viernes, 12 de septiembre de 2025

NICOLAE CEAUȘESCU


 

SARAI CAVERO PACCO


 

5. La Gigante

 


No sabe cómo sentirse,

el calor se escapa de sus manos,

ya no siente la proporción de las píldoras,

contra sus lágrimas.

 

Mi gigante se siente pequeña,

siente el frío del mes de enero,

en sus huesos,

en sus ojos.

 

Se mira en un pedazo de vidrios rotos,

mira las grandes y pequeñas líneas de su cuerpo.

Si, la gigante solo mira.

 

 

EMMA VAMARÍ

 

  

 

Tercer descenso

 


A las seis de un jueves algo retumba

La polvareda se asienta suavemente en el pétalo de un suplicio

donde los rezos se estiran hacia las guerrillas del tiyat

la tierra de todos los colores

excepto el nuestro

Y son las seis y algo de un cinco de junio

y las seis y algo de una advertencia

en oleajes que se interrumpen de pronto

y cambian de dirección hacia afuera de las rocas

hacia el futuro

donde los tonos aguardan a ser descubiertos

por los cantores que palpan

solo si se dejan palpar de vuelta

(así sienten las rocas)

Los cantos viejos reverberaban otras seis

otras innombrables seis, otras chingadas seis

otras seis chingadas canciones

seis ahuates restregándose por los techos

que resienten las seis y poco más

de un dos mil tres

una vez cuando todos los flotes 

volvieron al abuso

en otra enfermedad un pez cualquiera

Nunca nadie nos dio una voz

que pudiésemos hinchar con agua hasta la muerte

Primero llegaron a decirnos

que somos “el lugar encima de la cueva”

y luego nos llamaron hoyos

“el lugar que encubre un vacío”

por eso todo llega a desplomarse aquí

a llenar los sumideros a como dé lugar

y tal vez por eso todos nuestros rezos

no suben más allá de nuestros ojos

y amamos a tientas y sin sostén entre decepciones

y por eso los cantos siempre hablan de lo mismo:

el hijo infinitamente nacido

de la calavera

Y a las seis desboca un saquito de pasión

Galopa el cuz-cuz

Limpia la montaña

Ya no chispea

A las seis un humano

que apaga un cigarrillo

mira al único verso

imposible de teclear

y se desboca

y empieza a venir

Viene sin forma

Viene hirviendo

Viene viva

Se levanta el telón

—habemus carroña renovada—

Se prenden las cámaras

Se agitan las tumbas

Se abrazan las piedras

Se abrasan las piedras

Reciben en alfombra roja el trancazo

y el valle se amodorra

Se apoxcahua

 

 

FABIÁN GUERRERO OBANDO

  

 

IV

 

La mancha se extiende sobre la mano

 

 

La mancha se extiende sobre la mano.

 

Se nutre

Camina

Duerme en la mano rugosa.

 

Resuella resuella

Y esos resuellos

Secan más la mano.

 

Y tras ella,

La simple ampolla del tiempo.

  

De: “Tardía calma”

 

 

JAIME SÁNCHEZ MARÍN

 

 

 

Las afinidades electivas, 1932



somos una pintura bien hecha, mi esposa y yo, un alumbramiento sin historia, una capital de reinos sucesivos, una masa madre, una casa de muñecas, dos objetos en proceso de hacerse caricias, como recipientes vivos, un problema lógico o entramado de ganchos marrones, el museo preferido por el hombre medio, las partes inamovibles de un paraguas bien cerrado, las gracias que se dan cuando se sujetan puertas, cuando se da pena en dormitorios ciegos, la quietud pintada en la penumbra, una pintura bien hecha

 

De: “Magritte”

 

 

NAIM FRASHËRI

 

  

Mi corazón

 

 

Cuando las nubes son negras

y azota el viento ululando,

se vuelve infierno la tierra

y cubre el cielo el relámpago,

con furor el aguacero

se abate, la tierra anega,

a raudales cae del cielo

sin nada que lo contenga.

Fluyen torrentes, arroyos,

también aguas turbulentas,

van arramblando con todo

lo que a su paso se encuentran.

También de mi corazón

truenos y rayos emanan,

fuego y llamas de aflicción,

sangre al suspirar derrama.

Se ha elevado vaporoso

el fuego desde mi alma,

mis lágrimas son arroyos

que al llorar mis ojos manan.

Mosca en agua zambullida,

si el sol de la ilusión nace,

este caos se calmaría,

no habrías de apurar el cálice.

Llueve, verdece la tierra,

da con la tumba el verano,

tumba de hojas cubierta

que el torrente ha condenado.

Mar profundo e infinito

que el universo contienes,

en ti está todo principio

y es a ti a quien todo vuelve.

Mientras no sean vertidas

gotas de mi alma a raudales

al mar con su inmensidad,

mi corazón no descanse.

 

Versión de María Roces González

 

JAVIER CLAURE COVARRUBIAS

 

 

 

He visto patear a mujeres de pollera

 

 

Quisiera convocar a diputados

y a las cúpulas más altas de la sociedad

para preguntarles por la agonía

en las vísceras del pueblo

quizá, pueda capturar a los culpables

y luego

mostrar las fotos en la televisión

lárgate ya, pólvora de mil pies

porque yo he visto patear

a mujeres de pollera.

Quisiera redactar documentos

de seguridad social

para los huérfanos y los desamparados

fabricar un radar palpitante

a lo largo y ancho de mi patria

quizá, pueda viajar

a esos lugares ametrallados

y luego

traer en botellas

la sangre de los muertos

lárgate ya, puñal castrense

porque yo he visto patear

a mujeres de pollera.

Quisiera abrir los archivos color mosca

desde donde manipularon

apagadas de luz para robar

en donde ocultaron

las órdenes que dieron

un tinte verde olivo al gatillo

y la bandera lloraba torcida a su favor

quizá, pueda enviar un telegrama

y luego

enseñar la respuesta

a la prensa internacional

lárgate ya, verdugo de cinco estrellas

porque yo he visto patear

a mujeres de pollera.

  

De: “¿De qué espejo está hecha la vida?”