"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 19 de junio de 2012
EFRAÍN BARTOLOME
El
regreso
Las
tres de la mañana
El
invierno planea
entre girones densos de la noche
y los pies trashumantes de la niebla
entre girones densos de la noche
y los pies trashumantes de la niebla
Las
ráfagas que vienen de sus alas
zumban entre las ramas:
congelan el rocío en las ventanas
zumban entre las ramas:
congelan el rocío en las ventanas
Afuera
todo es frío
Pero
yo vengo de tu cuerpo
Y estoy alegre
reposado
tibio.
Y estoy alegre
reposado
tibio.
Ж
Por
las calles vacías sigo tu auto
La
madrugada arrastra su cabellera larga
Vengo
de estar en ti
Con cada fibra muscular bebí tu cuerpo
Fui por el túnel del deslumbramiento
como el que va cayendo en sueños
Con cada fibra muscular bebí tu cuerpo
Fui por el túnel del deslumbramiento
como el que va cayendo en sueños
Vengo
de ahí
De los labios donde una herida roja
bebió la vida en otra
De los labios donde una herida roja
bebió la vida en otra
Ahora
recorremos las calles somnolientas
Vamos
por la ciudad
como si fuera una extensión del lecho.
como si fuera una extensión del lecho.
Ж
Ante
el golpe de luz con que las hiere el auto
las piedras se incorporan van cerrando la calle
las piedras se incorporan van cerrando la calle
Los
árboles arrancan su cuerpo de la sombra
Ahora
somos la calma
el reposo del mundo
la oscuridad
El pozo de lo diario.
el reposo del mundo
la oscuridad
El pozo de lo diario.
"Música solar"
ENRIQUE AZCOAGA
Alegre
novia mía, cuando llegas...
Alegre
novia mía, cuando llegas
se llena el corazón de mariposas,
de puras narraciones jubilosas,
del fondo de los ojos que me entregas.
se llena el corazón de mariposas,
de puras narraciones jubilosas,
del fondo de los ojos que me entregas.
Mirándote
en la fama de mis ciegas
canciones preferidas las rebosas,
llenando mi lamento con las rosas
recientes del amor que me revelas.
canciones preferidas las rebosas,
llenando mi lamento con las rosas
recientes del amor que me revelas.
¡Qué
tuya queda el alma cuando siente
crecer tu corazón! ¡Qué mía la pura
cosecha de tu encanto recatado!
crecer tu corazón! ¡Qué mía la pura
cosecha de tu encanto recatado!
¡Qué
luz cuando dispones tiernamente
las tierras sin labrar de la amargura!
¡Qué gozo estar completo y conquistado!
las tierras sin labrar de la amargura!
¡Qué gozo estar completo y conquistado!
PEDRO GANDIA
Laudamía
a Protesilao si, ya espectros, éste le saliera al encuentro
A
qué vienes a mí, si el amor es ausencia.
Regresa a tus infiernos, y el mito signifique.
Cuando aquel dios sombrío te arrebató en batalla,
fui yo quien murió en Troya
bajo un cielo implacable de puñales helados.
Pero el último anhelo de nuestro juego trágico
cifró, en aquella estatua que mis manos soñaran,
nueva pasión.
Dormíamos la vida entrelazados,
ajenos a las voces de todos los amantes del pasado.
Volvió a negar Acasto nuestro vínculo
y te lanzó a las llamas.
Aun así, no acepté ver cerrado el destino
y entré al fuego a abrazarte y a ser contigo el humo.
Después de tanta muerte, aprendí la verdad
del amor:
estas pavesas.
Regresa a tus infiernos, y el mito signifique.
Cuando aquel dios sombrío te arrebató en batalla,
fui yo quien murió en Troya
bajo un cielo implacable de puñales helados.
Pero el último anhelo de nuestro juego trágico
cifró, en aquella estatua que mis manos soñaran,
nueva pasión.
Dormíamos la vida entrelazados,
ajenos a las voces de todos los amantes del pasado.
Volvió a negar Acasto nuestro vínculo
y te lanzó a las llamas.
Aun así, no acepté ver cerrado el destino
y entré al fuego a abrazarte y a ser contigo el humo.
Después de tanta muerte, aprendí la verdad
del amor:
estas pavesas.
De "Acrópolis"
ROSANA ACQUARONI
He
llegado al inicio...
He
llegado al inicio,
como quien se extravía
bajo la rotación laberíntica
de un bosque sin raíces.
como quien se extravía
bajo la rotación laberíntica
de un bosque sin raíces.
Y
doy vueltas
Y vueltas
sobre mi propia herida
tras la única gasa
que macera el silencio y su drenaje,
la dársena del tiempo.
Y vueltas
sobre mi propia herida
tras la única gasa
que macera el silencio y su drenaje,
la dársena del tiempo.
He
llegado al inicio
y mi nombre no era
más allá de un abismo sin aliento
y mi cuerpo sin nombre
se llenaba de lámparas
y niñas,
perdía pie
sin reservar la hierba.
y mi nombre no era
más allá de un abismo sin aliento
y mi cuerpo sin nombre
se llenaba de lámparas
y niñas,
perdía pie
sin reservar la hierba.
Y
mi arena se oía
crepitar hasta el fondo
sobre el granizo muerto.
crepitar hasta el fondo
sobre el granizo muerto.
He
llegado al inicio
sin saber hacia dónde desvivirme,
sin creer en la muerte de las olas,
habitando la ausencia de mí misma
sin saber hacia dónde desvivirme,
sin creer en la muerte de las olas,
habitando la ausencia de mí misma
Y
no encuentro
el reloj
que repare mi arena.
el reloj
que repare mi arena.
De "Lámparas de
arena"
JUAN CARLOS ABRIL
Tormentas
breves
Se
avecinan veloces
las nubes del oeste.
las nubes del oeste.
¡El
agua buena comprimida!
Este
refugio oscuro.
Nuestro dolor.
Nuestro dolor.
De "Crisis"
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