lunes, 16 de septiembre de 2019



DYUNZABURO NISHIMAKI





No volverá el viajero



Esperad viajeros de la vida
Antes de humedecer vuestra lengua
en este frágil manantial
reflexionad, viajeros
Vosotros también solos
en el espíritu del agua que corre entre las rocas
Esta agua pensador no corre para siempre
Se detendrá en algún instante de la eternidad
Los arrendajos cantan ruidosamente
De cuando en cuando entre las aguas
surge la irrealidad de alguien llevando flores en la mano
Es un sueño buscar la vida eterna
Ay, en el arroyo de la vida que se va
arrojar mis pensamientos, y por fin
caer desde siempre
hasta desvanecerme; esto anhela mi alma
esto dice en el río el kappa* irreal
que juega en las afueras de los pueblos al surgir del agua
cuando plantas acuáticas alargan sus brazos
bajo la sombra de nubes errantes


*Kappa: animal imaginario en el folclor japonés.




MARITZA CINO ALVEAR





5



Escondo tus signos
En montañas y manglares.

Tripulante de humedades
y trazos lascivos,
escribo en la ría
mi puerto es un refugio de gemidos.


De: “Cuerpos guardados”



KATSUE KITAZONO





Aguacero



Amigos, Apolo vuelve corriendo del mar
Dejando que el arpa de lluvia reluzca
En la concha se estanca un arrebol



ANA ROSETTI





Primero



Oh, Dios mío. Oh, Dios mío. Oh, Dios mío, tened misericordia de mí, pues
el enemigo ha conseguido entrar en la ciudadela; cautamente, ha derribado
hasta el último bastión, como cera ha fundido toda vigilancia y ha alcanzado mis ojos para asomar sus oriflamas
desde ellos. Mi mirada ha conducido sus anzuelos velo. Apoyar la frente enfebrecida es, sedal han sido,
segura trayectoria de su reclamo. Oh, Dios mío. Oh, Dios mío, tened misericordia de mí.


De: "Virgo Potens"



SHIRO MURANO





Vuelo Sentimental



El bosque estaba quieto
Mi sombra se hundía en lo obscuro
para no regresar
Soy un hombre solo
y la luz habla conmigo de la lejanía
No soy una estrella
Vuelo
en medio de lo obscuro
agitando al pasar
estelas de fuego.


JULIA PRILUTZKY





Yo le diría, amor, yo le diría...


Yo le diría, amor, yo le diría
que no esté tan seguro de su abrazo,
tan fuerte de mi pena,
tan firme de mi lágrima.
Yo le diría, amor, que no me duela
con la certeza de tenerme tanto
porque yo sé también cómo te pierdes
sin un reproche, sin una palabra,
a veces, casi, casi con dulzura
y de pronto, no estás. y no está nada.
Yo le diría, amor, yo le diría
que no se sienta fuerte de mi llanto,
que la pasión se hunde
como arena en el agua;
que tenga miedo, amor, como yo tengo
de la noche sin alba,
de las hojas que aún parecen vivas
y ya no tienen savia,
de ese momento cuando se atraviesa
el borde del espanto,
del despertar sin recordar siquiera,
del límite entre el muro y la esperanza.
Yo le diría
que llegará una tarde sin mañana,
la tarde en que la lluvia sólo es
agua:
apenas una cosa entre las cosas.

Y tengo miedo, amor. Y estoy callada.