martes, 21 de agosto de 2018


SEBASTIÁN CORREA POSADA



  

Oral



El sabor de lo interno
de lo mío propio en tus besos
y el olor
perfume de cloro en tu aliento


AZUL CHÁVEZ





De cuando tope las fotos del interior de un marisco



El interior de un marisco tiene la forma de una vulva
o, más bien, la vulva tiene forma del interior de un marisco.

La vida como un mantra en expansión.
En eso creo.

El erotismo como una forma de conocimiento.
En eso también creo.


AMOS OZ





María



le recuerda: el último chico. Su frente. Sus ojos.
Su suspiro al llegar.
El roce de su brazo y el manantial de su semen.
Cuando todos se fueron
él volvió y le besó los pies.


De: "El mismo mar"

Versión de Raquel García Lozano


YEHUDA HA-LEVI




1.



Sobre las alas del viento pongo mis saludos
cuando hacia mi amado sopla con el calor del día;
sólo pido que recuerde el día de su partida,
cuando hicimos un pacto de amor junto al manzano.


De: "Poemas de amor y vino"

Versión de Xabier Kintana


LUIS LÓPEZ ANGLADA





Noche de vendimia



Era de tanto amor la noche aquella
que hasta el alba rompió su compromiso
de clausurar las sombras y no quiso
partir la noche y apagar la estrella.

Subió a su boca el vino y puso en ella
tan breve y embriagante paraíso
que, robando a sus labios el permiso,
busqué su rastro y apuré su huella.

Tantas veces mezclamos vino y beso
que, al fin, el sueño la rindió, por eso
le sirvieron mis brazos como almohada.

Y cuando pudo el sol alzar el vuelo
estaba rojo, como el vino, el cielo
y azul, como sus ojos, la alborada.
    


RICARDO MOLINARI





Yo quisiera ser feliz como un pie desnudo en una playa...

                                                                           A Victoria y Enrique



Yo quisiera ser feliz como un pie desnudo en una playa;
como un reno frente al mar;
como la cinta llena de muerte de la gorra de los marineros;
como la hoja de ciprés que guarda el horizonte de las estatuas;
como duerme el Condestable de Castilla en la Catedral de Burgos;
como la hoja y la corona del laurel;
como tu sombra de plomo, dormida entre columnas y peces;
como el aire desierto.

¡Pero yo estoy con tu muerte sin pronto!
Con un cielo que se cansa de mirar los pastos;
con un cielo que vuelve hacia sí la mirada
de piedra y nieve
que llevo colgada de los dientes. Yo sé que él consuela a algunos,
pero a mí me destemp!a el corazón, de flor apretada,
de espuma sin raíz, de gemido impedido.

Pero tu muerte es tu muerte: sin murallas, con todo el tiempo
     distante en la boca.
¡Como el aire desnudo!