sábado, 30 de mayo de 2015

CESAR SIMÓN



A una joven en el parque


Y sí, la muerte es esto:
tú, criatura, ahora,
apoyada en el árbol,
conversando, jugando.
con el otro.

Es ahora.
                   Te veo.
                                  Es un segundo.
Te irás. Te alejarás. Ahora
es todo lo más claro
posible.



De "Erosión"

 

LÍBER FALCAO


 
 

Final
                  A la memoria de Romain Rolland

 

Adiós dijo
Adiós al mundo, muero...
Salud amigos,
y se fue cantando
entre los trigos.

Se fue el viajero.
Y una más que todas
triste espiga,
dobló su fruto
hacia la tierra amiga.

 

AMADO NERVO

 


Pasas por el abismo de mis tristezas...

 

Pasas por el abismo de mis tristezas
como un rayo de luna sobre los mares,
ungiendo lo infinito de mis pesares
con el nardo y la mirra de tus ternezas.

Ya tramonta mi vida, la tuya empiezas;
mas, salvando del tiempo los valladares,
como un rayo de luna sobre los mares,
pasas por el abismo de mis tristezas.

No más en la tersura de mis cantares
dejará el desencanto sus asperezas;
pues Dios, que dio a los cielos sus luminares,
quiso que atravesaras por mis tristezas
como un rayo de luna sobre los mares.

 

 

ALFREDO VEIRAVÉ


 

Adán y Eva

 

En segundo lugar las fanerógamas y los vermes
    dictan sus formas con otras fórmulas químicas
aviesas en la continuidad de las especies.
          De la misma manera los ocultos segmentos de la
                                                  [locura (momentánea)
se transfieren de un cuerpo a otro y convierten en globos
                                                                            [terrestres
a las cándidas hijas de las matronas.

 

 

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA




Midnight dreams

 

Anoche, estando solo y ya medio dormido,
Mis sueños de otras épocas se me han aparecido.

Los sueños de esperanzas, de glorias, de alegrías
Y de felicidades que nunca han sido mías,

Se fueron acercando en lentas procesiones
Y de la alcoba oscura poblaron los rincones

Hubo un silencio grave en todo el aposento
Y en el reloj la péndola detúvose al momento.

La fragancia indecisa de un olor olvidado,
Llegó como un fantasma y me habló del pasado.

Vi caras que la tumba desde hace tiempo esconde,
Y oí voces oídas ya no recuerdo dónde.

.............................................................................

Los sueños se acercaron y me vieron dormido,
Se fueron alejando, sin hacerme ruido

Y sin pisar los hilos sedosos de la alfombra
Y fueron deshaciéndose y hundiéndose en la sombra.

 

ELIZABETH BISHOP


 

Pequeño ejercicio

 

Piensa en la tormenta que ronda por el cielo
como un perro en busca de un lugar donde dormir
escucha cómo gruñe.

Piensa cómo ha de verse el cordaje del mangle
tendido allí afuera e insensible al relámpago
en oscuras familias de fibras ásperas,

allí donde a veces una garza se despeina,
sacude sus plumas, hace un incierto comentario
cuando a su alrededor el agua brilla.

Piensa en el bulevar y las pequeñas palmeras
clavadas en fila, que se revelan de improviso
como puñados de flexibles peces —esqueletos.

Está lloviendo allí. El bulevar
y sus rotas aceras con hierbas en cada ranura
sienten el alivio de estar mojados, y el mar de refrescarse.

Ahora la tormenta vuelve a alejarse en una serie
de minúsculas, mal iluminadas escenas de batallas,
cada cual en “Otra parte del campo”.

Piensa en alguien que duerme en el fondo de un bote,
amarrado a las raíces del mangle o al pilote de un puente;
piénsalo indemne y apenas perturbado.