martes, 28 de agosto de 2018


EDUARDO DALTER





Dejá que entre la luz,
dejala que entre,

que se acomode,
que abra su valija;

no vayás a echarla;
dale de comer;

dejá que ande por la casa.


FÉLIX SUÁREZ





Nos entume la borrasca,
nos quema el aire frío que baja con la noche.
Sin saber cómo se nos ha hecho ya muy tarde.
¿Hace cuánto que estamos aquí, ateridos,
mirando el vaivén cobrizo de los pastos,
las bandadas de tordos que se van,
el resplandor altísimo del rayo?
¿Hace cuánto que estamos así?
¿Hace cuánto?


BENJAMÍN VALDIVIA


  


Luna verde



Aquella luna verde de marzo maduraba.
Ella traía la indumentaria del calor
y vi en su boca el otro lado de la vida.
Múltiples fuegos ardieron entonces.
Y se quebró de sutileza el aire
y nos movimos en caprichos de agua.
Toqué en ella la muerte:
encontré sólo árboles de pluma,
aves de hoja.
Como un metal
las uñas imprimieron sus imágenes.
Era ella un recuerdo vegetal
creciendo entre la noche.


De: “Demasiada Tarde”


EDGAR MATA




  
Sin título



A las nueve en punto de la noche, encierro la voz en un cántaro.
Al apagar la luz, entre la esquina del dormitorio,
hay un cristalino bullicio de ti surgiendo medio serio,
medio atolondrado;
pero abro bien los ojos
y únicamente está la silla cercana a la puerta que da al baño,
con algo de ropa encima de ella y un pequeño libro que olvidaste
-y del que me he apoderado para condicionar tu regreso-,
el sendero que dejaste hacia la calle,
la ceniza en el piso, en el buró, en el amoroso desorden
de este maldito cuarto hambriento de ti.
Con esa puntualidad inquebrantable,
el reloj me observa ciclopédeo, mitológico
y a las nueve de la noche
justo al apagar la luz, entre la esquina del dormitorio…



JOSÉ ALFREDO SOTO





Retroceso



Un grito arrojado de regreso a la garganta
inunda el cuarto con un silencio
de nostalgia,
agudo, un silbo
que satura el oído  y le regresa
al reposo umbrío,
la memoria  se marchita,
se encoje a un tamaño primigenio
una multitud de dientes, lácteos,
pequeñitos, se aferra
de nuevo a las encías de infancia.
Caminas de la puerta a la ventana,
miras paso a paso
el camino en el espejo,
y olvidas avanzar.
Hay algo, un yo
afuera
que me extiende
en y sobre
el tiempo
y sobre todo, del tiempo
que es como yo, /un vistazo mínimo,
diminuto,
un átimo.
Es materia que parte de mí
estoy en ello, me extiende,
me tiene por las manos
no lo siento,
lo presiento acaso.
Hay algo, un yo
afuera
que cubre todo,
abarca la primera
y la última
estrella,
y es como yo, / parte de mí,
diminuto,
un átomo.
No tiene que ver con el yo / cuando digo yo,
es lluvia para una ventana cerrada,
un reloj de luz tras un muro de tormenta,
se dice roca sobre mi mano
y se parece a ti
cuando te escucho
y dices yo.



JOSÉ P. SERRATO




Prevención de Príapo



Te resultaba incómodo el tamaño de mi verga
querida Eco,
por eso decidí cortarle un pedazo,
a tu lengua.