"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 12 de septiembre de 2025
SARAI CAVERO PACCO
5.
La Gigante
No
sabe cómo sentirse,
el
calor se escapa de sus manos,
ya
no siente la proporción de las píldoras,
contra
sus lágrimas.
Mi
gigante se siente pequeña,
siente
el frío del mes de enero,
en
sus huesos,
en
sus ojos.
Se
mira en un pedazo de vidrios rotos,
mira
las grandes y pequeñas líneas de su cuerpo.
Si,
la gigante solo mira.
EMMA VAMARÍ
Tercer
descenso
A
las seis de un jueves algo retumba
La
polvareda se asienta suavemente en el pétalo de un suplicio
donde
los rezos se estiran hacia las guerrillas del tiyat
la
tierra de todos los colores
excepto
el nuestro
Y
son las seis y algo de un cinco de junio
y
las seis y algo de una advertencia
en
oleajes que se interrumpen de pronto
y
cambian de dirección hacia afuera de las rocas
hacia
el futuro
donde
los tonos aguardan a ser descubiertos
por
los cantores que palpan
solo
si se dejan palpar de vuelta
(así
sienten las rocas)
Los
cantos viejos reverberaban otras seis
otras
innombrables seis, otras chingadas seis
otras
seis chingadas canciones
seis
ahuates restregándose por los techos
que
resienten las seis y poco más
de
un dos mil tres
una
vez cuando todos los flotes
volvieron
al abuso
en
otra enfermedad un pez cualquiera
Nunca
nadie nos dio una voz
que
pudiésemos hinchar con agua hasta la muerte
Primero
llegaron a decirnos
que
somos “el lugar encima de la cueva”
y
luego nos llamaron hoyos
“el
lugar que encubre un vacío”
por
eso todo llega a desplomarse aquí
a
llenar los sumideros a como dé lugar
y
tal vez por eso todos nuestros rezos
no
suben más allá de nuestros ojos
y
amamos a tientas y sin sostén entre decepciones
y
por eso los cantos siempre hablan de lo mismo:
el
hijo infinitamente nacido
de
la calavera
Y a
las seis desboca un saquito de pasión
Galopa
el cuz-cuz
Limpia
la montaña
Ya
no chispea
A
las seis un humano
que
apaga un cigarrillo
mira
al único verso
imposible
de teclear
y se
desboca
y
empieza a venir
Viene
sin forma
Viene
hirviendo
Viene
viva
Se
levanta el telón
—habemus
carroña renovada—
Se
prenden las cámaras
Se
agitan las tumbas
Se
abrazan las piedras
Se
abrasan las piedras
Reciben
en alfombra roja el trancazo
y el
valle se amodorra
Se
apoxcahua
FABIÁN GUERRERO OBANDO
IV
La mancha se extiende sobre la mano
La
mancha se extiende sobre la mano.
Se
nutre
Camina
Duerme
en la mano rugosa.
Resuella
resuella
Y
esos resuellos
Secan
más la mano.
Y
tras ella,
La
simple ampolla del tiempo.
De:
“Tardía calma”
JAIME SÁNCHEZ MARÍN
Las
afinidades electivas, 1932
somos
una pintura bien hecha, mi esposa y yo, un alumbramiento sin historia, una
capital de reinos sucesivos, una masa madre, una casa de muñecas, dos objetos
en proceso de hacerse caricias, como recipientes vivos, un problema lógico o
entramado de ganchos marrones, el museo preferido por el hombre medio, las
partes inamovibles de un paraguas bien cerrado, las gracias que se dan cuando
se sujetan puertas, cuando se da pena en dormitorios ciegos, la quietud pintada
en la penumbra, una pintura bien hecha
De:
“Magritte”
NAIM FRASHËRI
Mi
corazón
Cuando
las nubes son negras
y
azota el viento ululando,
se
vuelve infierno la tierra
y
cubre el cielo el relámpago,
con
furor el aguacero
se
abate, la tierra anega,
a
raudales cae del cielo
sin
nada que lo contenga.
Fluyen
torrentes, arroyos,
también
aguas turbulentas,
van
arramblando con todo
lo
que a su paso se encuentran.
También
de mi corazón
truenos
y rayos emanan,
fuego
y llamas de aflicción,
sangre
al suspirar derrama.
Se
ha elevado vaporoso
el
fuego desde mi alma,
mis
lágrimas son arroyos
que
al llorar mis ojos manan.
Mosca
en agua zambullida,
si
el sol de la ilusión nace,
este
caos se calmaría,
no
habrías de apurar el cálice.
Llueve,
verdece la tierra,
da
con la tumba el verano,
tumba
de hojas cubierta
que
el torrente ha condenado.
Mar
profundo e infinito
que
el universo contienes,
en
ti está todo principio
y es
a ti a quien todo vuelve.
Mientras
no sean vertidas
gotas
de mi alma a raudales
al
mar con su inmensidad,
mi
corazón no descanse.
Versión
de María Roces González
JAVIER CLAURE COVARRUBIAS
He
visto patear a mujeres de pollera
Quisiera
convocar a diputados
y a
las cúpulas más altas de la sociedad
para
preguntarles por la agonía
en
las vísceras del pueblo
quizá,
pueda capturar a los culpables
y
luego
mostrar
las fotos en la televisión
lárgate
ya, pólvora de mil pies
porque
yo he visto patear
a
mujeres de pollera.
Quisiera
redactar documentos
de
seguridad social
para
los huérfanos y los desamparados
fabricar
un radar palpitante
a lo
largo y ancho de mi patria
quizá,
pueda viajar
a
esos lugares ametrallados
y
luego
traer
en botellas
la
sangre de los muertos
lárgate
ya, puñal castrense
porque
yo he visto patear
a
mujeres de pollera.
Quisiera
abrir los archivos color mosca
desde
donde manipularon
apagadas
de luz para robar
en
donde ocultaron
las
órdenes que dieron
un
tinte verde olivo al gatillo
y la
bandera lloraba torcida a su favor
quizá,
pueda enviar un telegrama
y
luego
enseñar
la respuesta
a la
prensa internacional
lárgate
ya, verdugo de cinco estrellas
porque
yo he visto patear
a
mujeres de pollera.
De:
“¿De qué espejo está hecha la vida?”
