martes, 23 de octubre de 2018


MARÍA ELENA SOLÓRZANO





5 de agosto 



De la Plaza de Honor de Zacatenco,
como riachuelos que integran un torrente
universitarios y politécnicos,
normalistas y estudiantes de Chapingo
inician la marcha
hacia los caminos bordeados de cardos
y las esquinas donde acecha la ignominia.
Tonantzin (nuestra madre ancestral)
desde el ceremonial del Tepeyac los mira.
Caminan por las calles
sembrando anhelos de libertad,
ansias de justicia.
"Ya no somos esclavos"
dice la espesa demagogia.
No llevamos grilletes en los pies,
pero aún los llevamos en el alma.
La gente sale de sus casas, los aplaude,
les brinda palomas blancas,
agua nieve para refrescar sus labios.
Es un surtidor de luz,
la esperanza por un México
donde los niños vuelen papalotes
y las mujeres tejan sus vidas
con madejas de esperanza.
Un México donde no se compre la justicia
ni se ensalcen los triunfos del malvado.
Siguen por Tlaltelolco.
Ahí, los templos de piedra y argamasa
se irguieron imponentes.
Ahí, entre las piedras, todavía
se encuentran las raíces
de nuestra raza cósmica.
Atraviesan junto a la Plaza de las Tres Culturas,
donde se reunían los guerreros águilas y jaguares
para alimentar al Sol con sus heridas.
Donde se reunían los Tlatoanis,
los ancianos y los sabios
a discernir sobre el destino de sus pueblos.
La juventud valiente grita sus consignas:
"Libertad de expresión."
(La prensa amordazada, moribunda.)
"Democracia para un pueblo sojuzgado."
Quince mil voces al unísono reclaman,
quince mil voces despiertan la conciencia
adormilada.
Quince mil voces en un solo estruendo
contra la mentira criminal
bullente de latrocinio y corrupción.
No más la palabra cercenada
por consignas del gobierno.
No más mujeres profanadas
como castigo a su lucha
por la verdadera democracia.
No más sangre de inocentes.
“El vino de la tierra” es vida
y no debe de correr por las baldosas
ni manchar las camisas de los hombres
o los blancos faldones de las hijas.
Con la cabeza en alto llegan a Santo Tomás,
las mentes preñadas de grandiosos ideales
y la visión de un Anáhuac transparente.
Es la juventud en lucha por una Patria libre,
para que el pan llegue a cada puerta
y del fogón de mamá grande
desprenda el sacrosanto olor de la tortilla.

Para que germine el pensamiento
en el almácigo de la escuela pública
y ofrezca su más preciado fruto.
Será cuando el pueblo cante
en todas las plazas
y resuene la risa de los niños
en las cuatro esquinas de la Patria
henchida de mar, de arena, de selvas, de humedades…
De todo lo que la libertad reserva
a un pueblo soberano.



El 5 de agosto de 1968 los estudiantes politécnicos organizan el Comité de Huelga del IPN. Poco después se formaría el Consejo Nacional de Huelga (CNH), que representaría a todos los estudiantes del país.


JOSÉ LANDA





La llama 



Los que traen su vida a capotazos 
(amaestrada la llama) 
Puesta como un clavo en las venas 
Como un nudo en la cintura 
Besándole el cuello y los senos 
Memorizándole nalgas y piernas 
Son quienes el día que menos esperan 
se despedirán con llanto y desesperanza 
aun sin terminar sus agendas


BENJAMÍN VALDIVIA





La poesía es este ruido



La poesía es este ruido poderoso,
los crepitares de la recomposición de lo borrado indeleble.
Hisopo de la aspersión absolutoria de nosotros mismos,
tal extensión del agua en los túmulos astrales,
símbolo exacto y transcripción del día.
En sus cadenas de ignición
lo esclavizado se libera;
por sus labios enmudecidos un todo se proclama.
No puedes contemplar su rostro fijo
ni la vertiginosa sucesión de sus remolinantes hemisferios:
está más allá de ti, te sobrepasa y te expande
sin que puedas aludir en tu defensa cosa alguna.
Este volcánico recinto, los maremotos arteriales,
la flecha electrizada de lo que pudo haber sido un pensamiento.
Cada segundo. La globular comparecencia de ciclos infinitos,
voz de lo eterno, efímera luz que no hemos recordado.
Sobre los tiempos muertos restriega sus ensoñaciones plantígradas
y acota los entusiasmos del vivir próximo.
Es lo de aquí,
esto que miro sin saber, lo que se entiende
sin haber considerado.
Tu faz imita la gestura del vocablo,
la voz traduce lo profundo estremecido en los ojos del espejo.
Nunca vive su amor, siempre te alienta a continuar el mundo
del que te ha desterrado,
sonido que escuchaste alguna vez y ya nunca jamás.


De: “Los ojos del espejo”.


ISABEL RODRÍGUEZ BAQUERO





Ojalá



Ojalá que te bebas mis sueños,
que mi nombre se extienda por todo tu cuerpo.

Que me pierda en tu piel de aceituna
en las lentas horas de abril y de luna.

Ojalá a mi cintura
se amarre la cinta de tu sangre oscura.

Y que por tus labios
húmedos y sabios
transiten mis besos de óxido y de llanto.

Ojalá que asciendas
por mi sangre enhiesta
con la fiebre izada como una bandera.

Aunque luego huyas.
Aunque nunca vuelvas.
Aunque torne negra
esta primavera.

Aunque yo me muera.


ALEYDA QUEVEDO ROJAS





Para volver a mí



Mi cuerpo pequeño
cruza límites helados
con la espalda encorvada
y un blanco camisón
Primer aviso
a mi terrible vanidad.




REINA MARÍA RODRÍGUEZ


  


edgar, las muchachas y la lluvia



ha vuelto a ser noviembre
y alrededor del ojo profunda otra rayita.
empieza ya el invierno y a veces
no sé dónde guardarme.
tu madre ha sido loca
y de remate amante de cosas imposibles.
no aprendió a cocinar las hormigas
les roban los objetos del cuarto
aún le teme a las tataguas
y al amor.

faltan 20 años o 20 segundos
para que termine el siglo mientras
hacemos amuletos con formas de palomas
que cuelgo en las ventanas contra los bombardeos
20 años o 20 segundos
para que termine este siglo y
sólo te deseo que puedas siempre
admirar las estrellas porque a veces
temo que no podamos contemplar más las estrellas.

tú vivirás en el 2000
y verás árboles cosmódromos mariposas
esa fauna y flora diferente que estamos creando
y vivirás como todos los niños
dentro de un hombre.

pero acuéstate siempre como ahora
entre destornilladores y latas vacías
aunque te asalten las muchachas
y la lluvia.