del vocabulario ha invadido el aliento
cómo hablar de resistencia con toda este putridez en boca
no sabemos ya si el pensamiento es en nosotros pensamiento por sí mismo
o si algún virus agita en nosotros su perfecto simulacro
cuando lo virtual es más fuerte que la realidad todo finge
la ilusión ha vencido en el debate del ser y el parecer
lo durable ha perdido su valor en provecho del mercadear
la revolución estaría de moda si fuera vendible
el presente traga a la vez el futuro y el pasado
además qué es el tiempo si es igual al consumo
el valor del disfrute es menos preciado que la velocidad del desgaste
o la necesidad sin cesar acelerada del cambio
se espera incluso la misma seguridad del banco y de la comisaría
con la esperanza al fin de una plusvalía de la propia vida sobre la vida
el sentido gira en redondo en el retroceso de los deseos humanistas
la mirada cae en el fondo del fondo bajo el peso de la basta necedad
RAIMUNDO ECHEVARRÍA Y LARRAZÁBAL
La hora del presentimiento
Una
fragancia a carne gloriosa se disuelve
sobre la luminosa fiebre de mis tejidos,
como un embrujamiento celeste que me envuelve
como la metempsicosis de un séptimo sentido.
Caen
las telarañas de la vida enfermiza
y se alientan los nervios en un ansia de sol…
todo se hace más leve, todo se sutiliza
como si me encontrara a doscientos mil volt.
¿Qué
serán todas estas raras complicaciones
que nos dejan las manos estrujando visiones
que no hemos visto nunca con estos ojos hondos?
¿Qué
serán esos labios que nos hacen un guiño
amoroso, en la sombra de paisajes sin fondo,
entre el amoratado resoplar del gran pino?
JULIO ARBOLEDA
Vanidad de vanidades
¡Infeliz
del que busca en la apariencia
la dicha, y en la efímera alabanza,
y muda de opinión con la mudanza
de la versátil, pública conciencia!
El
presente es su sola providencia;
cede al soplo del viento que le lanza
al bien sin fe y al mal sin esperanza;
que en errar con el mundo está su ciencia.
¡Y
feliz el varón independiente
que, libre de mundana servidumbre,
aspira entre dolor y pesadumbre
a la
eterna verdad, no a la presente,
conociendo que el mundo y sus verdades
son sólo vanidad de vanidades!
