"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 11 de mayo de 2012
ARMANDO ROA VIAL
Bilis
Negra: Amparax Sublingual 2 mm.
Yo
pinto el rostro humano,
aunque los rasgos no digan nada.
Sobre el caballete de la enfermedad
la tela se desgarra ante el trazo que tiembla.
Mi primer plano es la falta de plano,
la deserción de las ensambladuras,
figuras fatigadas que rehusan la caricia del pincel,
fervorosa amargura de un puñado de colores
que buscan deponer la monarquía del cuerpo
prolongada en la pintura:
rastro sin rostro
rostro sin rastro
a resguardo del cualquier patrimonio hereditario,
costumbre inveterada de un hombre vulnerable
que ignora en la muerte y su abrazo engañoso
–un signo lingüistico del cuerpo-
el presentimiento de órdenes nuevos.
Yo pinto el rostro humano
en imágenes raudas y vacías,
en trazos indecisos donde hay gritos sin bocas
u ojos sin párpados; lloviznando astros extinguidos
para una noche que no madruga
en la aurora anochecida del poema.
Yo pinto el rostro humano
para salvar la palabra amor: saliva hambrienta
en un audaz contrabando de bocas.
Me afano en este oficio
como quien busca descalzo el zapato a esa huella
de lo que nunca queda en pie.
aunque los rasgos no digan nada.
Sobre el caballete de la enfermedad
la tela se desgarra ante el trazo que tiembla.
Mi primer plano es la falta de plano,
la deserción de las ensambladuras,
figuras fatigadas que rehusan la caricia del pincel,
fervorosa amargura de un puñado de colores
que buscan deponer la monarquía del cuerpo
prolongada en la pintura:
rastro sin rostro
rostro sin rastro
a resguardo del cualquier patrimonio hereditario,
costumbre inveterada de un hombre vulnerable
que ignora en la muerte y su abrazo engañoso
–un signo lingüistico del cuerpo-
el presentimiento de órdenes nuevos.
Yo pinto el rostro humano
en imágenes raudas y vacías,
en trazos indecisos donde hay gritos sin bocas
u ojos sin párpados; lloviznando astros extinguidos
para una noche que no madruga
en la aurora anochecida del poema.
Yo pinto el rostro humano
para salvar la palabra amor: saliva hambrienta
en un audaz contrabando de bocas.
Me afano en este oficio
como quien busca descalzo el zapato a esa huella
de lo que nunca queda en pie.
ELÍAS NANDINO
Pera
verde
Pera
que espera en la rama
la mano que la desate;
fruta que juega al sabor
entre los labios del aire.
la mano que la desate;
fruta que juega al sabor
entre los labios del aire.
Pera
que mece su forma
en el columpio del tallo;
fruta que prende su olor
en el cabello del árbol.
en el columpio del tallo;
fruta que prende su olor
en el cabello del árbol.
Pera
que seno parece
en su verde adolescencia;
fruta de tierno color
que con mis ansias se besa.
en su verde adolescencia;
fruta de tierno color
que con mis ansias se besa.
Humana
entraña de azúcar,
efeba fruta de jade:
¡cómo quisiera beberme
el aroma de tu carne!
efeba fruta de jade:
¡cómo quisiera beberme
el aroma de tu carne!
PABLO GARCÍA CASADO
Ritos
los
recuerdos son facturas a tu nombre
sé que el adiós tiene su rito y el tuyo
es dejarme vacía la despensa de los sueños
sé que el adiós tiene su rito y el tuyo
es dejarme vacía la despensa de los sueños
a
veces me pregunto qué hicimos mal
te mandaré flores cada otoño puedes venir
por las facturas al menos las de la luz
te mandaré flores cada otoño puedes venir
por las facturas al menos las de la luz
estoy
a oscuras por culpa de tus ritos
De "Las
afueras"
CRISTINA CHAIN
1
Amo
la explosión
de los coros
al alba
de todos los pájaros
en esta ciudad.
de los coros
al alba
de todos los pájaros
en esta ciudad.
Cuando
los sueños
aún no se evaporan.
Yo amo esa hora
de la tarde
en que ellos
lloran a la luz.
aún no se evaporan.
Yo amo esa hora
de la tarde
en que ellos
lloran a la luz.
ÁNGELA MONTERO
Adivino
tormento
Has
sido corrompida
te vi lejana
guardando memorias
en tu vientre materno.
te vi lejana
guardando memorias
en tu vientre materno.
Sé
que el dolor está brotando
por haber renunciado
al ímpetu de madre,
¿qué la filosofía te llenó el alma
cuando ese espermio fecundó
en tus entrañas
y te obligó a parir?
Era tu propia sangre
no reflexionaste,
escupiendo tu presente.
por haber renunciado
al ímpetu de madre,
¿qué la filosofía te llenó el alma
cuando ese espermio fecundó
en tus entrañas
y te obligó a parir?
Era tu propia sangre
no reflexionaste,
escupiendo tu presente.
Sé
que la única lágrima derramada
fue la que quiso lavar tu pasado.
fue la que quiso lavar tu pasado.
Hoy
no hay testamento
que te nombre,
ni palabra que merezcas.
que te nombre,
ni palabra que merezcas.
El
dolor está en el pecho
y en la confidencia
llama a tu hijo.
y en la confidencia
llama a tu hijo.
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