"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 5 de mayo de 2017
EUGENIO MONTALE
Noticias desde el Amiata
El
fuego de artificio del mal tiempo
será rumor de colmenas en la noche.
El cuarto tiene vigas
carcomidas y un olor de melones
se cuela entre las tablas. Las humaredas
mórbidas que remontan un valle
de elfos y de hongos hasta el cono diáfano
de la cima me empañan los cristales
y desde aquí te escribo, desde la mesa
remota, desde la celda de miel
de una esfera lanzada en el espacio
–y las jaulas cubiertas, el hogar
donde estallan las castañas, las venas
de salitre y de moho son el cuadro
donde muy pronto irrumpirás. ¡La vida
que te fabula es aún demasiado breve
si puede contenerte! Tu ícono abre
el fondo luminoso. Afuera llueve.
será rumor de colmenas en la noche.
El cuarto tiene vigas
carcomidas y un olor de melones
se cuela entre las tablas. Las humaredas
mórbidas que remontan un valle
de elfos y de hongos hasta el cono diáfano
de la cima me empañan los cristales
y desde aquí te escribo, desde la mesa
remota, desde la celda de miel
de una esfera lanzada en el espacio
–y las jaulas cubiertas, el hogar
donde estallan las castañas, las venas
de salitre y de moho son el cuadro
donde muy pronto irrumpirás. ¡La vida
que te fabula es aún demasiado breve
si puede contenerte! Tu ícono abre
el fondo luminoso. Afuera llueve.
De: Las ocasiones
ABEL RUBÉN ROMERO
No ansiamos amor,
ansiamos
la muerte;
la muerte
de dientes
y
lenguas que caen
cual
vidrio molido,
de
labios rasgados,
de
ojos henchidos,
de
ropa que cae
trozando
la piedra,
de
gritos bramados
desde
las paredes,
desde
el tragaluz,
desde
los espejos;
la
muerte de hundirnos
en
sitios angostos,
en
voces procaces
que
mecen su nombre,
que
mugen su nombre,
que
mojan su nombre;
la
muerte que al fin,
chispeantes
los ojos,
vibrantes
las manos,
vencidos
los huesos,
nos
llena de vida.
.
LUCIAN BLAGA
Yo no aplasto la corola de milagros del mundo
Yo no aplasto la corola de milagros del mundo
ni extermino
con la inteligencia los enigmas que encuentro
en mi senda,
en las flores, en los ojos, sobre labios o tumbas.
La luz de los otros
ahoga el hechizo de lo desconocido que se esconde
en las profundidades de la oscuridad,
pero yo,
yo con mi luz aumento el misterio del mundo.
Así como la luna con sus blancos rayos
no disminuye, sino, temblorosa,
aumenta más el secreto de la noche,
así enriquezco yo también el oscuro horizonte
con altas flores de sagrado misterio
y todo lo que es incomprensible
cambia en misterio más grande todavía
bajo mis ojos,
porque yo amo
flores y ojos y labios y tumbas.
Yo no aplasto la corola de milagros del mundo
ni extermino
con la inteligencia los enigmas que encuentro
en mi senda,
en las flores, en los ojos, sobre labios o tumbas.
La luz de los otros
ahoga el hechizo de lo desconocido que se esconde
en las profundidades de la oscuridad,
pero yo,
yo con mi luz aumento el misterio del mundo.
Así como la luna con sus blancos rayos
no disminuye, sino, temblorosa,
aumenta más el secreto de la noche,
así enriquezco yo también el oscuro horizonte
con altas flores de sagrado misterio
y todo lo que es incomprensible
cambia en misterio más grande todavía
bajo mis ojos,
porque yo amo
flores y ojos y labios y tumbas.
MALENA DE MILI
Prometo, propongo
Ofrendo
la mía a tu belleza,
doy
mi sangre por hacerte inmortal,
te
cubro, si quieres, de indecencia
con
mi lengua.
Propongo
algo del todo arrogante,
crear
palabras impronunciables
para
nombrar de otra forma al amor,
revelarnos
hermosos e insolentes,
excomulgar
de lo bueno,
consagrarnos
sólo a lo verdadero.
Pero
no me pidas el corazón.
Prometo
hacerte infeliz,
porque
sólo en la infelicidad
puede
amarse correctamente.
MIGUEL ÁNGEL FLORES
[Bajo su corteza...]
Mes chanson par le
monde en lambeaux dispersées
Victor Hugo
Où est le vent
maintenant? où es la mer? où la route
qui mʼa mené jusquʼici!
Où sont les hommes ? il nʼy a plus rien que le ciel
toujours pur. Où est l'ancienne tempête?
Paul Claudel
I
BAJO SU CORTEZA, el mar era una llama;
Cielo invertido, inventados astros,
Cardumen en incendio;
Fértil espacio donde crecen mitologías.
En el aire marcaban muescas.
Gritaba el rayo.
Lívido color de mármol
Y el sol era nuevo día.
Qué mejor definición que el mar,
El mar, el mar siempre recomenzando.
Granos de voz, aguas perpetuas en la pupila.
Era de madrugada, ardía el mar,
Sólo sombra de su claridad
Y la sal en la agonía de su espuma
Proclamaba para el mar la majestad de las aguas.
Tormenta, espiral y ola, piel que palpita.
Un nuevo sol sobre luna menguante.
Fatiga del áncora.
Rutas del mar sobre la efímera raya del agua.
Un trazo en el papel.
En un fragmento de la bitácora se leía:
“Agua luminosa”.
Bilis de los vientos:
Un sabor de tormenta
Guardaban los restos del navío.
BAJO SU CORTEZA, el mar era una llama;
Cielo invertido, inventados astros,
Cardumen en incendio;
Fértil espacio donde crecen mitologías.
En el aire marcaban muescas.
Gritaba el rayo.
Lívido color de mármol
Y el sol era nuevo día.
Qué mejor definición que el mar,
El mar, el mar siempre recomenzando.
Granos de voz, aguas perpetuas en la pupila.
Era de madrugada, ardía el mar,
Sólo sombra de su claridad
Y la sal en la agonía de su espuma
Proclamaba para el mar la majestad de las aguas.
Tormenta, espiral y ola, piel que palpita.
Un nuevo sol sobre luna menguante.
Fatiga del áncora.
Rutas del mar sobre la efímera raya del agua.
Un trazo en el papel.
En un fragmento de la bitácora se leía:
“Agua luminosa”.
Bilis de los vientos:
Un sabor de tormenta
Guardaban los restos del navío.
De: Saldo ardiente
SERGIO BADILLA
Los ojos verdes de mi helénica
La
realidad es apariencia y simulacro
disfraz
y hechicería
una
farsa en la escena del sentido y la razón.
Las
tuberías ya no llevan esperma a la vagina
de la
Gorgona
sólo
piedras y cascajos
para
la infecunda matriz que se marchita.
Una
catacumba en el espacio de la sombra y la pupila.
Alejandro
llora a Hefestión y rapa su cabeza
en
una página de Plutarco
mientras
un halcón revolotea con maestría y
se
inquieta con el anonimato
o con
los relinchos de los caballos en una película
de
Vajda.
El
dominio adyacente es entre el dogma y la patraña
o la
nulidad y el absurdo.
Li Po
borracho
se
ahoga nuevamente en el río Azul
tratando
de alcanzar un reflejo de la luna
tal
si fuera una doncella desnuda
que
irradiaba el resplandor de su cuerpo en el agua.
Una
mazmorra en el territorio de la oscuridad y el abandono.
Un
paseo en bicicleta por la Vía Dolorosa.
un
telescopio de cristal para observar los agujeros negros
de la
Vía Láctea.
Los
ojos verdes de mi helénica
que
un día jueves dejó de amarme.
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